El comportamiento de los gatos siempre ha sido un misterio que cautiva a los amantes de las mascotas. Entre sus peculiaridades, el maullido ocupa un lugar central como medio de comunicación. Sin embargo, no es un lenguaje universal y aún nos cuesta comprenderlo del todo. La ciencia, sin embargo, comenzó a descifrar su verdadero significado.
A diferencia de otros animales, los gatos no maúllan para comunicarse entre sí, sino para interactuar con los humanos. Esta habilidad ha sido perfeccionada a lo largo de su domesticación. Los felinos maúllan para expresar hambre, buscar atención o transmitir incomodidad. Sus sonidos son tan variados como las emociones que desean comunicar.
Los estudios revelaron que los maullidos no son simples sonidos, sino herramientas específicas para captar nuestra atención y lograr una respuesta. Esto ha llevado a los investigadores a analizar cómo los humanos interpretamos estos mensajes.
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Mascota: el enigma detrás de los maullidos felinos que la ciencia empieza a revelar
El estudio que desentraña el vínculo entre humanos y gatos
En 2020, investigadores de la Universidad de Italia llevaron a cabo un estudio para analizar qué tan bien las personas identifican los maullidos de los gatos en distintos contextos. El experimento involucró a 225 adultos que debieron escuchar seis maullidos grabados en tres situaciones diferentes: espera de comida, aislamiento en canil y cepillado.
Los sonidos provenían de diez gatos Maine Coon que compartían condiciones similares, lo que permitió un análisis más controlado. Los participantes, además, evaluaron el estado emocional de los gatos y clasificaron los maullidos según una escala de 11 emociones, como felicidad, frustración o miedo.
Resultados sorprendentes
Los resultados fueron reveladores: la mayoría de los participantes no logró superar significativamente el nivel de azar al interpretar los maullidos. El contexto más identificado fue la espera de comida, con un 40,44% de aciertos, mientras que el aislamiento fue el menos reconocido con solo un 26,67%.
Además, las mujeres y las personas con experiencia previa con gatos mostraron una mayor precisión en sus respuestas, lo que sugiere que la cercanía emocional y el contacto frecuente mejoran la capacidad para interpretar los maullidos.
Este estudio refuerza la idea de que el vínculo entre humanos y gatos es único, pero aún hay mucho por descubrir. ¿Lograremos algún día comprenderlos a la perfección? La ciencia sigue buscando respuestas./Infobae.