El viaje interior de un fotógrafo alrededor del mundo

Por Sección Fotografía

 El libro 'Lo importante no importa' del reportero gráfico Gabriel Tizón aglutina 20 años de encuentros con personas y lugares en cuatro continentes. El autor comenta la historia detrás de cada imagen

Una niña acarrea a su muñeca en un pequeño hospital de las afueras de Bisáu, capital de Guinea, llamado Hospital do Mal. Era el año 2008, una época de cólera en un país con unos recursos sanitarios mínimos. Esta pequeña, que acompañaba a su madre ingresada, representaba los muchos valores intactos que África puede aportar a Europa: es una imagen de una niña negra que transporta una muñeca blanca, y ese simbolismo es para romper ciertos estereotipos que se escuchan en la calle diariamente tipo "pobrecitos los africanos", o "hay que ayudarlos" en vez de permitir potenciar sus propias posibilidades en un continente tan rico y explotado históricamente. GABRIEL TIZÓN

Tomé esta fotografía en la ciudad de Cuenca (Ecuador) en 2008, después de caminar casi una hora tras esa niña a la que había encontrado vendiendo flores junto a su madre en la calle. Una vez que consiguieron dinero suficiente, la pequeña se dirigió a comprar leche a un centro comercial donde sus escaleras eléctricas contrastaban con la pobreza de la niña. Ella me llamó la atención por su actitud de entereza y porque no estaba en el colegio, pese a que era un día escolar. GABRIEL TIZÓN

Retrato de una niña superviviente a la mutilación genital en un pequeño poblado de la frontera entre Guinea Conakry y Bisáu en el año 2019. Según el Fondo de Población de las Naciones Unidas, al menos el 42% de las niñas entre 15 y 19 años han sufrido la ablación. En esta zona, la mayoría de los hogares carecen de agua y luz, la población tampoco tiene acceso a centros sanitarios y medicinas. Muchos niños y niñas no acuden a la escuela porque tienen que ayudar a sus familias para sobrevivir. La fotografía fue realizada durante una campaña de sensibilización para intentar frenar la práctica de la MGF a través del proyecto Utopia Project.

Esta fotografía cotidiana fue tomada en un pueblo del norte de Galicia llamado Viveiro en el año 1998, y surgió mientras paré a tomar un café en medio de mi labor diaria llena de prisas para un periódico para el que trabajaba entonces. Me llamó la atención la ilusión que desprendían estas personas mayores en contraste con el dibujo, que era de una exposición que exhibía el local. Me hizo pensar en lo necesario de lo cotidiano y en lo complicados que somos en eso llamado amor, y que tanto necesitamos. GABRIEL TIZÓN

Un niño se desplaza en su bicicleta, que habitualmente utiliza para ir a la escuela o a buscar alimento para su familia en una aldea del interior de Guinea Bisáu, uno de los diez países más pobres del mundo. La fuerza de estos niños es admirable, siempre con una actitud positiva ante una vida en la que casi nada es todo. GABRIEL TIZÓN

Esta fotografía realizada en el año 2008 en las afueras de Dakar es de un niño talibé en el lugar donde duerme escondido. El pequeño se había fugado de una 'daara', una de las escuelas religiosas informales que abundan en Senegal, porque no era capaz de conseguir el dinero que le exigía diariamente su maestro. Los menores de edad que viven en estas instituciones en las que se estudia el Corán son separados de sus familias, son obligados a mendigar y se les priva de sus derechos más básicos. GABRIEL TIZÓN

Una balsa con más de 200 personas permanece a flote en la costa de Libia en el año 2017. Tomé la imagen después de convivir semanas a bordo del barco alemán Lifeline junto a su tripulación, formada por alemanes, españoles, italianos y holandeses. Su misión era auxiliar a los miles de personas que cada año intentan cruzar desesperadamente el Mediterráneo para intentar llegar a Europa y poder tener una vida digna. Después de ser rescatados y conocer algunas historias personales, me pareció que esta imagen sencilla y frontal era el reflejo de que la esclavitud de hace cientos de años todavía continúa existiendo. GABRIEL TIZÓN

En el año 2016, empezaban a llegar miles de refugiados a Europa que después quedarían atrapadas en la frontera de Macedonia y Grecia, entre ellos muchísimos niños, y que aglutinó más de 15.000 personas. Este chico que muerde un alambre había pasado la noche al raso con su familia. La imagen me hizo pensar en lo que realmente estaba y continúa pasando: las fronteras físicas nacen de las fronteras de los pensamientos equivocados de líderes mundiales, que tienen terribles consecuencias que sufren son los más pequeños. GABRIEL TIZÓN

Una niña lee un cuento en el patio de su casa mientras su abuela descansa después de cocinar para toda la familia en el barrio de pescadores de Yoff (Senegal), año 2012. Aquí las mujeres son quienes realizan trabajos dentro y fuera de casa. La tasa de escolarización de niños y niñas es muy desigual en Senegal: según los datos del Banco Mundial, en 2015 el 36,2% de las niñas solo trabajaban y no iban al colegio, aunque poco a poco se va avanzando en igualdad de derechos. GABRIEL TIZÓN

Dos niños se divierten en el río principal de Bafatá (Guinea Bisáu) en el año 2016. En esta ciudad, la segunda del país, la inmensa mayoría de la población vive sin acceso al agua potable en sus hogares y, la higiene depende de la capacidad de cada uno para recoger agua llevarla al hogar. El río, además de ser fuente de vida, es un lugar de tranquilidad y diversión para los más pequeños. GABRIEL TIZÓN

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