No es necesario viajar atrás en el tiempo varios siglos para poder alojarse en un castillo. Concretamente el de la localidad escocesa de Kilmartin, al oeste del país, ha sufrido una profunda renovación que le ha convertido en un hotel boutique con cinco habitaciones de lujo en el que las comodidades están garantizadas. Una pareja es la que se ha encargado de este lavado de cara y para alojarse allí hay que rascarse el bolsillo.