Durante esta próxima semana Joan Manuel Serrat comenzará una serie de conciertos en la Capital Federal que se transformarán en los últimos que dará en la República Argentina. Lamentablemente, Mendoza no figura en su agenda.
Durante esta próxima semana Joan Manuel Serrat comenzará una serie de conciertos en la Capital Federal que se transformarán en los últimos que dará en la República Argentina. Lamentablemente, Mendoza no figura en su agenda.
“La verdad es que Juan solo quería actuar en Buenos Aires pero después aparecieron Rosario y Córdoba, con gente que él aprecia mucho y terminó accediendo. Pero quedó afuera Mendoza, una pena… La verdad es que no quiere dar tantos conciertos porque está cansado y grande” destacó un productor de relevancia nacional a este periodista cuando le fue consultado.
Lo cierto es que Mendoza ha tenido un lugar especial dentro de la carrera artística del catalán. La primera vez que pisó esta tierra fue en 1970, más precisamente el miércoles 15 de julio, cuando por la noche se presentó en el recordado Cine Gran Rex, ante una multitud que quería ver y escuchar a su ídolo juvenil. Años después, tuvo posibilidad de mostrarse en una “boite” que estaba en calle Chile.
Desde ese mismo momento las visitas fueron constantes y seguidas con la lógica excepción de los años de la dictadura militar, cuando no podía visitar Argentina. Su ideología política provocó que después del golpe militar de 1976 se prohibiera la difusión de sus temas en nuestro país.
En 1983 Serrat volvió a girar por Argentina. Cuentan las crónicas de la época que después de ocho años de no visitarnos, Joan Manuel Serrat volvía al sur como un artista consagrado. Dio los cuatro recitales en el teatro Gran Rex porteño y sumó cuatro shows en el Luna Park. Era tal la fiebre por Serrat, que el público argentino tuvo que esperar un año para volverlo a ver. En 1984 el músico hizo su primera gira por el país donde batía récords de espectadores. También fue en ese contexto que debutó con un show en el estadio Malvinas Argentinas, con una multitud expectante por él.
En 1992, Joan Manuel Serrat volvió a Mendoza en medio de las celebraciones y críticas por el quinto centenario del descubrimiento de América. El concierto fue una noche de junio de ese año, en el Malvinas Argentinas. El escenario se ubicó frente a la platea techada y casi diez mil almas desafiaron un frío polar para escuchar y celebrar al catalán.
Las visitas se continuaron con un concierto en el teatro Gran Rex, en 1998, con la presentación del disco “Sombras de la China” y dos años más tarde volvió al Malvinas para mostrar "Cansiones", en diciembre. "Cansiones" contiene temas de Serrat y del legendario Tarrés (Serrat escrito al revés) y también otros íntimamente ligados a la Argentina, como "El último organito" (Homero Manzi) y "Fangal", de Discépolo y Homero y Virgilio Expósito.
El estadio mundialista fue el escenario elegido para que en diciembre del año 2007 llegara la gira “Dos pájaros de un tiro” que lo unió con Joaquín Sabina. En el medio hubo algunas visitas más al Auditorio Angel Bustelo y en junio del 2015 presentó en el Arena Maipú su “Antología desordenada”. Allí, Serrat le dio espacio en su escenario a dos talentos mendocinos como Sebastián Garay y Anabel Molina.
La última vez que Joan Manuel Serrat canto en Mendoza fue en noviembre del 2018 en el auditorio Ángel Bustelo, con su concierto “Mediterráneo da capo”.
Serrat tenía alguna rituales que cumplía a rajatabla en cada visita a Mendoza. Ellos eran:
-jugar al golf en el Andino Golf Club.
-Comer en La Marchigiana.
-Manejar su propio auto. Acá un detalle: le encantaba salir del Malvinas manejando el auto que lo llevaría al hotel, con el chofer de acompañante. Logicamente, los vidrios polarizados impedían que el público lo descubriera, pero le encantaba ver la cara de los asistentes a sus shows.
También tuvo una relación especial con nuestra provincia ya que lo unía el amor por el vino. Cierta vez, en uno de sus viajes, Joan Manuel Serrat presentó dos de las líneas que elaboraba Mas Perinet, su bodega de Tarragona, en Cataluña (España). Las marcas fueron distribuidas y comercializadas en la Argentina por la bodega mendocina Familia Zuccardi.
Esa línea de vinos dejó de comercializarse hace algún tiempo.