Escuela itinerante

Proyecto "Sentido": otra brújula para la educación de las infancias

Por Eugenia Cano

Mirar las infancias y el aprendizaje con otros ojos. Esta es la brújula que guía a "Sentido", la primera micro-escuela libre itinerante de Mendoza que esta semana comenzó a rodar.

Se trata de un espacio de aprendizaje vivo, diferente al que ofrece la escuela tradicional. Creado para funcionar en la naturaleza, espacios públicos y en las casas de las familias, y con la atención puesta en humanizar la experiencia de aprendizaje. Parece algo alternativo y novedoso, pero son propuestas que se vienen desarrollando desde hace años en países de Europa, y que aquí, comienzan a elegir familias que quieren un modelo educativo distinto para sus hijos e hijas.

Intercambio de proyectos de educación libre que se dan en el país. Foto: gentileza.  

"Somos un grupo de familias que transitamos diferentes experiencias educativas: educación tradicional, educación libre, Waldorf. Frente al contexto de pandemia y la escucha de las necesidades de nuestros hij@s, nos reunimos para generar la propuesta que más se adecue a las posibilidades de nuestra realidad circundante", reza la fundamentación del proyecto que es llevado adelante por Luciana Carbone y Celina Di Cenzi en la coordinación, y en el rol de acompañantes (docentes), Camila Trotta y Marcos Babar.

La iniciativa, que surge también con el asesoramiento de Germán Doin (realizador del documental "La educación prohibida" que plantea nuevos paradigmas educativos en América Latina), apunta "a poner el foco en la motivación intrínseca del niño, sus necesidades e intereses y cómo la red de adultos puede ofrecer una mirada atenta para que eso se ancle en procesos, dinámicas y en la construcción de aprendizaje vivo".

Luciana Carbone, una de las gestoras de este proyecto, cuenta a SITIO ANDINO más detalles de la propuesta.

Psicóloga en su profesión de base, Carbone forma parte del proyecto colectivo musical "El Bondi" (que comparte con el músico, docente y artista visual Marcos Babar), y como madre, desde hace tiempo viene investigando sobre el tema de la educación libre. Entre las experiencias personales está Pronopios, la escuela libre que funcionó en el jardín Antisopa de Mendoza, a donde fue su hija durante más de 2 años. "En el asunto educativo, alternativo, hace rato que estoy formándome, estudiando, analizándolo y experimentándolo con mis hijos", cuenta.

-¿Hay muchas personas en Mendoza transitando estas opciones de educación?

-Cuando una empieza a transitar estos espacios se da cuenta que hay muchas familias desde hace un tiempo se han animado a construir otras formas de enseñar. Ya sea en homeschooling, ya sea proyectos con pedagogías alternativas, como Waldorf o jardines Montessori. Eso hay mucho en Mendoza, que son palabras nuevas que los que tocan más de oído les suena alternativo y no se sabe muy bien diferenciarlas. Pero sí, hace rato varios de nosotros venimos transitando, estudiando -yo además soy Psicóloga de profesión de base-, y es como que estos asuntos nos atraviesan por varios lados, desde lo profesional, desde lo personal.

En diciembre y con la experiencia de la pandemia del año pasado, con la virtualidad y el confinamiento, fue el último empujón como para armar un proyecto. Entonces esto es una escuela libre, itinerante. ¿Esto qué significa? Que la educación acontece en espacios públicos, en la naturaleza y en las casas de las familias. Hemos hecho un esquema de itinerancia en función de las casas y los lugares que nos parecen copados llevar a los chicos y tenemos dos maestros acompañantes: el Marcos Babar y Camila Trotta. Y en la coordinación estoy yo y Celina Di Cenzi , que también es mamá y también conoce de pedagogías alternativas. En realidad su profesión de base es ingeniera agrónoma, pero las vueltas de la vida ahora está coordinando este proyecto educativo conmigo.

Foto: gentileza. 

-¿Cuál es la esencia del proyecto? Leí que uno de los fundamentos es confiar en la propia sabiduría que tienen los niños y niñas, en su propia experimentación.

- Hay un gran miedo de que hay que presentarle a los niños contenidos para que ellos los absorban y así aprenden, y hemos perdido esa confianza de que el niño es un ser altamente motivado, muy curioso, científico, artista y deportista. Los niños tienen la energía vital, una curiosidad y unas ganas de aprender increíbles, que a veces el formato educativo tradicional, de tenerlos sentados en un banco tantas horas, aprendiendo un contenido, el mismo para todos, va minando su curiosidad. SI vamos a la teoría de las inteligencias múltiples hay niños que tienen mayor tendencia a ciertos contenidos y otros a, otros. Lo que hace la escuela tradicional es homogeneizar, ¿no? Y eso implica una represión muy grande a veces de lo que cada niño tiene ganas de aprender. En realidad alternativo es porque no está tan desarrollado en la Argentina porque en otros países están totalmente habilitados y durante muchos años ya hay escuelas que tienen otra forma de ofrecer experiencias educativas. Por ejemplo, una referente para mí es Cristina Romero, que es una mujer que dirige en Barcelona una escuela libre. Ella es una referente, tiene libros que son bastante conocidos y escribió uno que se llama "Mi hijo no quiere ir a la escuela y tiene razón".

El niño es un ser altamente motivado, muy curioso, científico, artista y deportista. Los niños tienen la energía vital, una curiosidad y unas ganas de aprender increíbles, que a veces el formato educativo tradicional, de tenerlos sentados en un banco tantas horas, aprendiendo un contenido, el mismo para todos, va minando su curiosidad.

Entonces..., ¿esto qué sería? Al chico se lo espera en espacios preparados, con material para que vaya buscando que tiene ganas de hacer, se van armando proyectos, se hace asamblea con los niños para preguntarles cómo se sienten y qué tienen ganas de hacer, y ellos son artífices de su aprendizaje.

Y esto es muy loco porque uno dice, "van a querer estar haciendo nada", y no, todo lo contrario. Cuando el niño está haciendo algo que le gusta ni siquiera se acuerda de hacer pis o que quiere comer. Está tan motivado y tan entusiasmado que quiere volver. Una escuela a la cual el niño no tiene ganas de ir es una escuela que no está funcionando. Esa sería como la filosofía: que el niño tenga ganas de volver porque ahí puede hacer lo que a él le interesa. Si le gusta conocer los planetas, vamos con los planetas, si quiere leer, vamos a leer, si quiere mover su cuerpo vamos con el movimiento. Para un niño ver a otros niños haciendo actividades es super motivante porque aprendemos por imitación, entonces, poner el foco en lo vincular, poner el foco en el contexto, por añadidura viene el aprendizaje.

En las casas nosotros aprendemos todo el tiempo, no hace falta ir a la escuela para aprender. Podemos aprender en la verdulería, podemos aprender en el parque, podemos aprender en la casa cocinando, midiendo la harina, hablando del trigo, viendo como leuda la masa, dividendo la masa, trabajando en equipo. Y cada casa es estimulante porque tiene diferentes cosas y casa familia maneja distintos saberes, entonces poner el cuerpo en movimiento en vez de estar sentados, pasivos, recibiendo la información muy desde la mente y el lenguaje, sino haciendo, es la mejor forma de aprender. Esa es nuestra perspectiva.

Las casas en las familias, los espacios públicos y la naturaleza son espacios muy propicios para aprender, que a veces el aula, el banco, la pizarra y un solo maestro, y no poder mover el cuerpo y hacer, creemos que los pincha a los chicos, por lo menos esa es la experiencia de mucho de nosotros. Entonces es eso, con un esquema de itinerancia en función de las casas de las familias, espacios al aire libre, asambleas una vez por semana para escuchar las motivaciones de los chicos, cómo se sienten, como van, qué tienen ganas de hacer.

Un brújula que tiene de Norte la corazón. El logo del proyecto "Sentido". Foto: gentileza. 

-¿Cómo es la continuidad de los encuentros?

-Esto empezó el lunes 8 de marzo y es todo el año. Nos vamos a encontrar con el grupo de niñes todos los lunes, miércoles y viernes de 2.30 a 6.30. Y van a tener durante todo el año estos dos maestros. Es una escuela. La semana pasada se realizó el primer encuentro con las familias para conocerse todos. Ya está el esquema de las casas, ya sabemos qué casa toca el lunes, qué casa toca el miércoles, a qué espacio publico vamos a ir el viernes y así. Ya está todo organizado. 

-¿La figura del -o la- docente se convierte acá en un rol de guía, en alguien que acompaña la experiencia de aprendizaje?

-Sí, acompaña, propone, observa, está disponible. Lo empieza a conocer en profundidad, empieza a haber un vínculo donde se lo conoce en cercanía al chico, se va viendo para qué lado va. Son dos acompañantes para un grupo de 10, 12 chicos, es muy cercana la mirada, es muy personalizado. Es difícil estar atento a las necesidades de 30 chicos cuando solo hay una persona a cargo.

-¿Las familias que optan por este tipo de experiencias educativas, llevan al mismo tiempo sus hijos a la escuela formal? ¿Es una experiencia en paralelo o una decisión de que sea el único espacio de aprendizaje? 

-Mirá hay varias realidades y eso es lo lindo de cada experiencia. La diversidad es bienvenida y estamos todos respetando esa diversidad. Hay chicos que están desescoralizados y hay otros que están escolarizados. Algunos en propuestas educativas más alternativas y otros en escuelas públicas y a contra turno van a empezar a vivir esta experiencia en miras en que esto se transforme en su espacio troncal de educación. Entonces, en principio va a estar esta situación más híbrida que son chicos que en la mañana van a ir, dos o tres días a la semana a la escuela formal según como le toco por el protocolo, y que por lo menos va a tener asegurada tres veces lo presencia de la escuela en este espacio. Hay familias que están vivenciando con mucha dificultad todo lo que es el asilamiento, el no contacto. Hay niños que no están con ganas de ir a la escuela tradicional en este contexto.

Acá es como volver a la brújula, cuál es el norte. La mayoría de las familias quieren llevar sus chicos a la escuela para darle lo mejor a sus hijos y lo mejor a veces está en animarse a hacer algo nuevo. La estructura y la institución educativa tiene que reinventarse. A veces no es fácil hacer los cambios adentro de la escuela, a veces son espacios que aparecen como alternativos entre comillas y después son legitimados por la Dirección General de Escuelas, pero así se empieza. Así empezaron las escuelas libres en Europa y después de un tiempo fueron legitimadas. Nosotros vamos más lento pero es así.

-¿Por qué el proyecto lleva el nombre "Sentido"?

Personas interesadas en obtener más información sobre el proyecto ingresar aquí.   

Es la doble acepción de la palabra. Como el sentido del sentir, de estar en contacto con las emociones, porque los niños precisan ser sentidos y precisan sentirse amados, cuidados, validados en sus emociones. Los niños de apoco van aprendiendo toda la parte racional, intelectual, son puro cuerpo y emoción, entonces "Sentido" tiene que ver con esa cuestión más emocional de la infancia y de cuidado hacia ellos. 

"Sentido" también respecto a la direccionalidad, por eso el norte de la brújula. Es ir hacia una dirección que tenga en cuenta las emociones de los niños y de los adultos que habitan las instituciones. Es como un reconectar con los corazones para que el norte tenga algo que aporte a nuestra sociedad. ¿Qué tipo de personas estamos formando, con qué direccionalidad? ¿En contacto con sus emociones o sumamente racionales y desconectados? Es un poco así.  

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