YPF proyecta su incursión en el sector nuclear con minería de uranio en Chubut y Mendoza, alianzas con la CNEA y energía para desarrollos tecnológicos
La mina de uranio Cerro Solo en Chubut
YPF se encuentra en proceso de redefinición de su perfil como empresa energética integral, con la vista puesta más allá del petróleo y el gas. En el marco de su estrategia 2030, la compañía analiza ingresar al sector nuclear mediante la creación de una nueva unidad denominada YPF Nuclear, iniciativa que contempla la participación en la minería de uranio y una articulación directa con la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA), según lo anticipó su presidente y CEO, Horacio Marín.
El proyecto de lo que sería una nueva división de la empresa aún se encuentra en etapa preparatoria, pero ya se iniciaron las conversaciones entre Marín y el titular de la CNEA, Demian Reidel, para evaluar la viabilidad de operaciones en Chubut y Mendoza, dos provincias con reservas probadas del mineral. “Siempre hay que poner metas altas y después ver hasta dónde llegamos. Queremos coordinar con quien maneja el programa nuclear argentino”, afirmó Marín, durante un reciente encuentro del sector energético en la provincia patagónica.
Uno de los primeros pasos contemplados en esta iniciativa es la posible participación de YPF en un proyecto de minería de uranio en Chubut, donde la empresa se está retirando totalmente (al igual que en Mendoza) de su negocio principal desde su fundación, la extracción de petróleo convencional, pero mantiene activos importantes a través de YPF Luz y sus parques eólicos.
Marín fue explícito al afirmar que el desarrollo nuclear requerirá la conformación de una estructura nueva y altamente especializada. “Obviamente, tomaríamos gente especializada. No vamos a poner petroleros a hacer esto. Sería una empresa nueva”, precisó, subrayando que no se trata de reconvertir recursos humanos, sino de sumar capacidades específicas para un sector complejo y sensible.
La articulación con la CNEA permitiría incorporar conocimiento acumulado en décadas de investigación y desarrollo del Estado argentino en materia nuclear.
Uno de los primeros pasos que proyecta YPF es comenzar a trabajar junto al gobierno de Chubut y la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) en la exploración de yacimientos de uranio ubicados en la provincia.
En ese marco, sobresale el caso de Cerro Solo, considerado el principal reservorio argentino del mineral, con recursos razonablemente asegurados equivalentes a 4.420 toneladas.
Desde YPF no hubo precisiones de los posibles proyectos en nuestra provincia, pero en caso de una asociación con la CNEA, se conoce desde hace tiempo la intención de reactivar la actividad en Sierra Pintada.
La propuesta de YPF no se limita a la extracción de uranio, sino que también imagina la generación de energía a través de los SMR (reactores modulares pequeños), que Reidel anunció se desarrollarán en el país después de paralizar el proyecto avanzado (con piloto construido) del CAREM.
“Argentina puede hacer reactores modulares. Si eso sucede, queremos estar ahí. YPF es una compañía gigante, puede generar valor y ayudar a que en el país se desarrollen data centers gigantes”, expresó Marín, apuntando a un sector cuya demanda energética se duplicará en la próxima década: la inteligencia artificial y el procesamiento de datos.
La idea de instalar una planta cercana a la mina de uranio y crear un polo nuclear energético en Chubut cobra así mayor relevancia. La posibilidad de abastecer tanto a la demanda local como a emprendimientos internacionales mediante un esquema de “exportación energética digital” es uno de los pilares de esta estrategia. En este modelo, la energía no se exporta físicamente, sino que permite operar centros de datos globales desde el territorio argentino.
Una idea por la que viene trabajando Reidel en el entorno presidencial desde el primer día: la instalación de data centers aprovechando lo que él considera ventajas sustanciales de Argentina, como la extensión territorial y el clima.
En reiteradas ocasiones, Horacio Marín ha insistido en la necesidad de proyectar a YPF más allá del ciclo de los hidrocarburos. Durante su exposición en el foro Energía Chubut 2050, sostuvo que “hay que pensar en el 2030 para adelante, porque cuando estén maduros los desarrollos hidrocarburíferos, YPF tiene que seguir siendo una compañía grande. Si es centenaria, debe llegar a ser bicentenaria”.
Esta mirada de largo plazo de Marín sostiene que el futuro de la compañía no dependerá exclusivamente de Vaca Muerta ni de los recursos fósiles, sino de su capacidad para posicionarse en la transición energética global. La incorporación de la energía nuclear, junto con las renovables y el desarrollo de nuevas soluciones de almacenamiento, forma parte de esta hoja de ruta.
“Las inversiones significativas en el futuro estarán allí, y creemos que vamos a tener la licencia social para hacerlo”, afirmó Marín, en referencia a la aceptación que deberán construir ante la opinión pública y las comunidades locales, especialmente en zonas como Chubut, con antecedentes de conflictividad en materia minera.