Un 8% mensual pone al vino en el podio inflacionario y bajo la lupa del Gobierno
Foto: Cristian Lozano
El vino fue uno de los productos más inflacionarios de junio, con aumentos de hasta el 8% según los datos del Indec, y terminó equiparado a otros de consumo masivo que integran la canasta básica familiar como la carne y la leche. Es lo que ha vuelto a poner los ojos del Gobierno sobre él, aunque por el momento desde la industria descartan volver a la vieja práctica de autorizar aumentos puntuales por franjas de precios.
Cabe recordar que durante 2020, más allá de la participación de algunas marcas en los programas Precios Cuidados y Precios Máximos, la Secretaría de Comercio Interior mantuvo mayormente congeladas las listas. Y sólo autorizó un par de "retoques" en torno al 5/6% para los segmentos superiores, lo que generó el reclamo de los bodegueros a comienzos del 2021 con un pedido concreto: excluír a las marcas de vino de ese control ante el desfasaje provocado por la inflación.
Lo cierto es que de acuerdo a la estadística del organismo oficial a junio, entre los alimentos el vino básico, de mesa o común es uno de los 5 productos con mayor suba de precios, al nivel de algunos cortes de carne. Por delante sólo tiene al pescado (el filet de merluza tuvo un aumento del 9,2%), leche líquida (8,9%), dulce de leche, con el 8,4%, y por detrás a otros lácteos como el yoghurt (7,1%), además del pan (6,2%) y café (6,1%).
Patricia Ortiz, de Bodegas de Argentina, ha sido una de las voces cantantes ante el Gobierno sobre la política de precios durante la pandemia. De hecho, admite habituales contactos con la secretaria de Comercio Interior de la Nación, Paula Español. Y aunque no niega la preocupación oficial por la inflación, relativiza que se vuelva a un monitoreo más estricto.
"Han habido rumores al respecto, pero la regulación la impone el mismo mercado. Lo cierto es que seguimos teniendo reuniones con ella (la secretaria de Comercio) en las que estudiamos el tema costos y cómo impacta la inflación en insumos. El segmento del vino básico es el que más perdió: aún con mayor consumo el tetra cayó porque subió el cartón y sobre todo el vino", asegura Ortiz.
Las nuevas listas ¿tienen techo?
Por estos días, en el seno de la Comisión de Mercado Interno de Bodegas de Argentina, integrado por algunas de las grandes bodegas, hacen un punteo de los temas que son prioridad. Al respecto, Ortiz califica como "crítica" la situación y al mismo tiempo, resalta que mientras el Gobierno trata de cuidar la inflación "y no ve con buenos ojos" que haya ajustes, "las empresas deben seguir trabajando. Pero en los segmentos altos de precio hay un poco más de márgen para moverse, abajo es difícil".
Más allá de lo que la estadística marca sobre la actualización de valores en góndola para los vinos que son la base de la pirámide de consumo, los números mandan en todos los niveles del negocio. Y al parecer, entre los rangos medio y alto, donde recrudece la competencia, hay un acuerdo tácito: mientras no afecte la rotación de stocks nadie quiere superar el 10% mensual promedio, pero los más caros durante el primer semestre superaron el 50%.
Sin embargo, en el circuito comercial hay malestar. Algunos puntos de venta reciben hasta 2 listas mensuales con precios nuevos.
De acuerdo al sector distribuidor el techo de los vinos entry level (base de la pirámide de consumo) que en el 2020 era de $300/390, hoy es su piso: con subas que van de 8 a 12% el sugerido en vinotecas llega hasta los $700. A partir de ese nivel de precio arrancan los gama media, que ya aumentaron 15%. Y por encima de los $1.500/$1.900 la botella, el ajuste en vinos alta gama o súper premium, con un rango de entre 50% y 80% según el caso y mayores márgenes, quedan al alcance de clientes de un poder adquisitivo más "resiliente" y menos sensible a los aumentos.
Grupo Molinos (bodega Nieto Senetiner, Ruca Malén y Viña Cobos) y Familia Bemberg, propietaria de Peñaflor/Trapiche (sobre todo en líneas de alta gama) son, entre otros, algunos de los que lideran las actualizaciones de precios al consumidor. Cada cual con su política y su timming.
"El año pasado tuvimos 4 aumentos trimestrales, ahora llegan cada uno o dos meses. Los de alta gama prácticamente se dolarizaron todos. En general, más allá de la politica comercial de cada firma y del "por las dudas", la explicación recurrente de trasladarlo al público es que los insumos secos están monopolizados y subieron mucho", analiza Paulo Casazza, de Gran Casa Vinos.
Preparando el terreno
Puertas adentro de las empresas, con el mandato irrenunciable de que los números cierren, les piden "cintura" a sus vendedores para cerrar operaciones. La mayoría evitar una referencia directa, o cuando lo hacen siempre culpan a sus costos; pocos hacen un mea culpa o dicen "mala mía".
Sin dar detalles, Arnaldo Gometz, gerente comercial de grupo Catena, que tiene productos en distintas franjas, afirma que "de ninguna manera estamos ajustando tan seguido. A principios de año se aplicó una actualización y ahora es la segunda".
Con todo, no hay indicios de que la tendencia pueda cambiar a corto plazo. Es que pese a haberse normalizado el abastecimiento para bodegas chicas y medianas, para agosto las cristalerías ya anticiparon un nuevo aumento en botellas, el segundo en el cuatrimestre. El cartón (hay faltante de papel, como en Chile) es otro problema, financieramente hablando, para las bodegas, por las demoras que genera al mantener su capital inmovilizado. Y siempre está la alerta sobre los importados y atados al dólar, como corcho y levaduras.