A través de la Ley 7161/2003, la escuela 1-004 "Dr. Guillermo Rawson" de Godoy Cruz fue declarada Bien de valor histórico y cultural provincial. Pero pese a que el reconocimiento sea un orgullo para Mendoza, a veces este título trae dolores de cabeza. Las cañerías, las conexiones eléctricas y los techos son problemas corrientes de la institución que en muchas ocasiones se encuentra con las manos atadas porque la construcción, que ya tiene 153 años, "es patrimonio y no se puede tocar".
La escuela ubicada en calle Azopardo fue fundada en 1863 guarda mucha historia. En los turnos mañana y tarde recibe el nombre de Dr. Guillermo Rawson (primaria) y la matrícula en ambos turnos es de 936 estudiantes. Por la noche, en ese edificio también funcionan dos escuelas más: la Julián Aguirre y la Niñas de Ayohuma por lo que, en total, por este establecimiento desfilan alrededor de 2 mil estudiantes por día sin contar al personal docente, directivos y celadores.
Es normal imaginar que una construcción tan antigua y adaptada a otra época no pueda resistir de manera airosa el paso de tantos alumnos durante tanto tiempo y aunque la Rawson está de pie y funciona conservando su esencia, tiene algunos inconvenientes que representan un dolor de cabeza para sus autoridades y padres de la comunidad educativa. De hecho, el diputado Lucas Ilardo (FPV) presentó en la Legislatura provincial un pedido de informe a la Dirección General de Escuelas "sobre diversos puntos referidos a las condiciones edilicias de la escuela", como reza en la resolución aprobada en la Casa de las Leyes.
Este pedido se motivó en los reclamos de un grupo de madres de alumnos de la Rawson que contactó al legislador para señalar los problemas que consideran que complican el bienestar de sus hijos. Las cloacas, el corte de agua que se produce al mediodía son algunos de los planteos que la misma directora del establecimiento, Jaqueline Curri, salió a responder.
En una charla- y posterior recorrido- junto a la cabeza la institución, este diario caminó por todos los rincones de la escuela y recibió las respuestas a cada reclamo de las mamás de alumnos al tiempo que se señalaban otros que no se habían planteado aunque, igualmente, no todos quedaron satisfechos con las contestaciones.
"¿Qué institución antigua resiste a 2 mil personas por día? Dentro de todo, esta escuela es un lujo", fue la primera frase de Curri, la directora de la Rawson hace casi dos años. Y continuó: "Claro que tenemos problemas, han venido a repararlos pero son soluciones pasajeras, es una escuela vieja pero puedo asegurar que nunca se han sentido olores nauseabundos en este colegio. Sí tenemos inconvenientes como que no se llenan los 6 tanques de agua y, en ocasiones, quedamos sin agua al mediodía, es un problema de presión del agua. El tema es que acá viene Infraestructura Escolar y hace una cosa y viene la Municipalidad de Godoy Cruz y hace otra", explicó la directora.
Otro reclamo de las madres de los alumnos de la Rawson tenía que ver con las cloacas. Afirman que podría estar mezclada con el agua potable y hasta denunciaron que hubo varios casos de gastroenteritis entre los niños. Curri respondió que "no hay derrames cloacales, acá vino el EPAS y comprobó que no hay. Y, si se tapan los baños es por el mal uso: se han encontrado todo tipo de elementos en los inodoros que algún momento bloquean su funcionamiento. Pero mi deber es resguardar la salud, primero de los chicos y después de la comunidad educativa y eso hago. Acá no se pueden cambiar las cañerías porque, como es patrimonio, hay que conservar los cerámicos o conseguirlos con la misma calidad, no podemos simplemente romper todo. No puedo arreglar todo, no puedo tocar porque es patrimonio provincial", enfatizó la cabeza de la escuela, a lo que las madres sugirieron anular las cañerías subterráneas e instalarlas de manera externa para optimizar su funcionamiento.
La propia directora sumó otros inconvenientes: "La conexión eléctrica suele fallar. Incluso, el otro día hubo una pequeña explosión en la caja central y terminamos pagando nosotros el arreglo. La escuela debe comprar material porque no hay plata en el Estado y nos mantenemos con eventos, ahora para el 12 de noviembre hemos planeado una maratón en el Espacio Verde Luis Pescarmona con el objetivo de reunir fondos pero no es fácil", señaló.
Los techos se estaban cayendo, están en mal estado pero con dinero de la Nación se están restaurando. A la directora de otra de las escuelas que funciona acá le depositaron un monto y con una parte se repararon una parte de los techos y con otra se comprará una cisterna para no tener más problemas de agua, relató Curri.
"Para los docentes, por ejemplo, no tengo baños de hombres y mujeres. El que hay es desagradable. Cada vez que querés arreglar algo es todo un proceso y encima a veces no hay dinero. La DGE nos deposita un monto fijo de 1.328 pesos por mes para limpieza y materiales de librería. Hemos pedido que se nos amplíe ese presupuesto y ahora la cifra sumará 300 pesos más. Es una escuela muy grande, con muchos estudiantes y necesita mantenimiento, ya hemos elevado notas a Infraestructura escolar a Patrimonio cultural, por ahí vienen y arreglan una cosa acá, otra allá. No es fácil", cerró la directora.
Los libros del 1800, otro dolor de cabeza
La escuela Guillermo Rawson alberga en sus paredes muchos años de historia. Los pisos, galerías y patios regalan un agradable viaje al pasado. En la biblioteca del establecimiento, un gran mueble guarda cientos de páginas de historia. Libros que acumulan días y noches aguardando detrás de los vidrios de su armario un lugar mejor para lucirse.
Pero que estos textos estén acumulando polvo en un estante no es el problema principal sino que ya comienzan a ser un riesgo para la salud. La bibliotecaria de la escuela, Silvia Veronelli, ha experimentado sarpullido en la piel mientras que los llamados "piojillos de los libros" ya crearon una colonia en esos estantes. "Algunos no se pueden abrir, en especial los de cuerina", indicó la bibliotecaria.
"Elevé una nota pidiendo que los trasladen a otro lugar donde puedan exhibirse y tener los cuidados propios de una reliquia pero vinieron, sacaron unas fotos y se fueron, nunca volvieron", dice con pesar la directora Curri.