Cigarrillos electrónicos

Baja el consumo de tabaco pero preocupa el uso de vapeadores

La OPS reveló una disminución en la prevalencia del consumo de tabaco en América en las últimas dos décadas pero preocupa el uso de vapeadores.

Por Florencia Rodriguez

Un informe de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) reveló que el consumo de tabaco cayó 11,7% en América en las últimas dos décadas. Puntualmente, señala la disminución de la prevalencia que pasó de 28% en el año 2000 al 16,3% en el 2020. Afirma, además, que el 96% de la población está protegida por al menos una medida de la lucha antitabaco. Sin embargo, preocupa el creciente uso de los cigarrillos electrónicos o “vapeadores”.

Mientras que muchas personas los utilizan como método para dejar de fumar, otras usan los cigarrillos electrónicos con la idea de que son inofensivos para la salud. Lo cierto es que de una manera u otra, el daño es el mismo. Sergio Saracco, a cargo del Departamento de Toxicología de Mendoza, explicó esta creciente tendencia y los riesgos que representa para la salud.

“Los cigarrillos electrónicos o ‘vapeadores’ no son útiles para dejar de fumar porque siguen manteniendo la dependencia a la nicotina. Son dispositivos que tienen una batería, con una resistencia que calienta el líquido presente, lo que produce el humo al que se le agrega la sustancia química que es la nicotina y, en ocasiones, otros derivados, de cannabis por ejemplo”, indicó Saracco.

Es que lo que genera dependencia al tabaco es la nicotina: una sustancia psicoactiva que activa las áreas cerebrales de recompensa. Por este motivo, los profesionales de la salud advierten que los ‘vapeadores’ no funcionan para dejar de fumar y que incluso, este dispositivo colabora al aumento en la cifra de nuevos consumidores.

“Existen otras técnicas diferentes como los parches de nicotina o medicamentos estandarizados, en esos casos, controlados por médicos, la dosis es única y no se puede aumentar. De todas maneras, dentro de las técnicas para dejar de fumar, lo que hay que hacer es una deshabituación, lo mismo con los psicofármacos, se reduce la cantidad de cigarrillos hasta dejarlos”, expuso el experto.

Para Saracco, el problema del ‘vapeador’ es que si bien reduce el daño del humo, se asocia a otros porque este producto libera el líquido en presencia de distintos metales de riesgo. “La resistencia se calienta para generar el humo que llevo al pulmón sin ningún filtro. Entonces, fumo los metales que están en la resistencia que calientan el líquido, cómo puede ser eso inofensivo”.

“Los cigarrillos electrónicos están prohibidos en muchos países. En el nuestro también por la ANMAT, la OMS y la OPS porque son dañinos para la salud. Por eso, es importante educar, informar, para que no sean engañados. Los ‘vapeadores’ fueron una trampa de la industria tabacalera que, al ver cómo caía el consumo de sus productos gracias a las campañas que se realizan hace años y de la evidencia científica, inventaron estos dispositivos con la promesa de ser más saludables. Luego, se demostró que esa premisa es falsa porque siguen manteniendo la dependencia y porque traen asociados los riesgos de inhalar los derivados metálicos”, indicó.

Sobre esta diminución en la prevalencia del consumo de tabaco en la Región de las Américas señalado por el más reciente informe de la OPS, Saracco señaló que es gracias a las campañas que se realizan hace décadas con sustento científico y que apuntan a los más jóvenes.

“Cuando hay campañas sostenidas en el tiempo y se trabaja por distintos medios y estrategias para el control de la publicidad, brindar información desde la edad escolar sobre los daños, ocurre efectivamente un impacto positivo en los jóvenes. Es difícil que una persona que fuma hace muchos años deje de hacerlo porque la dependencia a la nicotina es muy fuerte. El objetivo entonces es tratar de que los jóvenes no incurran en esa dependencia y por eso, todas las campañas apuntan a esos públicos para evitar que creen esta dependencia y hábito”, cerró el especialista de Toxicología.

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