El músico Gabriel Correa hace mover las teclas de su instrumento pero si a alguien de la sala se saca los auriculares que tiene puestos en el canal que enciende la luz azul, lo que hay es silencio. En la realidad con una acústica ambiental normal, Correa, que es uno de los integrantes de la formación Tren Nocturno, está tocando en vivo pero no se escucha. El exquisito show de jazz que está dando la banda suena en alta definición pero la experiencia se disfruta de forma personal con los cascos puestos en los oídos que dan en la entrada y que es el elemento estrella del evento.
La formación "Tren nocturno" ofreciendo un "silent concert" en Bodegas Caro. Foto: Cristian Lozano.
Un poco más allá tres amigas se toman selfies frente a una obra de arte y sus auriculares se iluminan en rojo, están escuchando otra música; una que no es en vivo pero que se propone como alternativa. La bodega donde todo esto transcurre también es protagonista y otro de los canales de escucha se disputa la atención de los presentes contando la historia de sus instalaciones, además de los cuadros exhibidos con las voces de sus artistas. Es una especie de audio guía como la de los museos y el color de identificación en los auriculares es el verde. Mientras unos van y otras vienen en completo silencio por el lugar, en la cava subterránea de la bodega donde la temperatura es justa para conservar las barricas de vino, una proyección en el techo sorprende con imágenes y música de películas. Sí, cada cual está en la suya.
Foto: Cristian Lozano.
Visto desde lejos, todo parece mímica. Una puesta en escena extraña y surrealista. Todos en silencio experimentado su propia aventura; algo así como el clásico literario juvenil pero con auriculares. Una misma propuesta vivenciada de formas tan diversas como las personas que asisten. Le llaman a esto "silent concert" o "headphone experience".
No es algo nuevo, existe desde hace tiempo en Europa, y buscando referencias en suelo local aparece curiosamente Charly en el 2006, cuando en una exclusiva playa de la Costa Argentina presentó "Kill Gil", el disco que estaba grabando en ese momento. En aquella oportunidad el músico ofreció una sinfonía para auriculares y lanzó con provocación: "Creo que la gente ya no escucha a los músicos. Es al revés, los músicos siguen a la gente. Por eso yo defino este recital como Pink Freud, porque es rock para escuchar para adentro", según replicó un artículo de ese año el Diario La Nación.
Foto: Cristian Lozano.
No es una ocurrencia vanguardista ni mucho menos, pero en Mendoza se están empezando a realizar los primeros intentos. En diciembre de 2019 fue Nación Ekeko quien bajo esta modalidad puso a vibrar las sonoridades ancestrales latinoamericanas en medio de la montaña. Hace poco se vivió algo similar con Djs, bodega y atardecer, y este viernes fue el momento de "Nocturnes 2.0". "Un ciclo de eventos artísticos lúdicos que propone nuevos modos de relacionarse y de conectar con nuestros sentidos", cuentan desde la productora Vivo Cultura que busca instalar este tipo de experiencias en la provincia.
Los "silent concerts" o conciertos silenciosos son modalidades contemporáneas de ejecución de música en vivo . En ellos, el sonido de los instrumentos llega a cada espectador a través de señales que viajan por el aire hasta auriculares inalámbricos con sonido envolvente profesional, de manera que la calidad de escucha es óptima en todas las ubicaciones, produciendo una sensación de cercanía e inmersión en la música.
El sistema permite que cada persona ajuste el volumen a su propio gusto, se desplace por diversos espacios hasta 100 mts radiales de distancia, socialice y se exprese libremente sin molestar a los demás participantes. Cada uno puede elegir vivenciar experiencias distintas gracias a los 3 canales de transmisión simultánea de los auriculares.
Foto: Cristian Lozano.
Esta es la propuesta y se presenta como "multisensorial". Con algunas variables según el caso, hay quienes argumentan que reducen la contaminación sonora que suponen los shows en vivo. El componente lúdico no se queda afuera, como tampoco la necesidad de nuevos estímulos que históricamente perseguimos como especie. Buscar algo que nos saque de lo conocido ha sido una constante en la evolución de la humanidad.
Algo así como "estamos en la misma película pero flasheando la banda sonora de nuestra propia historia". Un "estamos juntos pero separados", que en tiempos de pandemia y distanciamiento social adquiere otro alcance. Porque auricular mediante, y siguiendo los protocolos vigentes con capacidad limitada, este tipo de eventos asoma también en Mendoza como una opción distinta para disfrutar en época de Covid.
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Tren Nocturno, la formación que se sumó a la experiencia sonora del ciclo "Nocturnes 2.0", está integrado por los músicos mendocinos Omar Arancibia (Contrabajo), Adrián Vinacour (Batería) y Gabriel Correa (Piano). Para un público con auriculares la banda interpretó obras de Oscar Peterson, Duke Ellington, Earl Hines, Hank Jones y Bill Evans, entre otros.