Al aumento de diferentes bienes y servicios, a las personas con celiaquía se les suma el elevado costo de productos indispensables para su día a día.
La celiaquía es una enfermedad que afecta el intestino delgado y su capacidad de absorber nutrientes provenientes del gluten que se encuentran en el trigo, avena, cebada y centeno (TACC). Su tratamiento es evitar este tipo de alimentos, pero su reemplazo no es tan sencillo, ya que los precios elevados y la falta de opciones condicionan a los afectados.
El valor de la canasta básica volvió a aumentar en julio en un 3,9%, de acuerdo con las proyecciones de la consultora LCG, siendo las verduras (6,7%), los panificados y pastas (5,2%) los productos que más subas registraron.
Si bien esto significa un dolor de cabeza extra que acompaña a los aumentos en combustibles, alquileres y otros servicios, esta problemática se profundiza aún más para aquellos que deben buscar entre las góndolas productos con la leyenda “Sin TACC”.
Los alimentos libres de gluten son más caros en el país porque la producción de los mismos es más compleja que la de los productos con TACC. Según publica el medio Punto Convergente, para elaborar, por ejemplo, un panificado sin gluten, se debe partir de una premezcla que contiene agregados utilizados para buscar una textura similar a la de esta proteína, como la goma xántica, la leche en polvo y harinas de garbanzo o arroz.
Por este motivo, el valor de los productos sin TACC puede duplicar o hasta triplicar el de los alimentos realizados con harina de trigo. De ello dan cuenta varios mendocinos con los que Sitio Andino pudo conversar, quienes precisaron que consumir productos libre de gluten es entre $2.000 y $3.000 veces más caro.
“En el mes gasto aproximadamente $30.000 entre galletas y harina sin TACC. Al momento de salir a comer afuera, los restaurantes o lugares de comida rápida en su gran mayoría no tienen opciones para celíacos y esto es más complicado de encontrar. Los precios son mucho más caros a comparación de la comida que no es para personas celíacas”, expresa Ulises, un estudiante de la Universidad Nacional de Cuyo diagnosticado con celiaquía.
En este sentido, el joven precisó que, para su alimentación, las galletas son esenciales, ya que “es algo más difícil de reemplazar durante el desayuno o media tarde debido a los tiempos de cursado para poder comer algo rápido”.
Si bien Ulises precisa que las harinas pueden reemplazarse en el almuerzo o la cena con mayor facilidad por otros alimentos, Daniela, también estudiante, empleada de comercio y diagnosticada con intolerancia al gluten, precisa que por semana gasta al menos $15.000 en supermercados, siendo la harina el producto que mayor peso genera en sus tickets.
“Una harina sale $7.000, puede haber más caras o más baratas -aclara- y con eso me hago dos panes. Una harina para pizza está en $4.000, las galletas están en $2.000. Si compras una harina para pan, dos paquetes de fideos, unas galletitas dulces y una harina para pizza, podés llegar a gastar hasta $20.000, aún con los descuentos que hacen los supermercados”, puntualiza.
En la misma línea que Ulises, Daniela precisa que los productos que no pueden faltar son harina o galletas dulces. “Fideos también compro, pero las pastas son bastante caras cuando las compras afuera o te las venden hechas”, explica, y agregó que solo por 200 gr de ravioles abonó 7.100 pesos.
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Victoria trabaja en atención al público en el Gran Mendoza, también es intolerante al gluten y, si bien está cambiando su alimentación para evitar, incluso, productos sin TACC, afirmó que en los restaurantes “no hay mucha variedad”. Por este motivo, comenzó a buscar locales vegetarianos o veganos.
Asimismo, en espacios de comida rápida opta por hamburguesas sin TACC “o papas nada más”. “Los precios son más elevados que las otras opciones. Aunque me sorprendí en un local de comida rápida, en el que la hamburguesa tenía el mismo precio que las demás”, aclaró.
Natalia, por otro lado, indicó que, en los precios, “hay diferencias del 100%" con respecto a los productos con TACC. "Hace varios años en la provincia la oferta es muy variada. Hay muchos restaurantes dedicados completamente a menú sin TACC y la mayoría cuenta" con estas opciones, detalló.
"Los productos que yo adquiero si o si son los de cumplimiento social, combo para cumpleaños o reuniones sociales (porción de tortas, empanadas, sándwich de miga, y un variado de masas finas y secas), porque es cuando los celiacos o intolerantes sufrimos dado que en todo evento social siempre está presente el gluten", cuenta Natalia.
Asimismo, la joven precisó que sus gastos estimados para una semana rondan los $25.000. "La mayoría son productos que consigo en supermercados y los combos para cumpleaños y eventos en una panificadora de Villa Nueva, Guaymallén", relató.
Por otro lado, Daniela y Ulises coinciden en que las cafeterías son los locales gastronómicos con mayor variedad de productos sin TACC.
“Cuando vas a un restorán hay veces que tenés una sola opción. Te das cuenta cuando un lugar tiene conciencia con este tema porque tienen casi todo el menú para pedir libre de gluten. Las cafeterías son las que más opciones ofrecen. Hay algunas que mantienen los precios entre las opciones con o sin TACC, y otras en las que las primeras son más caras. No es el doble, pero 2.000 o 3.000 pesos más caros sí", expresa la joven que reside en Las Heras.
Y añade: "Se supone que todos los locales gastronómicos deberían tener, por lo menos, una opción sin TACC, pero hay veces que no son tan ricas o son muy caras. Hay diferencias de 1000 o 2000 pesos por plato en comparación con uno normal".
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Si bien diferentes prepagas y obras sociales ofrecen ayuda económica a las personas que presenten su constancia médica de enfermedad celíaca firmada por el médico/a pertinente, conforme establece la ley N° 27.196, esta no es percibida por aquellas personas que son diagnosticadas con intolerancia al gluten.
"Sé que cuando tenés celiaquía sí te dan una ayuda mensual y en varias sucursales que venden productos sin TACC te piden los datos de tu obra social para cubrir un porcentaje del gasto. Pero yo tengo intolerancia al gluten y, por ello, no recibo la ayuda", explica Daniela. Lo mismo le ocurre a Victoria.
En el caso de Ulises, el estudiante precisó que sí recibe asistencia económica de parte de su obra social. "Consta de un monto de reintegro por mes, siempre y cuando presente los tickets correspondientes. Por parte de la Fundación Si, que opera donde vivo, recibo alimentos para el día a día", cuenta, y completa que también es beneficiario de las becas que otorga el comedor universitario de la UNCuyo "en la cual cuentan con menú para celíacos y es muy variado".
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