Seguridad vial: Andrés Villouta y la misión de concientizar todos los días
En el Día Nacional de la Seguridad Vial, el padre de Alan Villouta recuerda con su testimonio la importancia de las responsabilidades individuales al conducir.
El caso de Alan Villouta y la importancia de tomar conciencia sobre la seguridad vial.
El caso de Alan Villouta causó conmoción en la provincia de Mendoza. Aquel 26 de agosto de 2017, el joven de 21 años salió de trabajar de La Barraca y cuando intentaba cruzar el Acceso Sur para esperar el micro que lo llevaría a casa, fue embestido por un vehículo cuyo conductor no se detuvo a asistirlo. A partir de ese momento, su familia comenzó con una lucha que mantiene viva hasta hoy: concientizar. En el Día Nacional de laSeguridad Vial, el testimonio de su padre, Andrés Villouta y su trabajo en la ONG “Red de Corazones”, le recuerda a la sociedad la importancia de las responsabilidades individuales.
“No es solamente el 10 de junio, sino que concientizar es un trabajo de los 365 días del año. Es un tema delicado porque se trata de responsabilidades individuales en cuanto a las decisiones que tomamos cuando vamos a manejar un vehículo. Creo que la seguridad vial pasa por la importancia de ser consciente y de respetar las leyes y normas vigentes. Es una tarea de todos, no debemos ser hijos del rigor y esperar a una especie de correctivo para que podamos ser más responsables, hay que educar a la sociedad, tener las herramientas pero también saber cómo usarlas correctamente, son todas patas de una misma mesa”, comenzó Andrés Villouta.
“Hay que ir a las escuelas, hay que entregar folletería, nosotros lo hemos tenido que incluir a raíz de lo que nos pasó. Yo era uno de lo que se sentaba frente a la televisión esperando a que mi hijo llegara. Nunca imaginé que me iba a pasar algo como lo que viví. Entonces, el tema de la seguridad vial también es personal porque yo decido cómo actuar cuando me subo al auto por las mañanas para llevar a mi hija al colegio, por ejemplo, yo elijo la forma en la que lo voy a hacer, a eso me refiero con las responsabilidades individuales”, agregó.
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En el medio, Andrés Villouta, padre de Alan.
Foto: Yemel Fil
Una red de corazones, una red de contención
Tras la muerte de Alan; Andrés Villouta comenzó a dar batalla en varios frentes: en primer lugar, el pedido de Justicia por su hijo, luego, la construcción de una pasarela para prevenir que otro caso así vuelva a ocurrir, pero ahí no termina, porque aún en medio del dolor por una pérdida irreparable, la familia se unió en la ONG “Red de Corazones”.
“Nos dedicamos a la concientización y también a la contención, tanto emocional como espiritual, de aquellas personas que viven lo que nosotros hemos padecido como familia: la pérdida de un ser amado ya sea un hijo/a, un hermano, una madre, un esposo, una nieta, una sobrina, amigos, compañeras de trabajo, porque aquí todo el mundo pierde, no sólo sus padres sino todos los vínculos que esa persona que ya no está forjó en su vida”, expresó Andrés.
“Entonces, si bien ese duelo es individual, nosotros ofrecemos también contención, porque todo duele, ver una cama tendida que ya no se va usar, es un plato de comida que ya no está en la mesa, es una silla vacía, es todo y cada persona lo vive diferente: los hermanos de Alan se van a acostar y su cama ya no está y eso que viven ellos, yo lo vivo de otra forma porque nadie sabe lo que fue levantar a mi hijo del asfalto como lo hice. El dolor es el mismo, pero se viven diferente”, continuó.
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Foto: Yemel Fil
En ese contexto, la Red de Corazones presta un momento, una palabra o, simplemente, el silencio. “Ni siquiera se trata de aconsejar, no somos psicólogos, solamente acompañamos en lo emocional y en lo espiritual, en la fe, ¿quién puede comprender mejor ese dolor que una persona que también lo vivió y lo vive?”.
“Por supuesto, que en caso de que necesiten ayuda, intermediamos, hacemos un puente tanto para la asistencia psicológica como para quienes tengan que comenzar un camino en temas judiciales, con el ministerio de seguridad, como lo hemos caminado nosotros. En asesorar en temas delicados para que no firmen cualquier cosa porque aún en momentos de vulnerabilidad, aparece gente que busca un provecho no ayudarte. Además, si la familia atraviesa alguna otra necesidad, también estamos y colaboramos, por ejemplo, con bolsas de alimentos, tratamos de acompañar sin ser invasivos, nos contactan y a veces, compartir un mate, una charla, ayuda y a eso nos dedicamos”, cerró.