Análisis

Elecciones, inflación, especulación y mentiras

Rumbo a las elecciones 2023 la inflación no deja de apretar. El indice mayorista llegó al 18.7% y preocupa su arrastre. La emisión se aleja como motivo.
Por Marcelo López Álvarez

Los números de la economía siguen en esa contradicción permanente que combina buenas y malas pero sin llegar a una tendencia clara. El problema al que se enfrenta en forma permanente el Gobierno y sus candidatos rumbo a estas elecciones 2023 es que, por lo general, las malas noticias son muy potentes para el bolsillo y requieren esfuerzos múltiples y abarcativos para combatirlas.

Ayer, por cuestiones de espacio, apenas mencionamos la disparada preocupante del 18.7 % de la inflación mayorista prácticamente compuesta en su totalidad por los valores de los alimentos y los productos de primera necesidad. En lo que va del año lleva acumulado 87,2 por ciento e interanual 133,4.

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La Inflación se arrastra hasta las elecciones

El número, que tiene carácter de histórico en las últimas décadas como el del IPC, no es neutro en su arrastre hacia septiembre. Tal es así que en la segunda semana de septiembre según el relevamiento del Centro de Estudios Económicos y Sociales Scalabrini Ortiz (CESO) el crecimiento de los precios en los supermercados llegó al 2.8 por ciento contra el 1.8 calcado que habían registrado la última semana de agosto y la primera del mes de la primavera.

El informe semanal del CESO destaca que las subas más importantes se produjeron en los frescos como pescados y mariscos con el 7,4 por ciento, lácteos con el 6 por ciento y las carnes 6,4 por ciento. Cabe volver a aclarar que estas subas fueron solo en la segunda semana. Mientras que en lo que va del mes las pastas secas, carnes y conservas acumulan crecimientos en torno al 15 por ciento. El récord lo rompen los artículos electrónicos de comercialización en los supermercados que crecieron más de 25 puntos en las dos primeras semanas de septiembre.

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Los precios mayoristas crecieron en agosto muy por encima de la inflación y se especula con su incidencia en proceso de las elecciones 2023.

Los precios mayoristas crecieron en agosto muy por encima de la inflación y se especula con su incidencia en proceso de las elecciones 2023.

La especulación definitivamente se hace carne, la puja distributiva es inacabable y el Estado, como árbitro, se tendrá que poner firme sino el espiral será inacabable. El arrastre en alimentos y productos de primera necesidad está muy por encima de lo lógico y lo de los artículos electrónicos es directamente inclasificable, para no recurrir a algún adjetivo jurídico penal, teniendo en cuenta que el pass through de la devaluación la realizaron inmediatamente.

Durante la discusión de ganancias y la presentación del presupuesto en la Cámara de Diputados se conoció, con los números oficiales, que la inflación que está viviendo la Argentina no está causada por emisión sino por el el racimo de causas, que son negadas por los ortodoxos sistemática y reiteradamente como Judas a Jesús, que va desde la nombrada puja distributiva pasando por la especulación y llegando al por las dudas lo qué pase.

La base monetaria decreció de enero a agosto 25.5 en términos reales, en tanto que interanualmente el decrecimiento es aún mayor; 32.2 puntos en términos reales

Lo mismo pasa con lo que se denomina M3 (todos lo billetes en poder del público sumando todos los depósitos del sector público y privado en las entidades financieras) de enero a agosto decreció el 8.9 por ciento real e interanualmente 5.1 por ciento real. Lo que muestra a las claras que la emisión viene por detrás de la inflación.

Se puede admitir que quede algo de traspaso de la fuerte emisión en la pandemia pero la inflación acumulada en estos tres años ya licuó claramente esa emisión.

El otro mantra del discurso ortodoxo; el déficit fiscal tampoco debería ser una excusa inflacionaria. Primero porque se viene comportando en términos relativamente acordes a los pactados con el FMI y en segundo lugar porque el Presupuesto enviado al Parlamento contempla una serie de medidas y acciones para compensar la decisiones tomadas (algunas ya transformadas en Ley como ganancias) de forma de generar ingresos que permitan la simultaneidad de políticas públicas y mejoras en la situación fiscal. Pero además ya está comprobado fácticamente que las afectaciones presupuestarias de las medidas siempre están infladas cuando se anuncian. Un clásico de la política.

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