Pese a la desaceleración de los indices de inflación y la deflación de los precios mayoristas que comunicó el INDEC y que el Gobierno celebra como un logro de gestión, los indicadores de consumo masivo revelan que la recuperación no llega a los hogares argentinos. En mayo de 2025, el consumo masivo cayó un 3,2% respecto de abril y se ubicó un 0,9% por debajo del mismo mes del año pasado, según un informe de la consultora Focus Market, elaborado a partir de datos de Scanntech en 756 puntos de venta del país.
El retroceso se evidencia tanto en la cantidad de tickets (-4,1%), como en la evolución por tipo de canal. Las unidades por ticket aumentaron 2,6%, lo que sugiere que algunos consumidores priorizan compras más puntuales y planificadas, pero esto no alcanza para compensar el impacto general de la retracción.
“El consumo masivo aún no repunta y mayo no fue la excepción. Si bien hay una moderación en la inflación, eso no se traduce automáticamente en una mejora del poder adquisitivo, especialmente para la clase media”, explicó Damián Di Pace, director de Focus Market.
La clave está en la falta de recomposición del ingreso real. Con las paritarias pisadas en la práctica por el Gobierno y la actualización del salario mínimo y jubilaciones por debajo de los índices inflacionarios, y un IPC con ponderaciones atrasadas, no aparece esa recomposición en un horizonte cercano.
image.png
Los datos contundentes de la caída del consumo masivo
Consumo: Cae más el interior que en el AMBA
La caída en el consumo fue más pronunciada en el interior del país (-4,1%), con una baja del 2,7% en la facturación respecto de abril. En el Área Metropolitana de Buenos Aires, en cambio, la retracción fue del 1,5%, con facturación estable. El consumo, por tanto, está lejos de mostrar señales de recuperación homogénea.
“La baja inflación es una condición necesaria pero no suficiente para recuperar el bienestar. La expectativa está puesta en el salario real, la actividad económica y la estabilidad como motores de confianza”, agregó Di Pace.
Ajustes en el consumo según tipo de tienda
La caída también se expresó en todos los formatos de autoservicio. El comercio de cercanía y los autoservicios medianos y pequeños, tradicionalmente vinculados al consumo cotidiano de los sectores medios y bajos, mostraron caídas más marcadas:
La estrategia de las empresas del sector se está adaptando al nuevo entorno: promociones más selectivas, presencia reforzada en canales de cercanía, descuentos y combos 2×1 que buscan captar a un consumidor más racional y menos impulsivo.
Alimentos pierde terreno frente a bebidas y limpieza
En el análisis por categorías, Alimentos pierde peso tanto en facturación como en consumo, lo que representa un dato preocupante. Mientras que en mayo de 2024 representaba el 62,1% de la facturación, un año después bajó al 60,4%. En términos de consumo (unidades), su participación también se redujo: de 47,7% a 46,6%.
En contraste, Bebidas y Limpieza aumentaron su participación. Las bebidas pasaron de representar el 20,3% al 21,7% de la facturación, mientras que limpieza subió de 9,0% a 9,3%. En volumen, también crecieron, junto con Cuidado personal, aunque en menor medida.
Este fenómeno refleja un cambio de prioridades en los hogares, donde los alimentos básicos ceden lugar a productos que probablemente estén vinculados a la reposición semanal y promociones específicas.
Cambios culturales: del “stockeo” a la cautela
En un análisis más cualitativo, Di Pace remarcó el cambio cultural en la forma de consumir. En los años de alta inflación, los hogares se protegían "stockeando": compraban en volumen para adelantarse a los aumentos. Hoy, en un escenario de inflación más controlada, esa práctica fue reemplazada por la austeridad y la planificación.
“El comportamiento del consumidor muestra que el daño al poder adquisitivo fue profundo. El miedo ya no es a que suba el precio, sino a no poder administrar el ingreso para llegar a fin de mes”, señaló el director de Focus Market.
En ese sentido, la recuperación del consumo dependerá no solo de mantener la baja de inflación, sino de un esquema integral de recomposición del ingreso real y mejora sostenida de la economía. Mientras tanto, la clase media sigue ajustando su presupuesto y el consumo masivo continúa en terreno negativo.