Furia Travesti: "La sociedad nos asignó la prostitución como único trabajo"
Buscan una ley de cupo para que los integrantes de este colectivo ocupen el 1% de los empleos estatales. "Notamos en Mendoza más persecución que en el país", se quejan.
El colectivo travesti, transgénero y transexual está decidido a dejar el silencio y su furia por reivindicar sus derechos llegaron a Mendoza. El nulo acceso al mercado laboral es el flagelo principal que afecta a estas personas y el que lleva a muchas personas a inclinarse por la prostitución como única posibilidad de subsistencia: "La sociedad nos asignó la prostitución como único trabajo posible. Nadie lo hace porque quiere, queremos trabajos dignos", aseguran.
La charla "Educación y Trabajo: Los desafíos del colectivo travesti, transgénero y transexual" está recorriendo el país y esta vez pasó por Mendoza, donde la facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional de Cuyo fue sede. Buscan concientizar a la sociedad sobre los derechos de estas personas y pelean por una ley de cupo laboral.
Flor Guimaraes lucha por una ley de cupo laboral para travestis y tras.
Florencia Guimaraes es una de las personas que encabeza la lucha para "Sacar a las travestis y trans de la calle". Sobre esto comentó que la ley de cupo ya es un hecho en la provincia de Buenos Aires, sin embargo no ha sido reglamentada por las autoridades competentes.
"El texto prevé que el 1% de la planta de empleados públicos sea ocupada por gente travesti, transgénero o transexual. En Mendoza no vamos a presentar un proyecto nosotras, que no somos de acá, sino que venimos a explicar nuestra experiencia a las compañeras para que sean ellas las que empoderen y hagan valer sus derechos", explicó Guimaraes a Sitio Andino.
"Nuestro colectivo no puede acceder a un derecho básico como es el trabajo. Nadie le da trabajo a una travesti en el sector privado, es una utopía para nosotras que nos tengan en cuenta, pero si el Estado no da el ejemplo con políticas públicas no podemos quejarnos de lo que hacen los privados. Es una cuestión cultural que las travestis tienen que prostituirse y no lo creemos justo", agregó.
El logo del bachillerato transgénero "Mocha Celis" es polémico: Sarmiento maquillado.
Pero no sólo por posibilidades de acceso a trabajo digno luchan en el colectivo travesti, transexual y transgénero: la educación igualitaria y de calidad es otro de los derechos humanos que es constantemente violado en nuestro país. Sobre esto hablamos con Alma Fernández, del Bachillerato Popular Transgénero "Mocha Celis".
"La educación es un arma poderosa que rompe las barreras de la esclavitud y la opresión. Yo soy oriunda de Tucumán, me prostituía en Flores y robaba celulares en el tren Sarmiento. Por malas decisiones terminé viviendo en la calle, pero un día conocí la escuela y estudiar me cambió la vida", se autoreferenció Fernández para incentivar a otras personas que atraviesan una situación similar a instruirse. Este año Alma terminará la secundaria y planea estudiar periodismo.
El bachillerato "Mocha Celis" funciona en Capital Federal y cuenta con una matrícula de 250 estudiantes. "40% son travestis, transgénero o transexuales, pero el otro 60% no. Es una escuela normal, como cualquier otra, pero inclusiva y sin prejuicios. Luchamos para que haya una escuela similar en todo el país mientras logramos el objetivo final: que no hagan falta escuelas inclusivas", agregó Alma. El logo del colegio es una imagen de Domingo Faustino Sarmiento, pero maquillado.
Una pregunta retrógrada que nos deja mal como mendocinos
Antes de participar en la charla que encabezaron en la UNCuyo, Flor y Alma brindaron diversas entrevistas y una de ellas se realizó en una conocida radio de Mendoza, la cual no vamos a nombrar. En el diálogo uno de los periodistas le hizo a las chicas una totalmente fuera de lugar: "¿Ser travesti es contagioso?".
Esta pregunta, además de ser tomada con indignación por las entrevistadas, es sólo un ejemplo del pensamiento que gran parte de nuestra sociedad continúa difundiendo. Sobre esto, ambas mujeres se van sorprendidas por "El nivel de discriminación y persecución que hay en Mendoza".
"Recorriendo el país hemos notado que en Mendoza el Estado persigue a las chicas en lugar de ayudarlas y no les prohíbe trabajar, en lugar de buscarles un trabajo digno. La policía, por lo que nos cuentan, es parte de todos los negocios y les cobra por protección. La persecución a las travestis es una generalidad, pero en Mendoza lo notamos mucho más", denunció Flor Guimaraes.