La pasada semana los Gobernadores del Norte Grande advirtieron de la necesidad de pensar algunas políticas conjuntas con la mira puesta en el fin de año, algo que ellos acordaron en su encuentro. La advertencia no es menor en una sociedad que ve su poder adquisitivo desgajándose camino a esas fechas que siempre agregan tensión como son las celebraciones navideñas y de fin de año .
Por ahora el Ejecutivo sigue sin dar señales de descomprimir la tensión en aumento ni mucho menos de medidas concretas en la recuperación del salario que sigue perdiendo en términos reales contra la inflación.
La imagen que refuerza el equipo de Gobierno por ahora es la de una preocupación máxima por la macro economía, las reservas y lo que desde algún sector del oficialismo critican llamando la “agenda de la derecha” y que aseguran le marca la cancha el Ejecutivo desde la economía hasta la asistencia social.
La reaparición recargada del dólar soja ante la necesidad de consolidar reservas y recaudación en busca de cerrar los compromisos firmados con el FMI en cuanto al deficit primario y la metas de recaudación y reservas.
Desde el vamos el Ejecutivo intentó maquillar el reiterado beneficio al sector concentrado de la agro exportación presentándolo como una medida que generará mayor recaudación, financiamiento de promoción para economías regionales, y subsidios a las cadenas de valor avícola, bovina, lechera y porcina para aumentar producción y un fondo para mantener valor de las asignaciones familiares.
La realidad marca que en el primer programa por única vez de septiembre lo único que se logró-hasta ahora- es la mejora en la liquidación de las expo. Los productores de menos de 400 hectáreas a quienes se les prometió una serie de beneficios aún no cobran nada y el fondo para el bono especial que se anunció junto a la ANSES para quienes no recibían ningún tipo de ingresos apenas alcanzó a 1 millón de beneficiarios debido a las fuertes restricciones casi discriminatorias que se aplicaron.
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El gobierno parece concentrado en la macro y las reservas, sim embargo los gobernadores ya advierten sobre la situación al acercarse las fiestas de Fin de Año
Les fue mejor al grupo de siempre, apenas 52 empresas participaron del programa y según los números oficiales se “derramó” (con muchas comillas) a poco más de 4000 productores, sin embargo el 91 por ciento de lo liquidado quedó concentrado en las 10 empresas principales del rubro, Viterra Argentina, Cargill, Aceitera General Deheza, Bunge, LDC, Molinos Agro, COFCO, ACA, Amaggi y ADM Agro.
Nada hace prever que la operatoria de diciembre sea distinta. Los que liquidaran son los mismos, no hay precisiones de cómo, dónde y cuánto serán puestos en marcha los planes de financiamiento y promoción para economías regionales o los subsidios a las cadenas de valor avícola, bovina, lechera y porcina. Tampoco cómo se instrumentará, ni que significa el fondo para el sostenimiento de las asignaciones familiares.
La necesidad de fortalecer reservas no solo lleva a entrar en una dinámica compleja donde el Ejecutivo comienza a quedar a merced de la presión de los sectores más poderosos del complejo agroexportador que por segunda vez logran una devaluación o disminución de las retenciones a cero de manera selectiva frente a otros sectores que tienen que cumplimentar requisitos o aumentar sus exportaciones comparativamente para poder acceder a los mismos beneficios.
Es cierto que salvo la minería o la energía, actividades en desarrollo, nadie puede aportar las divisas que hoy aporta el sector agroexportador, pero la función del Estado es emparejar las reglas y no inclinar la cancha hacia un lado que además como ya explicamos le trae complicaciones al propio Ejecutivo en la administración de muchas de las variables fundamentales de la economía como las tasas o la inflación.
La posibilidad de ir desdolarizando algunas operaciones de importación con nuestro principal proveedor como es China, a través de los acuerdos swap es un camino para bajar la demanda de la moneda norteamericana, pero no alcanza si además no se completa con un importante y razonable control y administración de esas reservas. Ese camino junto al control de la inflación, la reactivación del mercado interno, la mejora de los ingresos y la creación de expectativas positivas es fundamental.
Para llegar a ese combo hace falta una fortaleza política que al oficialismo le cuesta construir en conjunto. La construcción de ese volumen político parece hoy estar en manos solamente del Ministro de Economía, la vice presidenta y de algunos gobernadores. Por eso no es menor que en las últimas horas el Ministro haya salido con declaraciones muy fuertes frente a un grupo importante de empresarios advirtiendoles que una devaluación también los perjudicaba a ellos desvalorizando sus empresas y cerró la semana dando a entender que en 2023 podría comenzarse algún tipo de renegociación con FMI, lo que sorprendió a propios y extraños.
¿Será posible? o ¿es una movida más en busca de ganar tiempo e intentar recuperar espacio político?. El tiempo lo dirá.