El Gobierno Nacional y sobre todo el ministro Sergio Massa (que no abandona sus esperanzas presidenciales) buscan despejar el camino hacia octubre de este año cuando la ciudadanía deba concurrir a las urnas para elegir al próximo mandatario
El Gobierno Nacional y sobre todo el ministro Sergio Massa (que no abandona sus esperanzas presidenciales) buscan despejar el camino hacia octubre de este año cuando la ciudadanía deba concurrir a las urnas para elegir al próximo mandatario
Si bien el oficialismo no cierra aun su candidato ni lo hará en breve, todos parecen compenetrados en que el oficialismo siga en el poder. Y, para ello, que la economía se estabilice bajando la inflación y creciendo los salarios parece fundamental.
Uno de los problemas que aparece en el horizonte es la fuerte deuda en pesos que tiene el Estado nacional. Si bien es manejable, se puede volver inmanejable si los acreedores con la cercanía del proceso electoral deciden salir de posiciones y dolarizarse por precaución. Se transformaría en una verdadera catástrofe.
Con Massa a la cabeza, ayer al mediodía el Ejecutivo explicó a los banqueros el canje voluntario que comenzará a operar en las próximas horas y que implicaría un despeje de la deuda en pesos (como se lo calificó oficialmente) y permitirá recuperar cierta previsibilidad en la temporada electoral.
El canje voluntario, que los bancos se mostraron predispuestos a aceptar, aparece como la formula más adecuada para despejar los vencimientos de los próximos cuatro meses, que ascienden a 12.3 millones de pesos. Sin embargo, según los datos disponibles, un 80% de esa masa está en manos de organismos estatales o con participación de éste. La masa en poder de los bancos o administrada por estos es pequeña en porcentaje, pero muy alta en pesos y con poder suficiente para trastocar cualquier plan económico si se intentara dolarizar esa cartera por la incertidumbre de los tiempos electorales.
La oferta del Gobierno pasa por renovar entre 70% y 80% de los vencimientos con bonos CER (atados a la evolución de la inflación), y el 20-30% restante por un Bono Dual, con cobertura de inflación o valor dólar (a elección del tenedor al momento del vencimiento). Todos los bonos con vencimiento para fines de 2024 o durante 2025.
La necesidad de despejar esa deuda es innegable, sin embargo será necesario que el equipo económico controle la inflación para que la deuda tomada con los nuevos bonos no se multiplique exponencialmente y, en un lapso razonable, se vuelva algo más manejable, y no genere la incertidumbre que genera por estos días.
Pero no solo es necesario bajar la inflación por esta renegociación, sino por la economía y su funcionamiento en general. La inflación consume los ingresos más rápido que el fuego un bosque y también la actividad económica.
Las ventas minoristas pymes cayeron 0,9% en febrero frente al mismo mes del año pasado, medidas a precios constantes, y acumulan un descenso de 0,6% en los primeros dos meses del año. También en la comparación mensual los comercios vendieron en febrero un 0,6% menos que en enero.
Está claro que la caída va atada a los procesos inflacionarios y a la degradación de los ingresos. Un dato que preocupa para el índice inflacionario de febrero y para la mesa de los argentinos viene de la mano de la carne que cerro el segundo mes del año con aumentos de hasta el 30 por ciento.
No hay manera de la estabilizar la economía si solo la macro responde y ese efecto no llega a la microeconomía o a situaciones que hagan una sociedad más justa.
Mientras el consumo cae por que degradan los ingresos, la producción de petróleo alcanzó en enero los 626,6 millones de barriles por día, creciendo 0,7 por ciento respecto a diciembre de 2022 y de 9,9 por ciento contra enero del año pasado. Situación impulsada por el fuerte crecimiento de la exploración y explotación de Vaca Muerta. Alcanzando la mayor producción desde 2008.
Las distancias entre los datos macro y la “real realidad” como pregonaba Edith, la periodista creación de Antonio Gasalla, es cada vez más palpable.
Se podrá despejar la deuda, tener exportaciones que recuperen divisas y cientos de etcéteras, pero si no se recupera el mercado interno y la redistribución de la riqueza cualquier idea de continuidad que esboce el oficialismo es inviable.