El expresidente uruguayo José Mujica reveló en abril de 2024 que padecía cáncer de esófago. Tras un arduo tratamiento de 32 sesiones de radioterapia, logró superar el tumor inicial. Sin embargo, recientemente, Mujica confirmó que la enfermedad se ha expandido a otras partes de su cuerpo, dejando pocas esperanzas sobre su estado de salud. Políticos de todo el mundo le han enviado apoyo en este difícil momento.
En una emotiva entrevista, Mujica explicó que el cáncer se ha extendido al hígado y que su cuerpo no puede resistir tratamientos adicionales. Por su edad avanzada y enfermedades crónicas, no considera viable someterse a cirugías ni tratamientos bioquímicos. “Estoy condenado, hermano. Hasta acá llegué”, expresó con franqueza, destacando su decisión de no alargar su sufrimiento.
El exmandatario ha decidido enfrentar este momento con serenidad, enfocado en su vida cotidiana. Mujica desea trabajar en su chacra mientras su salud se lo permita, aceptando el final con la misma sencillez que ha caracterizado su vida. A pesar de su enfermedad, continúa activo en pequeñas labores en su hogar, reflejando su espíritu resiliente.
José Mujica se despidió de sus compatriotas
La entrevista fue también una despedida emocional dirigida a sus compatriotas. Mujica hizo un llamado a respetar las diferencias en la sociedad, enfatizando que la democracia se basa en el respeto mutuo. Sus palabras, cargadas de gratitud y emoción, marcaron un adiós a los uruguayos y a sus compañeros políticos.
A pesar de su retiro de la política activa, Mujica sigue siendo un referente en Uruguay. Aunque ya no toma decisiones relevantes, ha mantenido un rol de apoyo ocasional. Ahora, insiste en que se respete su deseo de privacidad en esta etapa final de su vida, indicando que su ciclo ha llegado a su fin y que “el guerrero tiene derecho a su descanso”.
Mujica continúa siendo un ejemplo de coherencia hasta el final. Ha dispuesto que su chacra, a nombre de su esposa, sea heredada por su sector político. Además, adquirió un tractor nuevo para las generaciones futuras, asegurando que los recursos necesarios estén disponibles para continuar su legado.
El expresidente desea morir en su chacra y ser enterrado junto a su querida perra Manuela. Este lugar, donde ha pasado años trabajando con humildad, se convertirá en un símbolo de su vida sencilla y de servicio. Su despedida es un mensaje de paz y agradecimiento, que resuena profundamente en el corazón de los uruguayos.