Saber si un huevo está podrido puede marcar la diferencia entre una comida sabrosa y una intoxicación grave. Este alimento tan común en la cocina necesita cuidados especiales para mantenerse en buen estado, y por suerte existe un truco casero muy sencillo, aunque todavía desconocido por muchas personas, que puede evitar problemas.
Huevo en mal estado: señales claras y el truco definitivo
La conservación y el estado del huevo son claves para la seguridad alimentaria. Afortunadamente, existen señales claras que nos permiten identificar si uno está en mal estado. Algunas son visuales y otras sensoriales, pero todas pueden alertarte a tiempo. Entre ellas:
huevo podrido, las recetas de la abuela (1).png
Ni romperlo ni por color: cómo saber si un huevo está podrido
El truco más efectivo consiste en sumergir el huevo en un vaso o bol con agua. Depende de su se hunde o no, son las condiciones en las que se encuentra:
- Si el huevo se hunde y queda horizontal, está fresco.
- Si se hunde pero queda en posición vertical, es viejo pero todavía se puede usar.
- Si flota levemente, es dudoso.
- Si flota en la superficie, está podrido y no debe consumirse bajo ningún concepto.
La flotación es causada por los gases que se acumulan en el interior del huevo a medida que la materia orgánica se descompone.
image.png
Ni romperlo ni por color: cómo saber si un huevo está podrido
Foto: Infocampo
El huevo y sus cuidados: más allá del truco
El huevo es un alimento muy nutritivo, rico en proteínas, vitaminas y minerales. Pero requiere cuidados especiales para evitar su deterioro. Algunas recomendaciones clave:
- No lavar los huevos antes de refrigerarlos, ya que poseen una cutícula natural que los protege.
- Conservarlos en la heladera, alejados de fuentes de calor.
- Evitar consumirlos después de la sexta semana desde su puesta, ya que comienzan a perder sus propiedades.
Como indican desde Infocampo, en Argentina se consumen más de 265 huevos por persona al año. Por eso, aplicar este sencillo truco y prestar atención a los detalles puede ser crucial. Porque detrás de un desayuno o una receta, hay algo más en juego que el sabor: tu salud./LN.