Sólo se sabe con absoluta certeza que el Van Gogh acabó olvidado en el ático de un rico industrial noruego.
Sólo se sabe con absoluta certeza que el Van Gogh acabó olvidado en el ático de un rico industrial noruego.
Se cuenta que en 1908 Christian Nicolai Mustad, aconsejado por Jens Thiis, director de la Galería Nacional de Oslo hasta 1941, compró un lienzo atribuido a Vincent Van Gogh. Eso pensaba el magnate cuya familia había hecho fortuna con la que sería la mayor fábrica de anzuelos del mundo. Pero, entonces, el embajador francés en Suecia, de visita en su casa, le dijo que era falso.
Otros, en cambio, argumentan que el diplomático en cuestión era el cónsul noruego en París, Auguste Pellerin, reputado coleccionista de arte francés, que llegó a Noruega con 23 años y creó la primera fábrica de margarina del país inaugurando así un prolífico imperio. Pellerin, que legó parte de su colección impresionista al Louvre, le habría dicho que el lienzo no era obra del genio atormentado.
Sea como fuerte, tal fue el enfado de Mustad que escondió el cuadro en su ático.
El cuadro en cuestión es Puesta de sol en Montmajou y fue presentado ayer en el Museo Van Gogh de Ámsterdam como una obra excepcional, como "un acontecimiento único en la historia del museo", en palabras de su director, Alex Rüger. El lienzo, pintado el 4 de julio 1888 en Arlés, según el pintor escribió a su hermano Theo, ha sido calificado de"absolutamente sensacional" en palabras de los tres expertos que han identificado la obra.
No era la primera vez que el cuadro se sometía a escrutinio. Los herederos de Mustad (quien falleció en 1970) ya había probado suerte en dos ocasiones. La última fue en 1991 y el mismo museo de Ámsterdam había negado la autoría del cuadro al postimpresionista. Ahora las evidencias han probado que estaban equivocados.
Fuente: El Mundo