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Ataques de pánico: cuando el miedo afecta la salud

Se dice que es una enfermedad de tiempos actuales por la cada vez mayor frecuencia de casos. Cuáles son los síntomas y qué hacer cuando aparecen.

Por Sección Sociedad

Los trastornos del pánico se caracterizan por la ocurrencia de frecuentes ataques espontáneos de pánico, por lo menos por un mes, alternados con la persistente preocupación de tener un nuevo ataque o de evitar la situación que podría producirlo, y genera un impedimento de la función financiera, social y ocupacional semejante a la que se produce en la depresión.

Los síntomas

Cada ataque de pánico se caracteriza por un periodo de intenso miedo de origen brusco que llega a su máxima intensidad a los 10 minutos y en el que aparecen palpitaciones o ritmos acelerados del corazón, sudoración, temblores, falta de aire o respiración acelerada, sensación de presión en el cuello, dolor o malestar del pecho, náuseas, sensación de muerte o de irrealidad, y miedo de enloquecer.

Los pacientes con trastornos del pánico son frecuentemente vistos en las salas de emergencias debido a un dolor del pecho o falta de aire, con miedo de morir de un infarto de miocardio.

Cuando son sedados con una inyección de un medicamento, el estado de pánico disminuye en 20-30 minutos si están en un ambiente silencioso.

Qué hacer

Ante un ataque de pánico lo primero que se debe hacer es evaluar si existen problemas médicos subyacentes por el hecho de existir múltiples diagnósticos diferenciales a considerar. No olvidar que la ansiedad es un síntoma no específico y que puede ser debido a una gran variedad de condiciones médicas y psiquiátricas.

Una vez mejorado de sus síntomas en las salas de emergencia, y si el ataque no es debido a una condición médica específica, estos pacientes deben ser referidos a un médico especialista en psiquiatría para evitar que se repitan estos ataques.

Los antidepresivos son los medicamentos más específicos para este propósito y no los calmantes o sedantes. Recordar, sin embargo, que estos pacientes son extremadamente sensibles a los medicamentos y por eso tienen más efectos secundarios que otros.

Estas complicaciones pueden llevar al miedo de tomar los medicamentos más eficaces para la prevención de los ataques. Por eso, el tratamiento temprano y apropiado mejora el pronóstico de estos pacientes, especialmente si va acompañado de intervenciones psicosociales y educativas. De lo contrario, la condición se vuelve crónica y complica enormemente el tratamiento.

La falta de identificar la causa médica o psiquiátrica de una ansiedad como un ataque de pánico es un hecho grave, así como el uso innecesario de procedimientos invasivos para síntomas físicos producidos por la ansiedad. De la misma manera es imperdonable no reconocer el impedimento físico y cognitivo producido por ciertos medicamentos utilizados en exceso para controlarla.

Recientes investigaciones han demostrado que el estrés produce un aumento gradual y regular de la aparición de los síntomas del pánico y muchas veces pueden ocurrir al mismo tiempo que una enfermedad depresiva o pueden deberse al uso de sustancias químicas.

Fuente: ABC

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