Este domingo electoral lleva a las mesas de votación -en distintas modalidades- a los electores de cuatro provincias argentinas. Cuando cierren las urnas alrededor del 20 por ciento del padrón electoral argentino ya habrá emitido de alguna manera una parte de su opinión electoral en este proceso interminable deelecciones 2023.
En ese número que ya no es menor, si se cumplen las percepciones o previsiones, no hubo sorpresa alguna, no aparecen los famosos tercios y donde hubo una o hay una tercera fuerza en juego no es nada revolucionario ni disruptivo sino solo la división en dos de la fuerza principal (Neuquén y Mendoza), estimado lector no se como el verso de la patria consultora de que en esos caso hay algo nuevo en juego.
El tercio temido de la revolución de los fachoslibertoides por ahora no aparece y cada vez tiene menos posibilidades de aparecer. Y se diluye aún más con la incorporación de José Luis Espert a Juntos por el Cambio.
Mientras los electores de la Provincia de Mendoza, San Luis, Corrientes y Tucumán pasan por las urnas, la organización de las alianzas y la definitiva inscripción de las candidaturas torna en pedregoso el camino de estos próximos 15 días.
La poca prudencia de algunos declarantes tanto en el oficialismo como en la oposición, Cecilia Moreau y Elisa Carrió -por caso- en las últimas horas, no hacen más que seguir llevando ruido político a una economía que, día a día, parece cada vez estar más circulando en forma disociada y cinchando entre el crecimiento y la estabilización y el desmadre total.
Los números de creación de empleo, actividad industrial, consumo, etcétera, no parecen coincidir con los de fragilidad de las reservas, salarios, y mucho menos la inflación que se conocerá el miércoles, mismo día que se deben inscribir definitivamente las alianzas y frentes electorales que se presentaran a nivel nacional en el próximo septiembre.
La economía y el desarrollo de Argentina necesita un proceso de tranquilidad en el armado político y electoral cosa que hoy no se está dando ni el oficialismo ni en la oposición abriendo un sin fin de preguntas y especulaciones que llegan también al ciudadano a quien no se puede criticar o retar por tratar de resguardar sus ahorros o ingresos de la manera que mejor considere ante la pelea, a veces inentendible para el gran público, de la política.
La inflación que se conocerá el 14 se ha transformado en uno de los grandes interrogantes que se abrió junto con el proceso de las inscripciones electorales. El dato del Instituto Estadístico de la Ciudad de Buenos Aires que marcó su índice de precios por debajo del 8 por ciento encendió una luz de esperanza en el oficialismo nacional de que el INDEC siga el mismo camino.
Lo mismo pasa con el comportamiento de los precios en la primera semana de junio que las consultoras privadas ubican en el orden del 0.4 al 0.6 por ciento , números ostensiblemente menores a las de los meses pasados. El gran interrogante es si esta fuerte desaceleración se mantendrá las próximas semanas de ser así comienza un proceso de estabilización importante, pero que justamente puede poner en riesgo la volatilidad de la política para encauzar sus procesos.
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La inflación de mayo se conocerá el mismo día que vence el plazo para la inscripción de las alianzas electorales para las elecciones 2023. ¿Traerá una buena noticia para el oficialismo?
Esta particular situación que hay entre la convivencia política y su influencia en la economía, sumada a las experiencias anteriores deberían abrir un debate importante a futuro y es qué hacemos con las PASO y la multiplicidad de elecciones.
Definitivamente las PASO no han tenido en la cultura política argentina un efecto beneficioso sino más bien todo lo contrario. Se han transformado en un evento que amaña y complica la política y la economía. El proceso de PASO y los desdoblamientos electorales han hecho que los funcionarios se distraigan año por medio casi completamente de su verdadera obligación que es la de gobernar y gestionar. Los tiempos electorales se vuelven larguísimos ya que los argentinos nos pasamos el año votando. Recordemos que la primera elección de este año en una provincia argentina fue en febrero y la última será en noviembre si hay ballotage. Una verdadera locura que hace imposible gobernabilidad alguna.
Sin dudas hace falta un gran acuerdo político y social para reducir a lo justo y necesario la cantidad de actos electorales que permitan a los ciudadanos dar su opinión y a la vez a los gobiernos gestionar.
Eso no significa llegar al extremo de Gerardo Morales en la nueva Constitución retrógrada que esta proponiendo entre otras cosas votar cada 4 años en los cargos provinciales.
A propósito de esto es muy demostrativa de los procesos de construcción político mediática el silenciamiento e invisibilización total por parte de los medios nacionales de las enormes movilizaciones contra la reforma constitucional y el paro docente por tiempo indeterminado en la provincia de Gerardo Morales, que sigue apostando a ser el candidato a vicepresidente de Horacio Rodríguez Larreta, mientras su rival interno Alfredo Cornejo apuesta a colocar el vicepresidente de Patricia Bullrich.
Este lunes la UCR discutirá la letra chica de la nueva etapa de la alianza con el PRO lo más posible es que -así como ayer el Frente Renovador ratificó su pertenencia al Frente de Todos- los radicales ratifiquen la continuidad de Juntos por el Cambio y habilite a los dirigentes a participar en todas las fórmulas posibles que se armen dentro de la Alianza.
Comienza una semana de superación que acumulará importantes definiciones políticas y económicas pero además no será la última de mucha pero mucha acción.