Productores y bodegueros coincidieron en la reforma de impuestos y laboral que impulsa el presidente Milei. Pedidos y repercusiones durante el evento de Coviar.
En un Desayuno de Coviar con fuerte convocatoria, productores y bodegueros se pronunciaron sobre el plan de Javier Milei
Foto: Cristian LozanoEl desayuno de Coviar (Corporación Vitivinícola Argentina) terminó convirtiéndose en lógica caja de resonancia del discurso del presidente Javier Milei ante el Congreso la noche anterior. En un evento huérfano de anuncios, la decisión del presidente de avanzar en la reforma impositiva, laboral y también impositiva generó un consenso inusitado entre el sector productivo y la industria del vino, que incluso fue por más.
En el patio del Park Hyatt Mendoza, su escenario habitual, el encuentro que abre el día de Vendimia estuvo atravesado por voces mayormente a favor de los dichos de MIlei. E incluso en defensa del nuevo "contrato social" que el mandatario propuso para definir "políticas de Estado" para su Gobierno.
"Siempre insistimos en el pedido de mayor previsibilidad y reglas de juego claras para la producción. Por eso son bienvenidas las reformas, sobre todo la impositiva y laboral", señaló Fabián Ruggeri, presidente de Acovi (Asociación de Cooperativas Vitivinícolas) durante el desayuno donde el gobernador Cornejo hizo un balance y ningún anuncio, pero defendió el plan de Milei con la convocatoria al "Pacto de Mayo" con gobernadores.
Entre esas reglas de juego, el presidente había reafirmado ante la Asamblea Legislativa su vocación por terminar de abrir la economía. Y tras eliminar las SIRA (licencias no automáticas de importación) señaló que su gestión estará signada por la libre competencia, algo que aglutinó más opiniones a favor que en contra entre referentes de la vitivinicultura.
Incluso los más combativos se mostraron proclives a las medidas prometidas por Milei, en sintonía con sus expectativas.
Para Mario Leiva, de la Sociedad Rural de Valle de Uco, "no habló ni del campo, de educación ni de justicia. Pero debería apurarse en arreglar los grandes problemas porque sino la clase media del campo se funde".
"Producir uva cuesta cada vez más y está muy concentrada la compra por las bodegas, que están en posición dominante. Por eso, más allá de lo que pretende hacer con el Estado, le doy la mano a Milei en abrir importaciones: un rollo de cinta para riego por goteo acá cuesta $300 mil y en Chile la mitad".
En otro orden, el dirigente del sector primario también observó un cambio incipiente en el campo del financiamiento, tan reclamado por la producción para crecer. Y mientras se espera que avancen créditos de cosecha y acarreo, que en Mendoza el Gobierno implementa vía adelantos para capitalizar a productores y sostener el precio con un fondeo de $1000 millones.
"Evidentemente, para los bancos ya no es negocio las Leliqs. Por eso está creciendo la oferta de créditos a tasas un poco más convenientes", añadió Leiva.
Antes, el sanjuanino Eduardo Sánchez, integrante de la Mesa Vitícola, había resumido con una experiencia propia.
"Yo ayudé a mi contratista a construir su casa. Por eso creo que en el campo los buenos trabajadores se convierten en socios de los dueños", argumentó el dirigente.
Por su parte, el productor vitícola y presidente de la FEM (Federación Económica Mendoza), Santiago Laugero, también apoyó el propósito de una reforma impositiva "que venía pidiéndose hace mucho, a la par de una reducción de los costos laborales, que dificulta la creación de empleo".
Respecto a lo que viene en ese proceso y de cara al "Pacto de Mayo" propuesto por Milei, el empresario auguró que "la crisis, y la V de la reactivación, sean lo más cortas posibles. Y sobre todo sin que quede demasiada gente fuera del sistema".
Justamente, a la hora de los discursos, el propio presidente de la Coviar, Mario González, se hizo eco de la necesidad de una reforma impositiva de fondo. Lo hizo al pedir "un esquema impositivo que favorezca a la producción", y antes de agradecer la gestión del gobernador Cornejo y de su par de San Juan, Marcelo Orrego, para mantener las retenciones en 0.
En su reseña, González rescató que la vitivinicultura, con 72 puestos/hectárea "es la mayor generadora de empleo del país, que necesita un esquema impositivo acorde. Y también créditos, porque es imposible adaptarse a los cambios de tarifa y de matriz energética sin financiamiento".
José Zuccardi, titular de la UVA (Unión Vitivinícola Argentina) y miembro de Coviar, insistió en contar con seguridad jurídica para competir. "Ambas reformas, impositiva y laboral, son necesarias, con menos gravámenes que dificultan conocer el costo real. La laboral también hace falta: existe una industria del juicio que está afectando a los trabajadores, porque no los beneficia, y también a los empresarios".
En el listado de tributos a modificar o eliminar, Zuccardi citó entre otros a Ingresos Brutos, que se cobra en forma dispar por provincias. Al mismo tiempo, avaló que, a través de la apertura importadora, "precios relativos de Argentina vuelvan a ser razonables. Hoy exceden los internacionales porque tenemos sectores cartelizados frente a la falta de oferta, y así es muy difícil trabajar así frente a los competidores".
A su turno, José Bartolucci, de la Cámara de Exportadores de Vino a Granel, también se pronunció en sintonía.
"Nos parece muy bien, porque en la medida de que la macroeconomía se ordena las empresas vamos a estar una mayor zona de confort. Obviamente, la apertura de importaciones es un tema a analizar, porque si hay una cantidad de impuestos distintos y si Argentina logra los acuerdos comerciales que tienen nuestros competidores no nos preocuparía tanto", puntualizó Bartolucci.
Desde la perspectiva del industrial también adhirió a la necesidad de créditos accesibles de largo plazo. Y destacó que "si la economía se mantiene estable, las empresas nos dedicamos a hacer el resto, como seguir descubriendo nuevos mercados y llegar a duplicar los 34 que tenemos actualmente".