Opinión

La ilusión de salir mejores fue solo eso, una ilusión

Por Marcelo López Álvarez.

 Sobre el fin de la semana se conoció la propuesta del premier Boris Johnson (que se suma a varias otras en en mundo) de un gravamen a la renta extraordinaria de la empresas petroleras y energéticas que operan en suelo britanico y que se vieron ampliamente favorecidas por la disparada de los precios internacionales a partir del conflicto ruso ucaraniano.

La idea no difiere en nada de lo que propuso el ministro Martín Guzmán, que desató la impostada furia opositora y de las clases propicias a colgarse enseguida cartelitos de todos somos tal o cual,mientras el gobierno por lo que se conoce aún ni siquiera tiene redactado el borrador del proyecto quedando preso una vez más de su anuncismo permanente.

Si bien el primer ministro apuntó su propuesta a las energéticas, aquí la idea que esbozó Guzmán era más amplia y abarcaba a quienes hubieran tenido una verdadera ganancia extraordinaria a partir de la comparación con la ganancia de balances pre pandemia.

En esa línea no solo se enmarcan energéticas, sino también prestadores de servicios y exportadores de alimentos.

Un dato a nivel mundial de una de las grandes compañías de alimentos y materias primas que es una de las dos principales exportadoras de granos y aceites argentinos asusta por la magnitud y desigualdad. Cargill logró el año pasado los mayores beneficios de su historia (5000 millones de dólares en ingresos netos después de impuestos) y se prevé que la empresa supere de nuevo en 2022 este récord. Solo en la familia Cargill hay 12 milmillonarios, cuatro más que antes de la pandemia.

Los datos se desprenden del informe de OXFAM conocido esta semana y que solo confirma que la ilusión de que de la pandemia saldríamos mejores fue solo eso, una ilusión.

El trabajo de OXFAM es tan claro que de aquí en más sólo nos ocuparemos de compartir algunos de sus datos sin comentario ni cierre alguno ya que son totalmente innecesarios ante la contundencia de la profundización de la desigualdad y el peligro latente (casi certeza) de que 260 millones de personas extras caerán en la pobreza este año.

A continuación los principales puntos del informe que recomendamos leer con tranquilidad de espíritu y planteandonos el desafío de que podemos hacer como ciudadanos ante una situación de desigualdad de la que solo se hace profundizando la acción política y participativa

Durante los dos años que lleva la pandemia 573 personas se convirtieron en milmillonarias, a razón de un nuevo milmillonario cada 30 horas. En el lado opuesto, se espera que para final de este año 263 millones de personas adicionales podrían verse sumidas en la pobreza extrema: un millón de personas cada 33 horas.

En América Latina y el Caribe, la riqueza de los milmillonarios de la lista Forbes ha crecido en más de 5 millones de dólares por hora, 124 millones por día. Esta riqueza extraordinaria producida durante la crisis ha creado 27 milmillonarios en los últimos dos años, casi uno nuevo cada cuatro semanas. Esto se da en una región donde el costo de la vida es cada vez más alto, con una inflación entre 6 % y 11 % en la mayoría de países de acuerdo con Haver Analytics.

El alza de precios de la energía y los alimentos ha producido una agudización de la inseguridad alimentaria y el hambre, sobre todo en Centroamérica donde el cambio climático ya venía afectando la agricultura. El maíz, por ejemplo, que es la base de la alimentación en la subregión, ha subido de precio entre un 30% y un 60% con respecto a marzo del año pasado.

Las empresas de los sectores energético, alimentario y farmacéutico, donde los monopolios son especialmente comunes, están logrando beneficios sin precedentes, a pesar de que los salarios de las personas trabajadoras apenas han aumentado.

Las fortunas de los milmillonarios de los sectores de la alimentación y la energía se han incrementado mil millones cada dos días, es decir, 453 000 millones de dólares en los últimos dos años. BP, Shell, TotalEnergies, Exxon y Chevron, cinco de las principales empresas energéticas, se embolsan en conjunto 2 600 dólares en beneficios cada segundo.

Junto a tan solo otras tres empresas, la familia Cargill controla el 70 % del mercado agrícola mundial. El año pasado, Cargill logró los mayores beneficios de su historia, 5000 millones de dólares en ingresos netos, y se prevé que la empresa supere de nuevo en 2022 este récord. Solo en la familia Cargill hay 12 milmillonarios, cuatro más que antes de la pandemia.

Los 2668 milmillonarios (573 más que en 2020) que hay hoy en el mundo poseen 12,7 billones de dólares, lo que supone un aumento de 3,78 billones de dólares.

Los 10 hombres más ricos del mundo poseen más riqueza que los 3100 millones de personas que componen el 40 % más pobre de la humanidad.

La riqueza de los 20 milmillonarios más ricos supera el PIB de todos los países de África subsahariana juntos.

Una trabajadora o trabajador que se encuentre en el 50 % más pobre del mundo tendría que trabajar 112 años para obtener los mismos ingresos que lo que una persona del 1 % más rico consigue en un solo año.

La elevada informalidad y el volumen de trabajo de cuidados que recae sobre las mujeres mantiene a 4 millones de mujeres en Latinoamérica y el Caribe fuera del mercado laboral.

La mitad de las mujeres trabajadoras racializadas en Estados Unidos gana menos de 15 dólares a la hora.

Elon Musk, el hombre más rico del mundo, es tan rico que si perdiese el 99 % de su riqueza, seguiría formando parte del 0,0001 % de las personas más ricas del mundo. Desde 2019, su riqueza ha aumentado en un 699 %.

La pandemia ha creado 40 nuevos milmillonarios en el sector farmacéutico. Las empresas farmacéuticas como Moderna y Pfizer se embolsan mil dólares en beneficios cada segundo gracias exclusivamente a su monopolio sobre la vacuna contra la COVID-19, a pesar de que para su desarrollo recibieron miles de millones de dólares de inversión pública. Estas empresas cobran a los Gobiernos por las vacunas hasta 24 veces más del costo potencial de producción de vacunas genéricas contra la COVID-19. El 87 % de las personas en países de renta baja sigue sin haber recibido la pauta completa de la vacuna.

La brecha salarial de género ha aumentado: las previsiones anteriores a la pandemia estimaban que se tardarían 100 años en cerrar esta brecha; ahora se tardarán 136 años.

En 2020, las mujeres tenían 1,4 veces más probabilidades de abandonar el mercado de trabajo que los hombres y asumían el triple de horas de trabajo de cuidados no remunerado.

En 2021, había 13 millones menos de mujeres empleadas que en 2019, mientras que el empleo masculino ya ha regresado a los niveles de 2019.

Más de cuatro millones de trabajadoras en América Latina y el Caribe no han podido volver a trabajar, una tendencia marcada por los elevados niveles de empleo informal y un mayor volumen de trabajo de cuidados no remunerado.


Para cerrar la conclusión que engloba la magnitud del problema es casi el título del informe de OXFAM presentado en oportunidad del comienzo del Foro de Davos está semana; Cada 30 horas la pandemia genera un nuevo milmillonario, mientras que, al mismo ritmo, un millón de personas podrían caer en la pobreza extrema en 2022


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