Para el Gobierno, la inflación de octubre apenas superó el 9%. Estimaciones privadas anticipan que sigue en 2 dígitos.
Miércoles de furia para la economía que no puede sustraerse de la campaña electoral rumbo a las elecciones 2023. Por un lado la inflación de agosto que no sorprendió a nadie (12.4) siendo la más alta en las últimas tres décadas y como contracara de esto otra tanda de medidas anunciadas por Sergio Massa que no dejan de ser paliativas antes que de fondo.
Así serán los días hasta el próximo 26 de septiembre, último día en el que el gobierno puede anunciar medidas e inaugurar obras públicas antes del domingo electoral.
El proceso inflacionario desatado tiene particularidades que no se ven en otros procesos como la incidencia directa del Fondo en la situación. Un Fondo que no comprende (ni comprenderá) las particularidades de una país y una economía atada al dólar no solo por su pasión por la bimonetariedad sino además por que tiene dolarizadas las proteínas por su producción y exportación y también su industria por la destrucción de por parte del neoliberalismo de todos los procesos industriales de la Argentina.
A esas particularidades hay que sumarle la restricción externa en la posibilidad de tener un flujo constante de dólares que quiten presión y una extrema vocación de los formadores de precios a dolarizar sus ganancias lo que hace que quieran tener más pesos (no importa a qué costo) para acceder a los dólares escasos.
En ese contexto la devaluación exigida por el Fondo, que no tiene explicación lógica dentro del contexto argentino, disparó una catarata de corridas que dejaron no solo el IPC altísimo al igual que la inflación núcleo está por arriba de los 13 puntos lo que preanuncia un septiembre que difícilmente baje de los dos dígitos.
Llegar a esta situación a escasos 50 días parece una muy mala noticia para el oficialismo, habrá que ver cómo contrarrestan los lapidarios números la serie de anuncios planteados hasta hoy y que recepción hacen los ciudadanos de las medidas y de la negativa -confirmada anoche- de la oposición de tratar y aprobar dichas medidas en el Congreso de la Nación. Cabe preguntarse si el radicalismo y el PRO también se negaría a tratar una rebaja de los aportes patronales o la quita de retenciones…
El 12,4% en agosto, 80,2% en los primeros 8 meses del año, acumulando poco más de 124 por ciento en los últimos 12 meses simplifica la chicana política para la oposición al candidato oficialista que es a su vez el Ministro de Economía de esos números horribles- Sin embargo el candidato y el oficialismo siguen con chances de renovar su mandato.
Hay quienes lo califican de inexplicable, pero quizás la explicación sea que la oposición no solo no tiene una alternativa clara sino que además es cómplice de muchas de las situaciones que terminan desembocando en este presente caótico.
Las medidas anunciadas en las últimas horas por Sergio Massa apuntan a generar alivios para partes importantes de la población pero postergan para un próximo gobierno medidas de fondo para acotar o controlar las causas de la inflación que, como ya se ha dicho, no es solamente la emisión o los factores tradicionales de los libros ortodoxos.
Varias de las medidas que se anunciaron en estas horas, ganancias de la cuarta categoría , devolución de IVA etcétera están pensadas a largo plazo ya que han sido acompañados con leyes en tal sentido enviadas al Parlamento.
Al contrario de lo que planteo Mauricio Macri con la rebaja del IVA durante dos meses en 2019, en plena campaña electoral, que solo se transformó en una transferencia de ingresos a las grandes empresas y formadores de precios, el sistema de devolverlo directamente a través de la caja de ahorro asociada a la tarjeta de débito tiene dos virtudes el dinero llega realmente a los trabajadores y consumidores y en segundo lugar promueve el blanqueamiento de las operaciones mejorando la recaudación ya que el IVA es un gravamen que se va pagando a través de toda la cadena.
Los alivios siempre son bienvenidos, sobre todo en circunstancias extremas como las que atraviesa la economía argentina desfasada de incluso de sus vecinos regionales.
En los 70 y 80 Latinoamérica padecía fuertemente el problema de la inflación y en los 80 y 90 sufrió fuerte el sobre endeudamiento externo. De ambos males se recuperó con distintas recetas incluso Argentina que había controlado relativamente la inflación y se desendeudo a tal punto que fue reconocido por el propio Nicolás Dujovne. Para después volver a caer en la trampa interminable.
A propósito de lo que venimos explicando en esta columna sobre las relaciones internacionales y comerciales de la Argentina y las propuestas de los candidatos, ayer se conoció un dato que si alguien lo hubiera predicho cinco o seis años atrás lo hubieran tildado como maestro de la ficción.
Por primera vez en la historia industrial China superó a Japón como productor de automóviles y además es el líder en la producción de autos eléctricos y el principal proveedor de vehículos a Europa que sin China no podría cumplir las metas de transición energetica y las del Compromiso Verde de la Unión Europea.
Pero se sabe… No hay que comerciar con comunistas.-
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