Jessica Echegaray: "Para mí el arte, si no revoluciona, no es arte"
La joven comediante estrena su monólogo de humor "Jessifrandos", basado en la vida cotidiana y sus experiencias. Nos cuenta del stand up y su lugar en la escena local.
Jessica Echagaray llega a la cita puntual, luce un gran flequillo, unos ojos enormes y una sonrisa impactante. Azul es el borde de su pelo y su vestido corto. Comienza a hablar y no para... Sentada en la terraza de Sitio Andino la excéntrica artista se abre en cuerpo y alma y nos deja conocer sus búsquedas personales a través del arte escénico, los temas que la inquietan como la libertad y la igualdad de género, y de cómo cuida ese lugar que está forjando con otras mujeres "Porque el stand up es un lugar bastante machista", confiesa.
Este viernes y sábado la actriz pone escena su espectáculo "Jessifrando". Por eso la entrevista, por eso la charla y por eso la invitación. Para descubrir a una de las jóvenes que se ha hecho su lugar dentro del stand up local.
"Jessifrando" se presenta el viernes 14 y Sábado 15 a las 22 hs en Chile 1230 de Ciudad. El valor de la entrada es de $ 80.
-Contáme del espectáculo que presentas.
- Es la segunda parte de "Jessifrando la Vida", los dos son monólogo de stand up, monólogos de humor, tienen una base personal, es hablar de anécdotas de la vida. "Jessifrando" tiene una búsqueda en torno a ideas que tengo de la pareja, del trabajo, hablo del rol social que ocupa la mujer, esa idea de la mujer como princesa, el hombre como príncipe que te viene a salvar. Hago un análisis de las princesas de Disney en un momento con canciones que canto con una guitarra y después tiene una historieta de pantomima, una especie de cortina que va dividiendo los monólogos. El espectáculo lo dirige, Walter Guasco, un amigo.
-¿Lo pensaste en series al espectáculo "Jessifrando la Vida" y luego "Jessifrandos", o se dio?
-El primero lo necesitaba. Necesitaba hacer esa búsqueda personal. Ahora dije "bueno, puedo largar uno por año".
-¿Estas búsquedas tienen que ver con el género que elegiste, con tu formación?
-Yo empiezo en la Uncuyo a estudiar teatro, comienzo a hacer obras de humor como "Los locos sueñan con Elvis", tenía un grupo que se llamaba Mi Mochila y hacíamos pantomima, siempre utilizando el humor. Hasta que hace unos 4 años comienzo con el stand up. En realidad hacíamos monólogos, ya que no teníamos el concepto de stand up. Ahora estoy abocada a eso, estoy todos los sábados en "Vararte", todo el año haciendo stand up con otro chico, Santiago. Y el stand up hoy por hoy es una de las cosas que más me cierra a mí, donde me siento más completa, creo que englobo todo ahí. Toco la Guitarra, hago pantomima, que no es parte del género en sí. En realidad sería un unipersonal, yo le digo stand up porque está en auge.
-¿Por qué elegiste el humor?
-Cuando elegí estudiar teatro no hacía humor, me parecía terrible, yo sentía que no podía hacer reír. Hice tres años de facultad así haciendo drama, dramones terribles y de repente una escena de una materia... y Ismael mi compañero me dice "vos tenés que hacer humor, sos re graciosa". Ahí empecé a profundizar mucho más y elegí el humor. A mí me gusta comunicar desde ese lugar, porque desde el stand up yo puedo contar cosas trágicas que a mí me han pasado, contarlas desde el humor. El stand up maneja muchísimo esta cuestión del humor negro, contamos las cosas malas que no pasan no contamos las buenas. Desde ese código del humor parece que llego a la gente, me resulta un lugar muy cómodo. No me imagino eligiendo otra cosa.
-¿Sentís que sos una referente para las mujeres dentro del stand up?
-Hay más chicas dentro del espacio, yo trabajo con Rebeca que es muy buena. No hay tantas pero son buenas. No me gustaría decir que soy una referencia pero sí por lo menos peleo por un lugar. Porque el stand up es un lugar bastante machista, no por criticar a los compañeros pero es muy común que los hombres en el stand up comiencen a hablar: "Mi mujer, que embole"..., siempre a bardear a la mujer, a los hijos. Y las minas: "Mi marido me pide"...., las anécdotas funcionan muy machistamente.
-¿Vos crees que el lenguaje es sexista en el humor?
-Tendemos a generalizar: "Ah! Los tipos son todos unos boludos".... Eso no me parece, contra eso si voy. Yo en el stand up no hablo mal de ninguna pareja, no hablo mal de la mujer, ni digo que somos las salvadoras. Cuento mi historia, mi anécdota y sí trato de que tenga un mensaje. Viste que yo te decía que hablo de las princesas trato de hacer una analogía entre Disney y la actualidad, en eso estoy tratando de cambiar la movida.
-¿Creés que abordas los temas desde una mirada crítica?
-Cuando armo un material pienso de qué quiero hablar primero, por ejemplo con el tema del trabajo, pienso cuales han sido mis trabajos, y si a eso le puedo dar una vueltita, un ruidito de reflexión, es lo ideal pero no siempre pasa. Me parece que esta bueno que te enganche el chiste, la anécdota pero que de rebote te caiga ahí como una "cosita "que te quede trabajando.
Un principio del stand up es que no podes ser mejor al espectador, vos fracaste, es la base. Hoy por hoy se hace lo que uno quiere. Yo me he dado cuenta que al mendocino no le gusta tanto el remate en el chiste, en Bs As es como más común, acá nos gusta más la historia, la historia y que sea graciosa, tipo más como Landricina, Cacho Garay. Yo cuento anécdotas, la historia como fué, trabajo desde el ridículo porque todos alguna vez nos hemos visto en un papel ridículo, ahí conectas en un momento en que todos nos hemos sentido unos boludos. Desde ese lugar trabajo, desde el lugar en el que uno cree que lo logra y "ah, oh, ups".
-¿Por qué elegiste la temática de género?
- Lo atraviesa, años anteriores no había tocado el tema pero este año me sentía más presionada por mí misma. Yo defiendo un montón de cosas, entonces pensé en armar algo que haga referencia. Plantee una realidad, para nada defenestro a los hombres.
-¿Vos escribís el guión?
-El Guión lo escribí yo y Walter lo dirige. Él es editor y músico, me ayuda en la parte de la guitarra y todo eso. Lo que hizo fue eso, editarme. La idea de la música surge porque me di cuenta que iba a estar hablando sin para una hora y es un embole, en algún momento se va a caer. Pensé en empezar con el monólogo y en el medio cortar con una cortina, dos, tres canciones que voy cantando y las escenas de pantomima, que básicamente es contar una pequeña historia con el cuerpo.
-¿Cuál sería el mensaje de la obra, también hablas de la felicidad?
-Desde chica pienso en el tema de la felicidad, qué es, algo que perseguimos todo el tiempo, cuando estudiamos, cuando estamos en pareja, para eso hacemos todo, tenemos hijos, etc. Todo va en busca de la felicidad y el bienestar de uno mismo, entonces ese es el lugar que para mí nunca tiene respuesta, un poco también de lo que hablo en el espectáculo: qué es la felicidad? si existe, si no existe, si es algo aburrido por eso nadie habla, que viene después de la felicidad. Eso es lo que planteo no como un mensaje sino como una reflexión, en quedarnos pensando. El stand up, me ha pegado porque son anécdotas que fueron un fracaso para mí ahora son cuestiones con las que yo hago reír. A mí el arte me atraviesa desde ese lugar, desde lo que no está claro.
-Se plantea al stand up como "catártico", ¿cual es el límite entre esto y el arte en sí?
-Esta es una gran discusión que existe, si el stand up es teatro o no, entre los mismos actores. Por eso hay muchos colegas que lo desmerecen y dicen: "eso no es teatro". Yo te puedo marcar a donde esta todo: personajes, espacio, tiempo. Yo sí creo que para hacer stand up tenés que formarte aunque no es necesario. Para mí desde mi lugar si hay que instruirse, la pantomima es esencial, si hago un personaje adentro del monólogo, si tengo herramientas actorales va estar bien. Es importante tener una idea, no que se suba cualquiera y haga cualquier cosa.
-¿Cuáles son los recursos que vos utilizas o que quieras destacar como artista?
-Yo tengo maestros que los nombro siempre y que son: Guillermo Troncoso, mi maestro de pantomima, él que me insertó en este mundo y que para mi es infaltable como recurso. Gabriela Simón es mi maestra de clown, el clown también me parece muy necesario, porque el clown te enseña a reírte de vos. Y Adrián Sorrentino, mi maestro de canto y de tap. Ellos tres, con sus especialidades creo que son mis herramientas básicas.
-¿Querés utilizar recursos tecnológicos como el video, ahora que esta en auge?
-Todavía no le agarro la vuelta, me gustaría pero no tengo algo pensado, no me esfuerzo en eso. Verte y dejarte plasmada y subirte en una red social, con lo exigente que yo soy, sería todo una tarea.
-¿Cuál es tu lugar más cómodo para expresarte el bar o el teatro?
-El bar hoy es lo que más estoy usando, pero cuando vuelvo al teatro que vuelvo con una obra, es mi lugar. El teatro tiene otra mística. Pero en un punto los dos me quedan bien.
-¿Cuáles son tus expectativas para este espectáculo?
-"Yooo quiero ser famosa"... ¡No! Yo con llegar a la gente, que no sea solo un grupo reducido, porque la gente que va al teatro o a los bares a verte es reducido, no es algo masivo. Con que eso se haga más popular todavía. Hay gente que no consume pero le gusta lo que haces y ¿Qué pasa?...pasa que no estás llegando. Como objetivo es eso tener más llegada, abarcar más con el espectáculo, con los monólogos. Que crezca y se haga como una cosa más expansiva. Ya para el año que viene estrenamos una obra de humor con Santiago Lucca.
-¿Sentís que el stand up es un lugar cómodo para la mujer, que ya tenés un lugar?
-Yo creo que todas las chicas que estamos, lo estamos formando a ese lugar. No termina de ser cómodo, es muy difícil hacerle entender al compañero, que hay frases o actitudes machistas, si estas haciendo referencia que tu mujer es una pesada y a mí desde ahí no me gusta. Trato de ver hasta donde llega el humor. Estamos en un proceso donde el stand up se está asentando, estamos aprendiendo porque no hay talleres sobre eso, nadie viene y te enseña como se hace y cada uno esta peleando con sus propias experiencias. Yo le quiero dar esa mirada mía de ser consecuente con lo que yo pienso. Es un lugar que yo cuido tanto porque en ese sentido también a cambiado el lugar de la mujer que se dedica al humor, no como objeto, sino al ponerse al frente. No es menor que yo me pare, no es menor que un montón de hombres me miren para ver si soy graciosa o no. No me puedo yo parar y decir: "Ay, yo soy tan tonta". No, yo voy a decir algo de verdad.
-Por último, ¿vos creés que el artista no tiene que estar ajeno a la realidad?
-Para mí el arte si no revoluciona no es arte, si algo no revoluciona no es arte para mí. Si no te revoluciona a vos mismo desde el punto que sea, desde modificarte algo en vos y... desde ahí quiero contar.