Blur, Pet Shop Boys y Beck y fueron las estrellas principales de la segunda jornada del festival Primavera Sound, que se llevó a cabo en el Parque Sarmiento de la Ciudad de Buenos Aires. Y la verdad es que cualquiera de las tres propuestas podría haber cerrado la noche (lo hizo Blur) porque la calidad artística de los músicos es tal alta que no hay notables diferencias, más allá de lo musical.
El evento
Desde temprano, el público fue llegando al polvoriento predio ubicado junto a la General Paz, bajo un sol muy fuerte y así fueron pasando artistas por los cuatro escenarios montados. Virus, Turf, Off!, Carly Rae Jepsen y Milo J tuvieron su momento de aplausos y ovaciones mientras el predio se fue colmando por unas 50 mil personas, tanto como la noche anterior con The Cure.
A las 20 se encendió la primera luz de la noche: Beck. El británico ofreció un concierto muy festejado y preciso, con una entrega musical sin tapujos, llena de melodías claras y concretas. Beck tuvo mucho feedback con el público argentino y fue quien más lo utilizó en ese sabido ida y vuelta de coros populares. Metió mano a sus hits (Qué onda güero, Dreams, Loser, E-pro, Where it’s At, entre otros) pero también paseó por el funk, por el pop y cuando tuvo que apretar el acelerador rockero él y su banda nunca dudaron. Además, hubo lugar para que invitara a Damon Albarn para hacer una canción juntos (lujos de festivales…). Excelente presentación.
Exactamente a la 21.15 (hubo una puntualidad aplaudible en todo el festival) Neil Tennant y Chris Lowe aparecieron para dar vida a Pet Shop Boys y una verdadera catarata de éxitos. Acá si bien hubo muy buena música basada en la electrónica, existió un factor preponderante y fue el visual. Realmente el espectáculo que ofrece Pet Shop Boys es brillante desde lo estético. Si bien al principio se pensó que solo estaban Tennant y Lowe en el escenario con el correr de los temas se descubrió una banda muy ajustada que estaba detrás de todo, sosteniendo hit tras hit.
Suburbia, Domino Dancing, Paninaro, Go West, It’s a sin y West end girls fueron tan solo algunos de los éxitos de Pet Shop Boys con los que pusieron a bailar a la multitud, en un show de nivel mundial.
Y el gran final fue para Blur. El cantante Damon Albarn, el guitarrista Graham Coxon, el bajista Alex James y el baterista Dave Rowntree subieron a escena en medio de una ovación que les hizo sentir cómo y cuánto se los extrañó por estos lares.
La banda es dueña de un sonido que marcó el mundo musical en los 90 y 2000. Guitarras sucias y distorsionadas, batería precisa, piano alterno y la voz inconfundible de Albarn que puede seducir y enfurecer en tan solo cuestión de segundos.
Blur aprovechó el set para mostrar canciones de su muy buen último disco “The ballad of Darren” y para pasear por canciones de siempre como Beetlebum, Coffe & TV, Parklife, Song 2, Girls & Boys, la siempre bella Tender y algunas más.
Como ya es habitual, el ida y vuelta de Damon Albarn con el público argentino no tiene marcha atrás. Hay una situación amorosa y sentimental ahí. Y esta vez, el cantante hizo subir al escenario a una fan que terminó siendo una periodista mendocina que tuvo el honor de que le cantaran en vivo y ante una multitud.
El final encontró a miles de personas caminando por el barrio de Saavedra con caras felices, oídos libres de ruidos (el sonido del evento fue admirable), corazones contentos y la certificación de haber vivido dos noches llenas de la mejor música británica de los últimos años, acá nomás, cerquita de casa.