Sigue en cartel la obra de teatro del autor croata Ivor Martinic: "Sería una pena que se marchitaran las plantas". El 6 de agosto en la Sala Ana Frank tendrá una nueva función.
Sigue en cartel la obra de teatro del autor croata Ivor Martinic: "Sería una pena que se marchitaran las plantas". El 6 de agosto en la Sala Ana Frank tendrá una nueva función.
Bajo las directrices del actor, director y productor teatral, Willy Olarte, la puesta del dramaturgo que escribió la obra de teatro que recorrió el mundo Mi hijo solo camina un poco más lento, sube a escena con un elenco integrado por Denis Arnáez, Andrea Cichinelli, Andrelo Martínez y Cecilia Villalva. Este grupo de actores es el que construye los hilos de una propuesta que aborda la ruptura de una relación de pareja sin distinción de género.
La crisis aparece cuando uno de los personajes no logra acordarse del acontecimiento más importante de la relación en los ojos del otro. A través de los recuerdos, la ex pareja trata de contar su historia en común.
Es una obra sobre los intentos de expresarse verbalmente y crear una historia que podamos que podamos asumir para luego relatar objetivamente.
Drama y humor se pasean en una estructura abierta, donde cada puesta en escena es diferente y los actores usan sus propios nombres, edades y biografía. El director forma también parte tangencialmente de cada puesta en escena y, tal vez, interactúa con los actores y el público, buscando la mejor versión de la misma.
Es, en definitiva, ¡una de amor!, reza la sinopsis de la obra. Pero ante esa ruptura amorosa, ¿cómo reaccionamos? ¿Hay reglas para una separación? ¿Una pareja de varones se comporta igual cuando se alejan, que una pareja de mujeres? ¿O que una de una mujer con un hombre?
Willy Olarte cuenta sobre este nuevo desafío que asume al poner en escena esta pieza de teatro de Ivor Martinic :
-¿Qué es lo que te atrajo de esta puesta para dirigirla y traerla a escena a Mendoza?
-Me gustó mucho que fuera sobre el amor y sobre una ruptura amorosa. Hace rato que tenía ganas de hacer alguna cosa más íntima. Si bien a mí me gusta hablar y contar sobre las relaciones interpersonales, sobre todo lo que nos mueve, quería hablar más sobre el amor. Y ver que la obra estaba pensada para que sea actuada por una pareja de hombre y mujer o una pareja de varones o una pareja de mujeres, eso ya me gustó mucho porque habla de una universalidad del idioma que es el amor y los distintos acentos que tiene ese amor conforme el territorio donde desembarque. Entonces si el castellano desembarca en Colombia seguramente va a tener ciertos modismos, pero va a ser siempre un idioma. Y si el amor desembarca en una pareja hetero o desembarca en una pareja gay va a tener ciertos modismos, ciertas formas. Eso me gusto mucho de esta obra.
-¿Qué le aporta a la obra que la estructura sea abierta?
-La estructura está abierta y habla del rol del director. Que la gente sepa en qué momento escribió el autor ese pedazo de la obra y qué le pasaba en la cabeza en ese momento e interactuar sobre eso y que no sea solamente un texto interpretado, sino que sea una anécdota de charla, una charla de café en donde se va contando cómo se parió una obra de teatro.
Sería una pena que se marchitaran las plantas