El festival de cine independiente trajo a Mendoza grandes producciones. A continuación, un resumen con algunas de las proyecciones.
A través de 70 producciones, el Buenos Aires Festival Internacional de Cine Independiente (Bafici) convocó una vez más al público para mostrar lo último en la pantalla grande que se mueve fuera de la industria. A continuación, el resumen de Sitio Andina con algunas de las proyecciones del evento.
Oda al cine de Leonardo Favio: el homenaje necesario
Este año la muestra local del Bafici incluyó en su programación la ópera prima de Alejandro Venturini "Favio: crónica de un director". Y por ser de Mendoza, por ser parte de un festival de cine, porque los realizadores audiovisuales de la provincia decidieron agruparse en un colectivo bajo su nombre, y porque se trata de un homenaje a una de las leyendas de la cultura de nuestro país, resulta ineludible hacer un alto en el camino para destacar el filme.
Lo primero que hay para decir es que el documental surgió del audio de una entrevista inédita que el joven cineasta realizó a Leonardo Favio en su oficina de calle Pasteaur. Todo cambió a partir de ese encuentro. Nada salió como lo había planificado. La idea inicial de la charla que tenía como destino una página Web no prosperó y lo que es mejor: todas las preguntas técnicas que había preparado se anularon en eso que el artista mendocino encerraba en sí mismo: la pasión por hacer lo que se ama.
Con esta chispa encendida es que Venturini lleva a cabo una producción enteramente independiente en la que recupera el lado b de la filmografía de Favio. Un material que reafirma el talento y la sensibilidad con la que el realizador abordaba cada una de sus películas. Desde cómo llega a convertirse en director de cine, hasta la música -trascendental para el lujanino-, la dirección de fotografía, la dirección de actores y el la importancia que le daba a la público como eslabón final de la cadena.
"Favio: crónica de un director" fue una de las claves del Bafici 2016.
El recorrido comienza con "Crónica de un niño sólo" y guarda para el final -y no por azar-, a "Gatica, el Mono". También hay imágenes de Las Catitas, localidad de Mendoza donde nació Favio, testimonios de amigos en Luján de Cuyo, actores, técnicos y el relato de Jorge Zuhair Jury (guionista de casi todas sus películas), quien se lleva el 50% de la riqueza de la cinta, poniendo en palabras el sustento ideológico, poético y melancólico que atraviesa cada una de las historias filmadas por su hermano.
Aunque no es el objetivo principal que impulsa el relato, a través de Jury y de las anécdotas que narra de la infancia y de los momentos críticos que les tocó transitar a ambos, el espectador tiene la posibilidad de delinear un boceto más íntimo y personal del cineasta.
"Yo pensaba que si lograba hacer una película ya le había ganado a la vida", se escucha decir a Favio en voz en off. Esto es lo único que se revela sobre su persona. Su voz y a penas algunas fotografías viejas. El resto son testimonios de las personas que trabajaron con él, imágenes de sus producciones y reconstrucción de escenas como la que hace Natalia Pelayo bailando un pasaje de "Aniceto". Una analogía visual conmovedora.
Venturini logra en Favio: crónica de un director, un respetuoso y onírico tributo a quien logró a través de sus filmes (y sus canciones), consagrarse como un artista popular y al mismo tiempo, de culto. Sin resignar en ello su compromiso político y social.
Una silueta de Leonardo Favio es la que aparece al final con megáfono en mano, en la actitud de decir acción' y convertido en bronce. No es menor esta intención del director porteño. La obra del creador de "Juan Moreira" y "Nazareno Cruz y el Lobo" no parece haber sido de este mundo. Por eso el monumento, por eso la distancia de la narración como quien recupera los pedazos de las hazañas de un prócer. Venturini coloca a Favio en esta categoría, le da este lugar magnánimo dentro de la historia del cine nacional. Y al hacerlo, deja para la posteridad un material fundamental para todo aquel que sueñe con dedicarse al séptimo arte, sin olvidar la pasión que lo mueve.
Financiamiento colectivo para su estreno comercial
La película se encuentra en estos momentos recolectando dinero para concretar su estreno en las salas del circuito comercial a través de la plataforma de financiamiento colectivo Ideame. Los interesados en colaborar pueden hacerlo ingresando en: http://www.idea.me/faviocronicadeundirector
Cortos: selección Bafici Mza
El corto dentro del universo cinematográfico es aquel formato que bien podría compararse con el microcuento o microrelato en la Literatura. Es decir, en poco tiempo se debe contar y resolver una historia. Ahí reside el mayor desafío y también su atractivo.
En el marco del festival este último viernes se pudo apreciar una selección de cortos locales propuestos por los organizadores.
La posibilidad de saber lo que se está haciendo en materia audiovisual, no es menor, sobre todo, porque deja a la vista un movimiento inquieto y creativo de realizadores que desde hace tiempo se viene consolidando en la provincia.
"El Chicho", flamante cortometraje de Leandro Suilá Leitón.
De las seis propuestas que se proyectaron lo más sobresaliente fue el aspecto técnico y estético. En este sentido, se distingue un grado de profesionalismo alto y parejo, aunque lamentablemente algunos cortos no lo compensan desde lo argumental (no sólo es importante cómo se cuenta si no qué se cuenta).
Por este motivo, algunos resultaron más atractivos que otros. Como "Las imágenes de Helena", de la joven directora Andrea Santamaría y el corto "Manuel" de Joel Navas y Natael filmado en súper 8 y en el que narra un episodio de la dictadura desde la perspectiva de juego de un niño.
Mención aparte merece el estreno oficial del primer capítulo de la serie "Superclásicos" de Iñaki Rojas y Gabriel Deputat titulado "El fantasma de Villanueva". Una adaptación regional en formato falso documental del clásico de Oscar Wilde "El fantasma de Canterville", que despertó la risa del público presente en la sala.
La palabra oral como recurso para narrar, la utilización del humor y perlitas visuales inspiradas en el género del cómic, fueron las claves de la buena recepción. Y esto fue sólo el comienzo, ya que el proyecto tiene más programas hilarantes como el que se mostró en el Bafici.
Durante el encuentro también se exhibió "El Chicho", de Leandro Suliá Leiton (creador de la comedia Rosswald vs Richmond); "00.10.00", de Darío Exequiel y "Signos de artista", con idea y dirección de Gabriela Nafissi.
El sur también existe
El segundo día del Bafici tuvo en "Las calles" uno de sus platos fuertes. Dirigida por la cordobesa María Aparicio, esta ficción formateada como documental muestra la historia de un grupo de alumnos de un colegio de Puerto Pirámides, en Chubut, que tiene la misión de ponerle nombres a las calles de su pueblo.
Con un hecho real como base, la directora se encarga en 81' de presentar el lugar, sus pobladores y pobladoras. A través del film, las costumbres como espacio de conformación de la realidad quedan a la vista, y cada uno de sus personajes (principalmente el de la maestra de Historia, interpretado por Eva Bianco) logra captar la atención en los pocos minutos que tiene en pantalla.
El proceso de recuperación de la identidad que detalla la película da cuenta de cómo la historia oral genera una nueva forma de comprensión del pasado, con anclaje en lo popular más que en las instituciones. Allí es donde gana Las calles: en el ámbito de las miradas, el relato y lo cotidiano.
Tras varios años de producción, el largometraje finalmente vio la luz y ahora seguirá su recorrido por festivales en el interior del país, para luego embarcarse a un par de proyecciones internacionales.