Inflación e ingresos, los días pasan "pero el poncho no aparece"
La inflación de septiembre va rumbo, otra vez, al 7% mientras los datos de ingreso del INDEC revelan la magnitud del problema que enfrenta el equipo económico.
La gran dificultad del Ejecutivo para atacar el problema de la inflación y los salarios la hemos explicitado reiteradamente en estos espacios, sin embargo la novedad que nos permite volver al tema son los datos de ingresos que el último jueves dio a conocer el INDEC.
Los datos son contundentes en cuanto a que la inflación golpea fuerte, si bien hubo una pequeña mejora en lo que se conoce como Índice Gini la misma está dada más que por una mejora por un achatamiento en la brecha entre los que tienen menos y más ingresos.
El primer dato preocupante que surge del informe del INDEC revela que la mitad de los hogares del país no reciben ingresos suficientes para cubrir el costo de la canasta básica total que marca la línea de pobreza.
Sin embargo ese número podría incluso ser mayor ya que casi el 62 por ciento (61.7) de la población con alguna ocupación recibió un ingreso promedio que apenas supera los 66 mil pesos (66.552) pero además el decil más bajo de ingresos apenas recibe el 1.5 por ciento del total mientras que el decil de mayores ingresos concentra el 29 por ciento.
El informe registra que el segundo trimestre del año la mitad de la mitad de los hogares registró una ganancia promedio de un máximo de 88.468 pesos, mientras que la canasta básica de junio era de 104 mil pesos y en agosto llegó a 119 mil pesos.
Si se toman los datos en forma individual los de los deciles 1 a 8 el promedio de ingresos apenas supera los 84 mil pesos. Traducido el ingreso de 8 de cada 10 trabajadores no alcanza para que su hogar este por encima de la línea de pobreza.
Al final del segundo trimestre el ingreso per capita de la población total del país este ocupada o no llega a los 29.317 pesos. La nada misma se podría decir. En los 12 meses que van de junio 2021 a junio 2022 el IPC fue de 64%, el Índice de Salarios creció 45,3% y la actividad económica 67,7%. Lo que marca claramente que los ingresos siguen perdiendo por goleada con la inflación y que la política de paritarias permanentes no ha dado resultado en el último año.
Si se analizan los cuadros de ingreso individual surge otro dato muy preocupante que sigue marcando fuertemente la brecha de género: los varones tuvieron un ingreso promedio de 76.306, mientras que el de las mujeres fue de 56.997.
También hemos hablado largamente del inédito fenómeno de los trabajadores registrados con salarios por debajo de la CBT así el INDEC confirma que ingreso promedio de la población asalariada (9.360.477 personas) es de 70.678 pesos.
Los datos oficiales son reveladores de que más allá de los números que marcan la recuperación de la macro la inflación se come cualquier mejora y el derrame (se confirma una vez más) no existe.
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La carrera de salarios versus inflación tiene siempre el mismo derrotado.
El fenómeno inflacionario y de ingresos (como explicamos el viernes en Radio Andina) hoy afecta a todo el mundo y tiene en crisis a las economías de los países desarrollados, sin embargo las particularidades argentinas hacen que la profundidad sea mayor en un marco que, por la conformación de nuestra economía, pega muy fuerte en el mercado interno y en la formación de precios de los alimentos.
Las políticas del Gobierno de atacar los problemas por sectores parecen no tener éxito, por ahora, y quizás sea la hora de juntar todos los problemas y encararlos en conjunto como uno solo.
Esta semana el Gobierno puso el foco en los textiles y acordó un congelamiento de precios de las grandes marcas por 60 días, y así lo va haciendo por sectores pero no logra frenar la inflación (que en septiembre volverá a rondar el 7%, en la tercera semana de septiembre los alimentos se dispararon por arriba del 2.5%) ni recomponer los ingresos como ya que expresado.
Hay posibilidad de congelar precios en alimentos, la respuesta parecería ser sí porque no solo han sido uno de los motores de la inflación sino que han recuperado fuertemente su valor en dólares, o sea que también hubo una poderosa inflación en dólares que compensa el atraso cambiario frente al IPC.
Un informe de la consultora Sarandí destaca que la harina aumentó 30 por ciento en dólares en el año de diciembre de 2021 a hoy (de 28 a 37 centavos de dólar); los fideos, 28,4 por ciento (de 37 a 48 centavos);el pan 13,7 (de 99 centavos a 1,13); los huevos subieron 38,2 por ciento en dólares en el año de 76 centavos a 1,05; el pollo, 18,7 (de 1,07 a 1,26); la leche 13,9 (de 42 a 49 centavos); el queso crema, 13,8 (de 3,30 a 3,86) y el aceite, 18,6 (de 1,41 a 1,68).
Dentro mismo del oficialismo crece el debate si no llegó la hora de aplicar una política de shock heterodoxa pero audaz que aplique un freno brusco a la inercia inflacionaria de aquí a fin de año, mientras se terminan de recomponer las reservas (se menciona ya un dólar trigo para fines de octubre -noviembre) y de esa manera comenzar el 2023 con una inflación más baja y un poder de fuego importante para contener la moneda norteamericana.
Lo cierto es que por ahora más allá de versiones, rumores y medidas aisladas los días pasan y como cantaba Don Argentino Luna "Son todos buenos paisanos, pero el poncho no aparece"