"Somos las nietas de todas las brujas que nunca pudieron quemar", se escucha en cada movilización que el movimiento feminista saca a las calles. Es un grito de empoderamiento y también un abrazo de reivindicación que une a las mujeres del presente con las del pasado. ¿Es que acaso algo ha cambiado? Nos siguen quemando en la hoguera. Sigue ocurriendo un femicidio a diario. Seguimos siendo una amenaza para el orden patriarcal.
La película Akelarre, del realizador mendocino Pablo Agüero, que por estos días viene liderando un éxito indiscutido de audiencia, viene de algún modo a realizar un anclaje con la actualidad. La ignorancia y el miedo a la mujer libre ha provocado -y provoca desde siempre- la misma reacción: violencia. "¿Nos acusan de brujas? Entonces seremos brujas", aparece como el acto de insurrección de este filme, que a la luz de la historia, viene a proponer un poco de justicia poética.
Ganadora de 5 premios Goya, la nueva película del argentino radicado en Francia, es una pieza cinematográfica tan bella desde lo visual, como cruenta en su contenido. Las proporciones son las mismas. Ambientada en el país Vasco, en 1609, narra el proceso que afrontan seis jóvenes campesinas acusadas de brujería por parte de la iglesia católica y la corona española, mientras los hombres del pueblo se encuentran lejos de sus hogares.
Retratar hasta el detalle (pero sin hacer arder el fuego de los cuerpos en la hoguera) este hecho puntual, le permite al director dejar en evidencia el laberinto de mentiras y fantasías, que en nombre de la moral, la religión y el poder de turno, sirvieron entonces para perseguir, juzgar y matar mujeres. Todo un imaginario social creado y legitimado para estigmatizar a quienes consideraban amenazantes, y que continúa con otras formas hasta el día de hoy.
"No hay nada más peligroso que una mujer que baila", es una de las frases de los inquisidores que queda haciendo eco al ver la película, y que más acá en el tiempo, resuena y puede asociarse a las palabras de Galeano cuando dice: "ninguno, ni el más macho de los supermachos tiene la valentía de confesar la maté por miedo', porque al fin y al cabo el miedo de la mujer a la violencia del hombre es el espejo del miedo del hombre a la mujer sin miedo".
En una entrevista a la agencia Télam, el mismo Agüero explica: "Educar al pueblo a través del terror era el objetivo explícito de la inquisición, así como el de otros regímenes autoritarios que reivindicaron su sucesión. Durante siglos denunciaron y arrestaron a quienes pensaban diferente, hicieron desaparecer sus cuerpos e intentaron borrar el recuerdo mismo de su existencia. De esa manera consiguieron inculcarnos un sistema de valores conservador, misógino, omnipresente, como si no existiese ninguna otra opción. Para liberarnos de ese yugo del pensamiento necesitamos comprender de dónde viene, como se construye. Por eso la necesidad de una película sobre la construcción del mito del akelarre o sabbath de las brujas. Por eso esta película nos habla de lo que somos hoy",
Desarmar el relato reproducido históricamente sobre "las brujas" y proponer una mirada realista sobre la injusticia a las mujeres, es el gran logro de este premiado filme que está en la lista de preferencias de la plataforma Netflix. Esto, sin dejar de mencionar las actuaciones del grupo de actrices, en la que sobresale el personaje de Ana interpretado por la española Amaia Aberasturi. Es a través de ella, finalmente, que vemos como se traza un plan de distracción y seducción, llevado a cabo por las protagonistas para intentar -en la desesperación- liberarse del castigo. Una salida colectiva que también aparece en el filme y que se enlaza al presente feminista.
Y como si el contenido no fuera lo suficientemente atrapante para conquistar al público, Akelarre es además una obra de arte. Cada escena, tanto de interiores como de exteriores, recae en una estética pictórica impactante, que sirve para ambientar a la perfección un estado de cosas: desde el oscurantismo del encarcelamiento y de la época, a la libertad del mar, la naturaleza y la danza de mujeres en el bosque. Mención aparte merece el hecho de que el filme esté hablado en español y euskera. Y que actúe el también argentino Daniel Fanego.
Sin dudas, una de las películas para no perderle el rastro en esta temporada. Además de Netflix, Akelarre se puede ver en la plataforma Cine.ar.