Tener un gato como mascota es una experiencia única: son animales independientes, cariñosos y capaces de llenar de alegría cualquier hogar. Sin embargo, a pesar de todos los beneficios que conlleva convivir con ellos, algunos problemas de comportamiento pueden complicar la relación con estos felinos. En este artículo, te contamos cómo identificar y corregir los tres inconvenientes más comunes.
Orinar o defecar fuera de la caja de arena
Uno de los problemas más frustrantes para quienes tienen un gato es que no usan su caja de arena. Esto puede deberse a múltiples factores, como estrés, suciedad en la caja, una ubicación incorrecta o problemas de salud.
Para solucionar este inconveniente, lo primero es asegurarse de que la caja esté siempre limpia y ubicada en un lugar tranquilo y accesible. Además, es importante descartar cualquier problema médico consultando al veterinario. Si el problema persiste, considerar cambiar el tipo de arena o agregar más cajas en diferentes partes del hogar puede ser la solución. Y si en casa hay más de un gato, es posible que no quiera compartir su caja de arena con el otro gato, por lo tanto es recomendable poner una caja para cada uno en lugares separados.
Rascar los muebles
Otro comportamiento habitual que puede generar molestias es el rascado de muebles. Los gatos necesitan afilar sus uñas como parte de su instinto natural, pero cuando esto ocurre en sofás o cortinas, se convierte en un verdadero dolor de cabeza.
La clave está en proporcionar alternativas adecuadas, como rascadores o postes, y colocarlos cerca de los lugares donde suelen rascar. Para reforzar el hábito, se pueden usar juguetes o hierba gatera. Asimismo, cubrir temporalmente los muebles con protectores o materiales poco atractivos para el gato ayuda a disuadir este comportamiento.
Agresividad
La agresividad en los gatos puede manifestarse hacia las personas, otros animales o incluso objetos. Generalmente, esto se relaciona con el miedo, la falta de socialización o el aburrimiento.
Para abordar este problema, es fundamental identificar el desencadenante de la agresividad. Si el gato muestra miedo, darle espacio y tiempo para adaptarse es esencial. En caso de aburrimiento, incorporar juguetes interactivos y sesiones de juego diarias reducirá su frustración. Si la agresividad persiste, consultar a un veterinario o etólogo felino puede ser necesario. A veces los gatos que están padeciendo algún tipo de dolor se vuelven agresivos.
Con paciencia y atención, cualquier problema de comportamiento puede corregirse, logrando una convivencia feliz con tu mascota./supermanada.com