Mientras la campaña en la Argentina se debate entre la dolarización y la bimonetariedad, el contexto mundial parece darle la razón a los que apuestan al multilateralismo y la defensa de una moneda nacional.
Mientras la campaña en la Argentina se debate entre la dolarización y la bimonetariedad, el contexto mundial parece darle la razón a los que apuestan al multilateralismo y la defensa de una moneda nacional.
El reciente cierre del G20 fue una clara muestra de que el mundo cambia aceleradamente, ya no hay bloques dominante per sé y la búsqueda de equilibrios pasa a ser fundamental en el nuevo orden global.
Si bien fueron notorias las ausencias de los líderes de China Y Rusia Xi Jinping y Vladimir Putin fue notoria, no es menos cierto que sus cancilleres y equipos realizaron un interesante trabajo y junto con India (anfitriona del encuentro) y Brasil lograron confirmarse como activos actores de un nuevo mundo en busca de quebrar el protagonismo de Estados Unidos que parece haber entrado en declive, incluso en la complicación de buscar aliados.
Hasta el presidente argentino, Alberto Fernández, a su regreso de la cumbre y después de su reunión con Kristalina Georgieva, se animó a calificar la actuación del FMI como similar a la de un Fondo Buitre.
El documento final de la India muestra un escenario cada vez más fragmentado en bloques muy marcados que comienzan a ejercer presión en la partitura del concierto mundial.
Una prueba de ello es que ni Estados Unidos, con su presidente Joe Biden presente, ni la Unión Europea lograron que la declaración final condene a Rusia como en ocasiones anteriores, solo consiguieron que se pidiera detener los ataques a la infraestructura, restablecer el acuerdo de salida de cereales por el Mar Negro y ratificar la defensa de las integridades territoriales. El ex bloque dominante tuvo que adaptarse a los nuevos tiempos.
Las cumbres, como la del G20, no son opciones de resolución de conflictos o cambios a corto plazo pero, como dicen los analistas, son canales donde se oficializa paso a paso los cambios en la gobernanza global.
Motivando el crecimiento del grupo BRICS y fortaleciendo relaciones bilaterales con fuerte protagonismo en el sur global, Xi JInping, Putin, Narendra Modi y Lula apuestan fuertemente por un nuevo orden mundial basado en la multipolaridad y la desdolarización de los mercados restando protagonismo e injerencia a los Estados Unidos.
El crecimiento económico y espacial en mundo árabe, el exitoso alunizaje de la India, las alianzas armamentísticas entre Corea del Norte y Rusia, el creciente estrechamiento de relaciones de Moscú y Pekín con los países africanos y el protagonismo americano y en el sur del hemisferio de Brasil recortan el liderazgo de los Estados Unidos que por momentos no parece entender el nuevo mundo y profunda su desconexión con América y sus tradicionales aliados.
En este contexto las propuestas de varios de los candidatos argentinos parecen ser un calco de la desconexión norteamericana con la realidad global. Apostar a atarse a una moneda en baja y a un bloque que ya no puede imponer sus reglas como antaño no parece el mejor camino para los años que se avecinan donde nuestro país necesitará de todos los mercados y aliados posibles para reformular su economía y si inserción en los mercados mundiales de proteínas y energía.