Ante el cese de actividades y shows en vivo que impuso la cuarentena a causa de la pandemia, los artistas encontraron otra forma de conectarse con el público: los eventos a través de las plataformas digitales en formato streaming. Diversas personalidades del teatro, la música, el cine y la televisión valoraron, en entrevistas brindadas a Télam durante los últimos 100 días, las virtudes y defectos para su actividad de la transmisión y realización virtual de contenidos, la experimentación y la relación con los públicos.
A continuación algunos de los más representativos:
La actriz Carola Reyna de la serie web "Terapia en cuarentena" comentó al respecto: "Me sedujo todo, primero que me hagan una oferta laboral en este contexto, siendo yo actriz y sabiendo la situación de los actores frente al aislamiento y me interesó que sea un experimento, la primera vez de una serie web producida en estas circunstancias".
Sebastián Amor del grupo de teatro La Pipetuá también dio su punto de vista sobre esta nueva modalidad: "La gente se está acostumbrando a ver obras de teatro por streaming y aunque por ahí el teatro se torna más frío no por ello menos disfrutable, el hecho de que las personas hagan un 'click' hacia este tipo de propuestas muestra que esa llamita sigue encendida".
El músico Richard Coleman es más crítico: "La verdad que no me gusta esta onda de gente que toca desde su cocina con la guitarra. Para mí, hay un componente de narcisismo muy alto en eso. Las herramientas de comunicación social se han transformado en un culto al narcisismo peligrosísimo. Yo le escapo a eso porque suena mal, se corta y no suma nada al proyecto artístico".
Por su parte, Pedro Aznar, una de las figuras de la música que desde un comienzo adoptó la nueva modalidad dijo: "Se creó otro fenómeno que es el silencio después de cada intervención artística. La presencia de la gente es contundente e innegable pero yo no lo puedo ver ni escuchar y recién puedo leer los mensajes preciosos una vez que terminó todo y ese silencio crea una cuestión muy especial".
El músico Juan Quintero reflexiona sobre el aplauso: "Digo 'mirá vos lo acostumbrados que estábamos al aplauso' y tal vez no es tan necesario, bien podría ser una cosa que podríamos revisar. El aplauso se volvió como una cosa muy automática y ahora en este silencio que tengo adentro de mi casa me imagino a alguien aplaudiendo y lo primero que le pediría es 'cállate por favor'. Creo que algunos de nosotros no volveremos a establecer el mismo vínculo con el escenario, con el público. Hay cosas que se están modificando".
Por último, el referente teatral Claudio Tolcachir reflexionó: "Desde mi punto de vista, me alegra pertenecer a un espacio como Timbre4 que tuvo una reacción, desde todos sus integrantes de ponerse la camiseta aún mucho más que antes, salir a pelearla y asegurarnos que todos estuviéramos arriba de la balsa, que el que pudiera trabajar y el que no pudiera estuvieran a resguardo hasta que pase la situación. Eso me hizo bien por pertenecer a una fracción del mundo que me gusta y se parece a a mí y a mi ideal aún con sus defectos".