Las aseveraciones de Cristina Kirchner y Mauricio Macri sobre la carga de los impuestos metió el tema, muy hablado y poco estudiado, en la agenda política.
La política va creciendo en intensidad (nunca decayó) pero los tiempos electorales y la crisis económica que el oficialismo en soledad (y sin colaboración de ningún sector) trata de sobrellevar vuelven a poner la cuestión política partidaria y electoral en primer plano. En ese contexto entra en discusión un tema espinoso como el pago de impuestos que aparece en la agenda tanto de Cristina Fernandez de Kirchner y Mauricio Macri
En un tiempo donde los extremos ganan espacios en el mundo, Argentina (como hace 200 años) no es la excepción y todo parece encaminarse a una potenciación de los extremos. Las actitudes y expresiones de los dos líderes de los espacios políticos de la Argentina, Mauricio Macri y Cristina Fernández de Kirchner, dan la pauta de que ellos también lo entendieron y serán candidatos o electores finales de los candidatos de cada sector.
Los operativos “clamor” de ambos sectores están en marcha hace varios meses y con el paso de los días y la coyuntura van tomando más color. Llama la atención en un contexto tan claro no solo en los político sino también en lo social que (como pasó está semana en Mendoza) haya “consultores” nacionales que sigan insistiendo en la tercera vía.
En este contexto cada palabra, cada acción comienza a tomar otra dimensión y no es ni más ni menos que lo que pasó con las últimas apariciones de los dos expresidentes.
Durante su discurso la vicepresidenta después de detallar algunas sensaciones y vivencias posteriores al intento de magnicidio, entró de lleno -una vez más- en la economía y en su visión de una actualidad de la cual viene hablando permanentemente en cada aparición pública.
Los ingresos de los trabajadores estuvieron en el centro del discurso con algunos recuerdos y definiciones que seguramente sorprendieron a más de uno. Al recordar que sobre el fin de su gobierno el reclamo era que muchos trabajadores pagaban Ganancias y que ahora el problema es que muchos trabajadores cobran salarios casi de pobreza, lanzó una de las frases más fuertes. Con los guantes de pelea calzados aseguró; “los trabajadores no pueden dibujar sus salarios como hacen algunas empresas con sus balances para pagar 5 o 6 por ciento en vez de 35”.
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Cristina Fernández de Kircher volvió a poner en agenda la discusión sobre los impuestos en la Argentina.
El panorama que trazó la presidenta sobre el impuesto a las ganancias es un tema de discusión permanente en los ámbitos donde se debate con cierta responsabilidad el tema y no con el libro de las frases hechas.
No hace mucho tiempo un trabajo de Alfredo Serrano y Mariana Dondo de la CELAG aseguraba que "el pago de impuestos siempre es un asunto recurrente y controversial. Sin embargo, poco se habla de lo que “no se paga”, sea por evasión o por elusión. En el primer caso, se hace incumpliendo la ley. Y en el segundo, se logra gracias a que la ley ofrece un tratamiento impositivo preferente en determinadas situaciones y que, en muchas ocasiones, acaba derivando en la posibilidad real de maniobrar torticeramente para dejar de pagar lo que corresponde, aprovechándose de algún subterfugio o limbo legal”.
El tema impositivo es de discusión permanente y no solo Cristina Kirchner lo pone sobre la arena de discusión política sino también lo hace Mauricio Macri en cada aparición, obvio que con perfiles muy diferentes.
Serrano Mansilla y Dondo aseguraban que “Se suele discutir mucho sobre la evasión, pero muy poco de la elusión, y tanto una cosa como la otra contribuyen a que cualquier sistema tributario padezca un flujo de filtraciones de grandes dimensiones”
El trabajo destaca que “A pesar de todo lo que se publica, el nivel de recaudación en Argentina está por debajo de los estándares internacionales. La presión fiscal en 2019 del país fue del 28,4 % del PIB, mientras que el promedio de los países de la OCDE es del 34,3 %”.
Y remarca algo que sabemos cualquiera de nosotros “ la composición tributaria en Argentina es muy desigual en cuanto a quiénes soportan su carga. La mayoría de lo que pagamos procede de impuestos indirectos, o sea, los más regresivos e injustos. En cambio, gran parte de lo que se evade y elude se concentra en aquellos que tienen más ingresos”.
Advierten que: “El sistema tributario argentino bien podría recaudar más y con más justicia fiscal sin necesidad de aplicar más impuestos. Bastaría, por un lado, con simplificar y reordenar la matriz impositiva (que tiene diversidad de tributos a nivel municipal, provincial y nacional) y, por otro lado, con unas reformas específicas orientadas a detener la evasión y la elusión”.
El informe advierte que en la Argentina “la tasa legal del impuesto que tienen que pagar las empresas difiere significativamente de la tasa efectiva, la que realmente pagan. La tasa legal era en 2018 del 30 %, pero a la hora de la verdad, el tipo impositivo efectivo sobre sus beneficios fue del 7,8 %”
Con prácticas elusivas en “Argentina se deja de pagar en impuestos el equivalente a un 2,74 % del PIB gracias a ventanas legales que lo permiten. O, lo que es lo mismo: se pierde un 9 % del total de recaudación. Seguramente muchas de esas exenciones tributarias están justificadas, porque se quiere promocionar un determinado sector económico, o una zona geográfica. Pero cuando se mira con lupa esa caja negra, se encuentran tantas excepciones respecto al principio genérico que pareciera que no pagar impuestos es la regla general”, los mendocinos conocemos bien el tema con la Promoción Industrial.
El informe de la CELAG aseguraba al momento de su publicación (y la situación no ha cambiado); “Aún resta mucho por hacer para avanzar en calidad y cultura tributaria en Argentina. Todos los que hablan de equilibrio fiscal siempre se olvidan de esta vía, la de evitar fugas y filtraciones que están permitidas por ley, y de la que se aprovechan mayoritariamente los que más tienen. Y también obvian lo que no se paga por evasión, o por riquezas no declaradas offshore (que según datos de 2017, suponía el 74,8 % del PIB), o por bases tributarias subvaluadas por no existir un catastro de propiedades ajustado a los precios de mercado; o lo que dejan de pagar las gigantes tecnológicas (Google, Apple, Facebook, Amazon, Netflix) que operan en el país; o lo poco que tributan las rentas del capital”.
La discusión de la tributación en la Argentina está en la agenda de los candidatos de cualquier espacio que provengan y debería generar algo más de interés en la ciudadanía que no logra quizás comprender la importancia que tiene en su vida diaria el tema.