La campaña camino a las PASO 2023 se tamiza entre declaraciones con poco contenido responsable y el FMI transformado en el árbitro con su posibles decisiones.
La campaña camino a las PASO 2023 ya entró en las últimas vueltas y los candidatos aceleran fuerte en busca del favor de los votantes. Mientras Sergio Massa apuesta a mostrarse hiperactivo, mostrar gestión y cruzar los dedos en busca de que la inflación se mantenga, por lo menos, en los valores de junio y comience a mostrar una desaceleración interanual.
Mientras también en los próximos días probablemente se anuncien algunos atajos más, como el de los créditos del ANSES, que simulen una mejora de los ingresos.
Del otro lado del Río Bravo, Horacio Rodríguez Larreta cerró la semana presentando un “plan antiinflacionario” llenó de lugares comunes, vulgaridades y medidas que ninguna contempla, ataca o sugiere cómo atacar las principales causas de la inflación en la Argentina que, como se sabe, está llena de particularidades y circunstancias. Sin contar que días antes había presentado una serie de medidas para el “Campo” todas de características netamente inflacionarias.
Su rival en la interna,Patricia Bullrich, por su parte hace agua a mares cada vez que habla de economía, así le fue en estos días jugando de local en el estadio de La Nacion+ donde dijo muy terminante que la Argentina estaba en “deflación” y en “recesión” y que “si vos hoy ajustas el Estado vas a desajustar a la gente”. Una ensalada preocupante para quien aparece con serias posibilidades de ser la candidata final de la oposición.
Ninguno de los tres principales candidatos (sobre todo los de la oposición) explica claramente cómo atacará la concentración y especulación, el endeudamiento y los condicionamientos del Fondo Monetario Internacional o la brecha cambiaria y el fortalecimiento de las reservas que son las principales causas de la inflación en la Argentina por sobre las tradicionales causas ortodoxas conocidas a nivel mundial pero que en nuestra economía son absolutamente secundarias.
Habrá que ver si en las próximas semanas los candidatos comienzan a ser más claros o seguirán llenándonos de lugares comunes que sabemos cuáles son los resultados.
Mientras la campaña discurre, los precios de los alimentos procesados en la primera quincena de julio crecieron en torno al 2 por ciento en las principales bocas de expendio según los trabajos de diversas consultoras. Mientras tanto los frescos y la carne continúan planchados generando cierta esperanza julio cerrará con los alimentos colaborando en el control del IPC.
Sin embargo, como explicamos en la semana, la luz roja pasa por el estiramiento de las negociaciones con el FMI y el despertar de la cotización del dólar blue y algunos de los bursátiles que se sabe tienen fuerte incidencia en la formación de los precios.
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Sergio Massa sigue contra reloj las negociaciones con el FMI que se transforma en una especie de arbitro del proceso electoral a dias de las PASO 2023
El Fondo ¿arbitro de campaña?
Las negociaciones con el Fondo no se detuvieron nunca apelando a las nuevas tecnologías post pandémicas, quienes recorren el espinel del edificio que en su frente conserva las marcas de metralla del 55 aseguran que los Zoom son casi a diario pero los avances más lentos. El escenario del combate solo parece tener tres libretos posibles, el problema es que el árbitro es muy parecido a William Boo.
El primer libreto muestra a un FMI duro reclamando al país el cumplimiento de metas fiscales y apurando la devaluación del tipo de cambio oficial. Un combo que más que calmar el proceso inflacionario lo haría tomar impulso, con caída fuerte del salario real y un congelamiento de la economía.
Otro escenario posible es un acuerdo sin demasiadas condiciones, donde el país reciba un waiver y se flexibilicen las condiciones de cumplimiento con el cumplimiento de los desembolsos del Fondo en los tiempos previstos en el acuerdo vigente. De esta manera a lo sumo el equipo económico puede aspirar a mantener la situación actual de volatilidad cambiaria en los dólares fuera del oficial, una aceleración gradual de la cotización de ese dólar y obviamente una inflación alta en niveles similares a los actuales. Es cierto que este tipo de acuerdo contiene las posibilidades de una devaluación brusca y permite imaginar un escenario de tena espera del 2024 donde el Gobierno espera una recuperación de las reservas y de la entrada de dólares por exportaciones y ahorro de importaciones de energía.
El último el escenario por el que brega la Argentina es el “ideal” (entre muchas comillas) para la situación actual que pasa por un acuerdo con mínimas condiciones y una adelanto de los desembolso que permitiría fortalecer las escasas reservas del Banco Central y dar algo de aire a la economía en general además de ejercer cierto control sobre los tipos de cambio manteniendo el tipo de cambio sin grandes sobresaltos.
Como se ve en todos los escenarios el Fondo aparece como árbitro con predilecciones y la Argentina como el actor que siempre va de punto un escenario muy poco atractivo para transitarlo en un periodo electoral donde de por si históricamente la Argentina suele convulsionarse en menor o mayor medida.
Existe una cuarta posibilidad remota pero que sobrevuela las negociaciones y que incluso los representantes del tercer actor plantearon en el directorio del organismo internacional,
Ese actor es (cuándo no) China que viene planteando en las oficinas del Fondo que si el organismo internacional no acuerda con los principales deudores (Argentina y Egipto) ellos están dispuestos a financiar los pagos de los países al organismo.
Parece una salida lejana y poco factible pero muestra que el Mundo ya no es el mismo y que los ejes de poder se bifurcan y la geopolítica comienza a tomar una dimensión muy distinta a la que se conocía hasta hace muy poco tiempo.
En medio de la campaña los candidatos hablan pero el árbitro parece ser un tercero del cual depende mucho de lo que pase en nuestra vida en los próximos meses.