Supermercados Carrefour no está solo, empresas e inversiones multiplican las salidas de la Argentina
El caso del supermercado se suma a otras multinacionales que abandonan el país. Los problemas de un mercado chico, consumo pobre y un cepo que no termina.
La decisión de la cadena de supermercados Carrefour de comenzar el proceso de salida del país después de cuatro décadas de su desembarco en Argentina es un nuevo nubarrón para el relato del gobierno de Javier Milei, que insiste en destacar un clima de negocios favorable para las inversiones extranjeras.
El caso de la cadena francesa se suma a una serie de desinversiones de compañías multinacionales que contradicen esa narrativa. Sin constituir aún un éxodo masivo, la salida de firmas de sectores diversos —desde hidrocarburos y banca hasta consumo masivo y entretenimiento— marca un síntoma revelador de las tensiones persistentes en la economía local.
Aunque se trata, en muchos casos, de decisiones corporativas globales, la coincidencia temporal muestra a estos movimientos como parte de un fenómeno amplio, marcado por el análisis de las casas matrices sobre el mercado argentino: un mercado de tamaño limitado, débil poder de consumo, restricciones cambiarias aún vigentes y una estabilidad macroeconómica que no condice con el relato oficial.
Reconfiguración en Vaca Muerta
El caso más visible de este repliegue es el del sector de hidrocarburos, especialmente en el núcleo de Vaca Muerta. En abril, la malaya Petronas vendió su participación del 50% en el área La Amarga Chica a Vista Energy por 900 millones de dólares, más otros 300 millones en pagos diferidos. ExxonMobil, por su parte, concretó su salida a fines de 2023 mediante dos operaciones que involucraron activos clave en la Cuenca Neuquina y su participación en el oleoducto Oldelval. En total, la venta ascendió a unos 2.000 millones de dólares.
También se despidió del país la chilena ENAP Sipetrol, que vendió su filial por poco más de 41 millones de dólares. Y otras grandes jugadoras, como TotalEnergies y Equinor, analizan desinvertir en los próximos meses. El movimiento sugiere que, si bien Vaca Muerta sigue siendo un activo de alto potencial, no es suficiente para retener a todas las multinacionales en un contexto global marcado por la competencia con mercados más robustos.
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No solo en consumo masivo como los supermercados hay retiradas. En sectores estratégicos como Vaca Muerta también hay fuertes reconfiguraciones.
El supercado francés no está solo
Otros sectores también registran salidas importantes. A fines del año pasado, HSBC vendió su filial argentina, junto con todos sus activos asociados, al Banco Galicia por 550 millones de dólares. En el ámbito del consumo masivo, Procter & Gamble transfirió su planta en San Luis y sus marcas al grupo Newsan. Y se espera que próximamente se sumen nuevas desinversiones: Nutrien evalúa desprenderse de su parte en Profertil; Paramount planea la venta de su operación local, incluida la señal Telefe; y Carrefour ha iniciado un proceso de revisión estratégica que podría desembocar en su salida total o parcial del país.
El caso Carrefour, que ayer anunció que designaba a un importante banco internacional para que busque comprador para su cadena en el país, ilustra de manera nítida la complejidad de la situación. Aunque en noviembre pasado anunció una inversión de 300 millones de dólares para expandir sus formatos ‘Maxi’ y ‘Express’ —con la promesa de crear 2.500 puestos de trabajo—, las condiciones locales no han sido favorables. La compañía enfrenta dificultades de rentabilidad en un contexto donde el consumo apenas comienza a repuntar, con un alza del 5,5% interanual en mayo, pero apenas un 0,6% acumulado en lo que va de 2025, tras una caída del 13,9% en 2024. La firma, que opera más de 680 sucursales en 22 provincias, mantiene su liderazgo en el “canal moderno” con una participación estimada del 22%, pero evalúa opciones que van desde la incorporación de un socio hasta una desinversión completa, bajo asesoramiento del Deutsche Bank.
En paralelo, reordenó su conducción regional: Pablo Lorenzo asumirá como nuevo CEO para América Latina, en reemplazo de Stephane Maquaire, en un contexto donde la compañía reorienta su expansión hacia mercados como España, Brasil y Francia, dejando en segundo plano a la Argentina.
Las causas detrás del repliegue
A diferencia de lo ocurrido en crisis pasadas, estas salidas no responden tanto a urgencias financieras ni a un colapso inminente del mercado interno. Lo que prima es una lógica de portafolio: las multinacionales redireccionan recursos hacia mercados con mayor escala o previsibilidad.
En ese sentido, más que salidas forzadas, las operaciones registradas podrían verse como oportunidades aprovechadas por empresas que, en lugar de vender en medio de una crisis, lo hacen en un contexto más favorable para obtener un buen retorno. De hecho, los activos de Exxon habían sido valuados en 1.000 millones en 2023 y finalmente se vendieron por el doble.
Oportunidades locales
Un dato relevante en este proceso es la irrupción de actores locales con capacidad para absorber activos y ampliar su participación de mercado. Vista, Pluspetrol, el propio Banco Galicia y Newsan son ejemplos de grupos argentinos que se posicionan como compradores en este escenario.
Este fenómeno puede interpretarse como una señal de resiliencia del empresariado argentino, capaz de reconfigurar el mapa económico aprovechando la retirada de jugadores globales. Pero también revela una forma de sustitución que no necesariamente convalida el clima de confianza internacional que el Gobierno aspira a instalar.
Entre promesas y realidades
El régimen de incentivos RIGI, la flexibilización del cepo cambiario y otras medidas de apertura constituyen, en teoría, condiciones favorables para el arribo de capitales. Sin embargo, como advierte el economista Izquierdo, "el RIGI es una condición necesaria, pero no suficiente". Si bien mejora la competitividad tributaria, ubica a la Argentina en una categoría similar a la de mercados medianos como Chile o Perú, pero aún distante de las grandes ligas.
Además, las empresas extranjeras siguen sin poder acceder libremente a los dólares retenidos por utilidades no giradas en los últimos años. Esta restricción, sumada al bajo volumen del mercado interno, contribuye a reforzar la percepción de que Argentina no logra posicionarse entre los destinos más codiciados para la inversión directa.
Una salida que interpela
El repliegue de las multinacionales pone en cuestión el relato oficial centrado en la apertura, la desregulación y la confianza restaurada. No se trata de una fuga desordenada, sino de un reacomodamiento ordenado, muchas veces anticipado, que señala con claridad las limitaciones estructurales del mercado argentino.
La salida de los grandes jugadores no debe ser leída como un rechazo a las políticas económicas del gobierno, sino como una advertencia de que el capital transnacional y las inversiones no son cuestión ideológica, sino de consumo y mercado.
Piense como piense el Gobierno de turno, con un consumo interno aún débil, barreras financieras que persisten y un tamaño de mercado que no alcanza para seducir a las grandes corporaciones, no hay color político que pueda garantizar inversiones.