Mientras el centro de atención del jueves estará una vez más sobre el Ministro Sergio Massa y las reacciones de su equipo frente a la millonesima crisis cambiaria de la Argentina en un escenario absolutamente desfavorable para las expectativas. Un obra fundamental para la exportaciones y las divisas tendrá su primer paso, el Canal Magdalena.
El presidente Alberto Fernández y el gobernador Axel Kicillof se mostraran juntos después de muchos meses. El contexto de esa foto será muestra una vez más de las contradicciones que tiene este gobierno en su gestión. Por un lado le cuesta la coyuntura y por otro aparece empeñado en en solucionar problemas a futuro que pueden cambiar el perfil de la economía argentina o parte de ella.
Así como puso todas sus fichas en el gasoducto que será inaugurado en pocos meses y mejorara la balanza del comercio exterior, Fernández y Kicillof anunciaran hoy la licitación del Canal Magdalena, fundamental para que el Estado recupere el control de las exportaciones.
Vale la pena recordar ante esta novedad el fundamento y la necesidad de esta obra para la economía argentina y sus exportaciones, no solo de la Pampa Húmeda sino también de las economías regionales.
La realización del proyecto del Canal Magdalena comprende una obra estratégica, con la capacidad de transformar la geografía económica nacional y reafirmar la soberanía sobre las vías navegables. Explicamos el año pasado en Radio Andina recuperando datos de varios informes, entre ellos uno de muy detallado del CEPA.
En términos geoestratégicos, brinda una salida directa al mar y mejora la conectividad fluviomarítima, lo cual contribuye a la integración al mundo, así como también posibilita la consolidación de la Argentina Bicontinental y la conexión de los espacios nacionales marítimos continentales, insulares y antárticos.
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Recordemos que actualmente, el Canal Punta Indio es la única vía de ingreso (y egreso) a los puertos del Río de la Plata, el Río Paraná y el Río Uruguay, tanto para buques de ultramar provenientes de Europa, Asia u otras partes del mundo, como para buques que provienen del sur de nuestro país. Esto implica que los buques que parten de un puerto argentino a otro puerto argentino, deben pasar por aguas de uso común y solicitar autorización de una autoridad marítima extranjera (Uruguay)para transitar y es uno de los grandes agujeros por dónde se escurren los dólares de la exportaciones via triangulaciones sospechosas.
Como contrapartida, el Canal Magdalena, permite una autonomía para el comercio exterior de nuestro país, al habilitar un recorrido fluvial sin condicionamientos externos hasta la salida al mar. Al tiempo que permitirá a las embarcaciones de cabotaje realizar un recorrido completo por aguas de administración nacional en su recorrido entre puertos argentinos.
Los beneficios económicos y de navegación del Canal Magdalena pueden sintetizarse en algunos puntos claves:
Del conjunto de las demoras que actualmente se producen en la Vía Navegable Troncal, el 65% se genera en el Canal Punta Indio.
La mejora en los tiempos de navegación absolutos podrá incrementarse entre un 4 y 10% (dependiendo la traza definitiva) para el tráfico del norte y un 80% para el tráfico del sur.
Esta reducción en los tiempos de navegación, tiene como correlato directo que la utilización del Canal Magdalena le generaría al sistema de navegación nacional entre 85 millones y 89 millones de dólares de ahorro anual.
A su vez, por ser un canal de navegación más eficiente, se generan mejores condiciones de seguridad para el transporte fluvial, lo que también redundará en menores costos de cabotaje.
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El dragado y obra del Canal Magdalena permitirá recuperar al país el control total de sus comercio exterior.
El nuevo recorrido de navegación permitirá fortalecer economías locales y promover el ingreso de divisas al país, como resultado de la provisión de servicios a los buques que hoy se brindan desde Uruguay.
El beneficio económico de un potencial traslado de servicios para buques que utilicen el Canal Magdalena puede estimarse en un valor cercano a los 150 millones en el escenario más optimista y unos 60 millones, por año, en el modelo más moderado.
En un país eternamente necesitado de divisas si se realiza un cálculo lineal que tenga en cuenta los ahorros generados por la mejora en la navegación y los ingresos en dólares vinculados al Canal Magdalena podrian significar beneficios entre los 145 millones y 243 millones por año.
La ejecución del Canal Magdalena cuyo primer paso se dará hoy presenta una solución logística que implica una transformación fundamental para la infraestructura fluviomarítima, la eficiencia en la navegación y sobre todo, un cambio radical en la geografía económica y política nacional.