Cómo afectaría a la economía argentina un acuerdo comercial con Estados Unidos
Análisis del posible acuerdo comercial entre Argentina y Estados Unidos, sus oportunidades, riesgos y efectos sobre sectores productivos y regiones del país.
El posible acuerdo comercial entre Argentina y Estados Unidos podría traer algunos beneficios a las economías regionales
La discusión sobre el rumbo de la inserción internacional de la Argentinarecuperó centralidad a partir del anuncio del posible o supuesto acuerdo comercial con los Estados Unidos, que (como tantas otras cosas de este gobierno) por ahora no es más que una serie de posteos en redes sociales y alguna declaración dubitativa de los funcionarios.
Si tomamos como real estos anuncios y en algún momento tal acuerdo se firmará se podría cruzar con el décimo punto del Pacto de Mayo, donde se fijó como difuso objetivo estratégico avanzar hacia una mayor apertura comercial, bajo el diagnóstico de que el país continúa entre las economías más cerradas del mundo.
Según la Fundación Mediterránea diversos indicadores internacionales (NdR: de dudosa e ideológica confección) ubican a la Argentina sólo por detrás de Sudán y Etiopía en materia de restricciones al comercio exterior, una constatación que exhibe la profundidad del problema y la necesidad de revisar su estrategia de vinculación con los mercados globales.
Esa limitación se torna más evidente cuando se compara la situación local con la de otros países de la región. Mientras la Argentina participa del MERCOSUR desde 1991 e integra acuerdos específicos con India, Egipto, Israel y Chile, su acceso preferencial abarca apenas el 19 por ciento de la población mundial. Chile, en cambio, ha tejido en las últimas décadas una red de 33 acuerdos económico-comerciales que le permite llegar a 65 mercados y, con ello, a más del 65 por ciento de los consumidores del planeta. Según la fundación el contraste entre ambas estrategias explica buena parte de la divergencia en materia de exportaciones, diversificación productiva y crecimiento económico.
Sin embargo también hay que decir que las comparaciones no parecen demasiado acertadas, las escalas económicas y producciones de Argentina y Chile tienen demasiadas diferencias como para poder tomar la comparación como inapelable. ]
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Regiones y sectores comerciales y productivos que podrían verse beneficiados con el Acuerdo Argentina Estados Unidos
Relevancia del mercado estadounidense
La Mediterránea asegura que los Estados Unidos concentra entre el 15 y el 25 por ciento del producto bruto global según el método de medición y cerca del 4 por ciento de la población mundial, constituye un socio determinante para cualquier estrategia de ampliación exportadora.
El trabajo del IERAL de la Fundación Mediterránea remarca que el acuerdo aún se encuentra en fase de negociación técnica. La definición de la letra chica, que incluirá los productos alcanzados, los cronogramas de desgravación y las cláusulas de reciprocidad, sigue pendiente. Sin embargo, los criterios generales anticipan una orientación clara: reducción o eliminación arancelaria para recursos naturales críticos y productos farmacéuticos no patentados; mejoras en las condiciones de acceso para la carne bovina; revisión del tratamiento aplicable al acero y al aluminio bajo la sección 232 del Acta de Expansión Comercial estadounidense; y un trabajo conjunto para remover barreras no arancelarias que afectan al comercio agroalimentario.
Productos con potencial de expansión
Para dimensionar el impacto potencial del entendimiento, los investigadores realizaron un ejercicio de cruce entre los 400 principales productos importados por Estados Unidos, los que la Argentina exporta al mundo y aquellos enviados específicamente al mercado estadounidense durante 2024. El análisis permitió identificar cerca de ochenta bienes con posibilidades de expansión si se consolidara un esquema de preferencias arancelarias o de reducción de obstáculos regulatorios. Muchas de estas oportunidades se concentran en los sectores químico y farmacéutico, con productos como polímeros, ácidos, insecticidas y fitosanitarios. También destacan minerales y metales, incluidos hidrocarburos gaseosos, oro semielaborado, aluminio procesado y tubos de acero.
Una eventual flexibilización de barreras no arancelarias abriría además espacio para productos agroindustriales y manufacturas de origen industrial: carnes de distintos tipos, hortalizas procesadas, pastas, aceites y grasas vegetales, maquinaria agrícola, textiles, artículos plásticos, insumos para la construcción y dispositivos electrónicos. Se trata de segmentos donde la Argentina ya demuestra capacidades productivas relevantes, pero que enfrentan restricciones de acceso o condiciones de competencia desfavorables.
Impacto regional del posible acuerdo
El examen regional del trabajo muestra un panorama heterogéneo a la hora de buscar beneficiados con el acuerdo, aunque con potencial para todas las áreas del país. La región Pampeana sería la principal beneficiaria, con posibilidades de expansión en seis grandes categorías que incluyen químicos, farmacéuticos, agroalimentos, maquinaria, textiles y servicios asociados. La Patagonia podría ganar terreno en minerales, metales y productos agropecuarios. En el NOA y Cuyo, el impacto se concentraría en recursos mineros, agroindustria, textiles y artículos de carpintería. Para el NEA, se anticipan oportunidades en agroalimentos y, en una eventual fase ampliada, en fibras textiles y productos de madera.
El acuerdo también podría fortalecer rubros en los que la Argentina ya posee presencia relevante en el mercado estadounidense. Bienes como aceites y derivados del petróleo, vinos, miel, azúcar, aceites vegetales, cítricos, madera, pescados y jugos frutihortícolas podrían incrementar sus volúmenes si contaran con un entorno más favorable. La ampliación en estos sectores permitiría reducir la volatilidad exportadora y consolidar cadenas de valor regionales que hoy operan con márgenes acotados.
Desafíos para sectores protegidos
La posible apertura presenta desafíos para sectores históricamente protegidos por aranceles y regulaciones internas. La industria automotriz, la línea blanca, los textiles y los juguetes observan con cautela el proceso, conscientes de que una competencia más intensa obliga a redefinir nichos, ganar escala y adoptar esquemas de comercio intraindustrial. En otros países, la integración a cadenas de valor más amplias permitió sostener y modernizar industrias que, sin ese marco, enfrentaban límites de desarrollo.
Los acuerdos comerciales generan además efectos dinámicos cuya magnitud se extiende en el tiempo. La perspectiva de un mercado ampliado suele inducir inversiones en capital físico, tecnología y capacidades organizacionales. También influye sobre decisiones de radicación de capitales, que dependen de variables más amplias que la estructura arancelaria: estabilidad macroeconómica, infraestructura, calidad institucional y disponibilidad de recursos humanos calificados.