Opinión

Cuesta abajo: psicología organizacional

Como la letra de casi todos los tangos se refiere a un amor perdido, se sufre por algo que se tuvo y no se tiene más.

Por Eduardo Press

Alfredo Lepera fue el autor de la letra de la mayoría de los tangos que inmortalizó Gardel y guionista de sus películas, entre ellas Cuesta Abajo, que incluye el tango de su mismo nombre.

Letra

Si arrastré por este mundo

la vergüenza de haber sido y el dolor de ya no ser.

Bajo el ala del sombrero, cuántas veces embozada

una lágrima asomada yo no pude contener.

Si crucé por los caminos

como un paria que el destino se empeñó en deshacer,

si fui flojo, si fui ciego, solo quiero que hoy comprendan

el valor que representa el coraje de querer

Era para mí la vida entera

como un sol de primavera, mi esperanza y mi pasión

Sabía que en el mundo no cabía

toda la humilde alegría de mi pobre corazón

Ahora, cuesta abajo en mi rodada

las ilusiones pasadas, yo no las puedo arrancar

Sueño con el pasado que añoro

el tiempo viejo que lloro y que nunca volverá

La empresa cuesta abajo

Como la letra de casi todos los tangos se refiere a un amor perdido, se sufre por algo que se tuvo y no se tiene más.

Hoy les vamos a pedir un ejercicio de imaginación, con los ojos de sus mentes vuelvan a leer la letra y vean que en lugar del amor hacia otra persona, el que habla lo hace de una empresa que supo de su época de esplendor y se vino abajo. Incluso al verbo “querer” le damos el significado del que tiene la intención o el propósito de hacer algo…..entonces podríamos decir “el coraje de querer desarrollar una empresa”.

¿Por qué Cuesta abajo? Porque describe dramáticamente lo que les sucede a muchos empresarios y emprendedores cuando les va mal y pierden su empresa, con las pérdidas económicas y la sensación de fracaso (ilusiones pasadas).

Sería muy extraño que una empresa tenga un final abrupto, que un día esté bien y al día siguiente se fundió. Habitualmente es un proceso que se va desarrollando con más o menos prisa. El tema es si se advierte o no que ese deslizamiento hacia abajo está sucediendo

Nosotros solemos preguntarle a nuestros clientes: “¿cuándo comenzaste a notar que las cosas no iban bien?”; “¿cómo fue que llegaste hasta este punto?”; “desde cuándo está pasando esto”? Hacemos estas preguntas no para juzgar ni reprender, sino para entender el tipo de proceso en el que está involucrada la empresa y qué visión tienen los que la están dirigiendo.

Recordemos que ningún problema nace grande, que la empresa está viviendo un proceso que se inició no sabemos bien cuándo ni cómo, pero sí podemos rastrear los síntomas precedentes a la debacle. También preguntamos “¿no se te ocurrió pedir ayuda?”

En general la respuesta es “No, creí que nosotros íbamos a poder resolverlo por nosotros mismos”.

¿Por qué sucede esto?

Varios son los motivos por los cuales la gente no consulta a profesionales cuando necesita ayuda. Aunque no en todos los rubros sucede esto.

Frente a un dolor de muelas nadie duda en consultar a un odontólogo. Frente a un esguince, una luxación, una fractura, nadie duda en consultar a un traumatólogo. Cuando se nos inunda la casa por una pérdida nadie duda en llamar a un plomero.

Sin embargo en las empresas, frente a dolores emocionales en la gestión, en las relaciones con socios o gerentes o familiares (en el caso de las empresas familiares) no son ni tan comunes ni tan rápidas las consultas.

Si se hicieran las consultas necesarias en tiempo y forma, tal vez muchos ”Cuesta abajo” se hubieran podido evitar y otro sería el resultado.

Es parte del espíritu emprendedor que todo empresario lleva dentro de sí el no rendirse ante la adversidad, eso muchas veces lo lleva a confundir gestionar con un acto heroico como si fuera un hidalgo caballero para el cual pedir ayuda sería como una defección. Algo así como “morir en la mía”.

Otro factor es que a veces recibieron ayuda fallida con lo cual se “arruinó” un recurso, hemos escuchado de boca de muchos de nuestros clientes algo así como “de todos los que consultamos ninguno nos ayudó”.

Aceptar las propias limitaciones es una de las tareas más difíciles, no es del gusto de nadie, así funciona la cultura del éxito que tantos “Cuesta abajo” generó.

Algunos se avergüenzan si piden ayuda, “di muchas vueltas antes de venir a consultar, me da ´cosa´ hacerlo”. En general no suelen comentar si reciben ayuda.

También cabe para nosotros como Psicólogos Organizacionales, creer que con nuestros conocimientos sistémicos podemos dar cuenta de cualquier problema y no es así. Hace mucho aprendimos con dolor que también necesitamos ayuda, por eso fuimos generando una red de profesionales de otras especialidades a quienes consultamos y con quienes compartimos problemas de nuestros clientes.

Hoy tocamos un tema tal vez poco feliz, si bien estos casos existen no son la mayoría. La “Cuesta abajo” se puede repuntar, se pueden encontrar soluciones nuevas y evitar el final que puede parecer inevitable. Tenemos la experiencia de trabajar con empresas que consultaron a tiempo y hoy siguen de pie y con mejor pasar que en su momento.

Amigo Lector: ¿Percibís síntomas de que tu empresa puede estar cuesta abajo? Pedí ayuda antes que se convierta “en un pasado que añores”,

**En colaboración con la Lic. Sofía Florín. Especialistas en Psicología Organizacional, Emprendedores y Empresas Familiares.

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