En la primera semana de campaña hacia las elecciones 2023 apareció fuerte la tensión en las calles.
Los primeros pasos de la campaña rumbo a las Elecciones 2023 (sin que aún esté el resultado definitivo de las PASO) dan una idea de cuál será el minué que se danzará hasta octubre o noviembre. Algunas de las reacciones eran previsibles, otras sin dudas sorprenden y abren interrogantes.
Que un Javier Milei ganador redoblará su apuesta discursiva, mientras sus adláteres ponen en marcha una nueva comprobación científica del Teorema de Baglini con aclaraciones varias a las propuestas revolucionarias y reaccionarias de su candidato, era previsible
No hace falta analizar demasiado la actuación de Milei en las últimas horas para comprender que su campaña en los próximos 60 días pasará por radicalizar no solo sus palabras sino también sus propuestas, la idea de privatización del Conicet, el INTA o el INTI son claro ejemplo. Su mensaje, desde el primer día que se presentó ante las cámaras de TV como un economista independiente hasta hoy, fue profundizar al máximo la grieta discursiva contra la política en general pero también la ideológica. Sus primeras horas post PASO obviamente van en ese mismo sentido, en términos futbolísticos “equipo que gana no se toca”
Sin embargo, hay una diferencia entre la campaña finalizada y la que viene. Quienes financiaron y promovieron la llegada de Milei a los medios y después a la política tomaron nota que el fenómeno se les puede ir de las manos. Así comenzaron a rodearlo de comisarios destinados a mantenerlo dentro del redil a pesar de su “locura”. ¿Podrán?
Por un lado Mauricio Macri puso parte de su equipo a trabajar y recaudar para la segunda parte de su campaña. También sus relaciones mediáticas. Qué otra cosa es que parte de ese trabajo la intempestiva noticia del “romance” del candidato justito con la actriz que mejor imita y más degrada con sus libretos a Cristina Kirchner y al movimiento que está conduce.
Por otro lado el director del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) Guillermo Francos, (histórica mano derecha de Eduardo Eurnekian en todos los negocios financieros) anunció que renuncia a su codiciado puesto internacional para sumarse a los equipos de Javier Milei. No hace falta recordar quién fue el empleador de Javier Milei hasta que llegó a la banca en Diputados. Que saldrá de toda esta mezcla de un candidato profundizando su discurso y la grieta y sus equipos comprobando el Teorema de Baglini es toda una incógnita.
Mientras, los asesores de Patricia Bullrich debaten aún en el perfil que tomará su propuesta, lo que es evidente en sus pocas y recientes apariciones. El debate entre radicalizarse o moderarse no aparece resuelto ni en su equipo y probablemente ni siquiera esté resuelto en su interior. Le esperan días arduos a la candidata de Juntos por el Cambio encerrada entre un Milei envalentonado y radicalizado y un Sergio Massa que también afina su apuesta. Mientras toma nota que uno de los fuertes será la discusión económica donde ella demostró sus grandes falencias en las apariciones públicas pre PASO. Allí radica el apuro en casi confirmar a Carlos Melconian como su posible Ministro de Economía y referente del tema en este tramo de la campaña.
El Ministro candidato Sergio Massa viajó a Washington en pos de cerrar el acuerdo con el FMI y asegurarse la transferencia de los fondos acordados. A pesar de que expresó que esta semana no habrá candidato sino Ministro en gestión, antes de partir no se privó de asegurar que de ser presidente convocaría a un gran acuerdo nacional y mencionó expresamente a quienes “acompañaron a Horacio”, a los radicales que defienden la educación y la salud pública y los peronistas alejados.
No deja de ser raro que quien más tiene que remontar (es cierto que fue el segundo candidato más votado pero su fuerza quedó tercera) se apropie del discurso del candidato al que peor le fue en la contienda electoral. En la teoría algo no cierra en esa “idea” de reflotar la “ancha avenida del medio” que demostró -hasta aquí- ser un reiterado fracaso elección tras elección. Pero se sabe que últimamente la teoría suele fallar demasiado en la política moderna.
Por más que declare lo que declare será imposible que nada de lo que haga Sergio Massa en los próximos días no sea visto en clave de campaña. Desde lograr que el FMI gire los fondos hasta los anuncios sobre ingresos que se hacen esperar y que -supuestamente- serían oficializados a la vuelta de Estados Unidos, todo será parte de la campaña de Sergio Massa.
Los candidatos, no solo el Ministro, deberán prestar mucha atención a lo que pasa en las calles. Más allá de los sugestivos posteos en redes sociales de Javier Milei y sus candidatos respecto a los saqueos (cuyos textos fueron acompañados con imágenes falsas de viejos acontecimientos o de situaciones que nada tienen que ver con los acontecimientos de estas horas) y de las sospechas sobre quién o cómo se beneficia es cierto que la situación es complicada. Lo que vendrá puede ser más preocupante si la política que es la que debe conducir y mostrar los caminos de soluciones no pone en marcha mecanismos de rápida resolución de un conflicto latente que tiene un solo denominador, los ingresos de la población.
