En Mendoza, se cometió un femicidio cada dos días. En la provincia, este años 7 niños/as perdieron a sus madres por la violencia machista en un contexto que parece avalar ciertos discursos de odio.
Femicidios en Mendoza: en solo tres meses de 2025, se iguala la cifra de 2024.
Hasta el 25 de noviembre de este 2023, la provincia de Mendoza registraba cuatro femicidios, el último que se había conocido había tenido lugar en mayo lo que invitaba a por lo menos pensar que, finalmente, la visibilización y concientización acerca de la violencia de género y las medidas ejecutadas por el Estado como, por ejemplo, divulgar la línea 144, de alguna manera estaban comenzando a surtir efecto. No ha pasado ni un mes desde el Día de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer que, en una sola semana, en cuestión de días, tres mujeres fueron víctimas de la violencia machista.
Un solo femicidio ya es motivo de conmoción, alerta y el permanente recordatorio de que, al parecer, las mujeres aún están muy lejos de sentirse seguras, de caminar sin miedo. Esto, sin mencionar que detrás de un asesinato hay otras víctimas sobre quienes recae un impacto terrible y casi imposible de dimensionar: se trata de niños, niñas y adolescentes que se quedaron sin su madre y que, por si fuera poco, en la mayoría de los casos, presenciaron el momento y, si se le puede sumar algo peor, en un alto porcentaje los agresores han sido sus propios padres.
Según el informe del Observatorio Mumalá, hasta noviembre de este año, eran 234 niños/as y adolescentes los que habían perdido a su madre de una manera brutal en Argentina. Puntualmente, en Mendoza, hasta el 11 de diciembre, son 7. El problema no termina allí, al contrario, acaba de comenzar el tramo de intentar proteger esas infancias y adolescencias, asegurarles acceso a la salud integral y, en especial, a la mental algo que garantiza la Ley Brisa pero que según el análisis de las mujeres de Mumalá, puede estar en peligro.
No pasó mucho tiempo, apenas dos días, hasta que se conoció el femicidio de Vanina Gabriela Videla Cinquemani en Guaymallén. Tenía 33 años, en octubre cumplió una de sus metas: recibirse de psicóloga. Volvía a su casa tras haber salido de trabajar cuando fue abordada por Esteban Fernando Rodríguez (31), quien la atacó con un cuchillo y la mató. La víctima había recurrido a la Justicia ya que sobre su agresor pesaba un prohibición de acercamiento pero, una vez más, todo falló. Tenía un hijo de 4 años.
El más reciente, fue un Luján de Cuyo. Malén Ledesma tenía 24 años, fue encontrada el 8 de diciembre, en el kilómetro 35 de la ruta provincial 82. Había sido asesinada a puñaladas. La Policía logró detener al supuesto agresor, principal sospechoso del femicidio. Se llama Iván Gabriel Juárez, tiene 24 años y era pareja de la víctima.
Estos tres nombres se suman a los de las cuatro víctimas que habían enlutado a Mendoza en el primer semestre de este 2023, el año que, al contrario de lo que se podía llegar a pensar, terminó con 7 femicidios.
Detrás de cada femicidio, más de una víctima y los mensajes que preocupan
Luisina Blanco, licenciada en Trabajo Social y coordinadora del Observatorio de Mumalá en Mendoza se refirió a otros impactos que tienen los femicidios.
“Las niñeces que se quedan sin sus mamás. Prácticamente la mayoría se queda en un doble estado de orfandad, porque en un 63% de los casos, son sus padres quienes asesinan a sus mamás, y en esta avanzada de la derecha, la desaparición del Ministerio de las Mujeres hace que se pongan en riesgo leyes como la Ley Brisa”, comenzó a explicar Blanco.
La Ley N° 27.452, Ley Brisa establece que los hijos y las hijas de mujeres víctimas de femicidio deben ser protegidos para crecer en un ambiente sano y libre de violencias. Por eso, tienen derecho a recibir una reparación económica mensual, acceder a una cobertura integral de salud y ser acompañados de manera integral durante su crianza.
“Esta Ley les permite (a tutores de estos menores), por ejemplo, poder solventar algunos gastos de la vida cotidiana, pero por sobre todo poder pagar tratamientos psicológicos, psiquiátricos, producto de la situación traumática que atravesaron, porque hay muchas niñas y niñas que además de quedarse sin sus mamás fueron testigos de esta situación de violencia, del femicidio”, señaló Blanco.
“La situación traumática es sumamente compleja. Entonces, es necesario del refuerzo de los Estados. La verdad que, en este contexto de avanzada de las derechas y de los discursos de odio, hay muchas personas que se atrevieron a decir representaciones e ideas que tienen, dado que hay un discurso de odio que las avala para poder decirlas. Incluso, tenemos muchas compañeras del activismo feminista que han sido violentadas en este contexto por llevar un símbolo como el pañuelo verde. Entonces, creemos que estos ataques de odio van a profundizarse y a su vez también nos olvidamos de que estamos en una situación de crisis económica que se va a profundizar y cuando esto ocurre, se profundizan las situaciones de violencia. Esto también es sumamente preocupante, porque en la avanzada de los discursos de odio, la profundización de la crisis económica que exacerba las características de las personas violentas, hace que se genere un clima propicio para que se repliquen las manifestaciones de las violencias de género”, cerró Luisina Blanco.
