En este momento, lainflación interanual del país se ubica en 47,3%. Se trata de un número muchísimo menor con respecto a un año atrás, cuando se ubicaba por encima del 200%. Es decir, el Gobierno nacional logró cierto equilibrio en términos inflacionarios, aunque todavía es muy pronto para asegurar un diagnóstico.
A pesar de esta mejora, Argentina continúa siendo el país de la región con los números inflacionarios más altos. En el período 2015-2025, en el país hubo un promedio de 66,94% de inflación. Este número se aleja de la realidad de otros países latinoamericanos en el mismo período de tiempo: en México fue de 5,01%, en Chile de 4,55% y en Brasil de 5,81%. ¿A qué se debe esta diferencia?
SITIO ANDINO consultó a Nicolás Aroma, un especialista en economía, para analizar el panorama nacional y regional en torno a la inflación. Advirtió distintas aristas que dan cuenta de la complejidad: la relevancia de la moneda extranjera en la economía nacional –en particular, el dólar –, la devaluación de la moneda nacional y la falta de continuidad en las políticas de los gobiernos nacionales de turno.
“Hay un diagnóstico que es transversal a distintas fuerzas políticas o de corrientes de pensamiento: la economía que se piensa es bimonetaria. Se piensa en una moneda local, pero se piensa en una moneda extranjera”, sostuvo el también director del Centro de Economía y Finanzas de Mendoza (CEFIM).
La relevancia que tiene el dólar no sólo responde al interés de los sectores empresariales, sino también a su centralidad en la clase media: “la clase media sabe que tiene que tener como moneda de ahorro o de reserva de valor una moneda extranjera –en este caso, el dólar– y no la moneda nacional”.
Según explicó el economista, para bajar los índices de la inflación y que se sostenga en el tiempo es esencial recuperar el valor de la moneda. Para ello es necesario modificar hábitos e impulsar políticas que promuevan la moneda nacional.
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Inflación: ¿por qué es un problema sostenido en Argentina?
“Para bajar la inflación es clave la idea de tener una moneda que no sea solamente para pagar y transaccionar, sino que funcione como reserva de valor y que no tenga que dolarizarse cualquier excedente”.
Mejorar y sostener índices bajos de inflación
Aroma reconoció que hay una tendencia hacia la desinflación. Sin embargo, resulta pronto para arribar a conclusiones determinantes ya que hay otros factores en juego. Dos de ellos tiene que ver con la falta de circulación de dólares y las escazas inversiones.
“El riesgo país está en un nivel que duplica el riesgo país de Macri. El acceso al crédito privado todavía no se produce. La confianza no aparece y la ley bases ya salió. El RIGI, por ejemplo, ya está habilitado. Sin embargo, las inversiones no aparecen. Entonces estás teniendo un problema de confianza”, analizó.
Entonces, además de recuperar el valor de la moneda nacional, resulta elemental que el peso argentino sea confiable. Ambas razones van de la mano y son fundamentales para mejorar los índices de inflación.
¿Cuál es la situación en otros países de la región?
A diferencia de Argentina, en otros países de América Latina el dólar no gana tal relevancia. Es decir, no hay una cultura sumergida en la dolarización: “No pasa en Brasil, no pasa en México, no pasa en Chile y tampoco se ha recurrido de manera drástica al mundo monetario internacional”. Enfatizó en Bolivia, un país –supuestamente– con menor desarrollo que el nacional, por no tener inflación alta ni necesitar dólares, así como por el acceso que tiene a créditos.
Además de la confianza en sus propias monedas, estos países tienen continuidad en sus políticas, aunque cambie la dirección ideológica del Gobierno. “En Perú tenés un sistema político muy endeble –sale un presidente de izquierda, entra uno de derecha, pero las instituciones económicas funcionan por otra senda y en Chile pasa más o menos lo mismo. Bueno, en Argentina no, estamos dentro de un péndulo donde vamos de un lado para el otro en lo político y la economía está muy atada a eso”.