Se dice que en política conviene no enojarse. Siempre es preferible el análisis a la indignación. Las preguntas y la meditación a las respuestas apresuradas. El cuadro se adapta perfectamente al periodo post PASO 2023, el triunfo de Javier Milei y el corto -pero largo- camino que se abre rumbo a las elecciones generales y el casi seguro (a juzgar por la foto del domingo) ballotage.
A 48 horas de contados los votos -y cuando empieza el escrutinio definitivo que puede incluso achicar un poco más las casi inexistentes diferencias- existe un inédito triple empate técnico, como se llama a estas situaciones de diferencias tan acotadas que dejan un escenario abierto.
La conmoción generada en el mundo de la política y la comunicación por el triunfo de Javier Milei no solo como candidato individual sino también como fuerza política (aquí la mayor sorpresa) es real y configura un escenario absolutamente novedoso para la historia política argentina, nunca antes tres fuerzas políticas aparecieron con posibilidades ciertas de alzarse con el poder. Muchos hablaban del escenario de tres tercios (es cierto) pero la sorpresa que conmocionó a la política y a una parte importante de la sociedad es que terminará siendo el tercio más grande aunque sea por una mínima diferencia.
Con el conteo provisorio final el escenario crudo de los números indica que ninguno de los tres candidatos o fuerzas tiene su boleto comprado para el ballotage de noviembre. Las diferencias entre las tres fuerzas son menores a los errores muestrales de una encuesta y configuran un espacio incierto, cualquier fórmula de segunda vuelta es posible.Milei versus Patricia Bullrich, Sergio Massa frente a Milei o Massa enfrentando a Bullrich. Por ahora solo interrogantes para el análisis y ninguna respuesta cierta hasta el 22 de octubre en que la a decisión final quedará en manos de un electorado.
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El triunfo de Javier Milei en las PASO 2023 porpone un escenario inedito para la historia politíca argentina.
Foto: Gentileza
Las preguntas que dejan las PASO 2023
La certeza que no se podrá confiar en ninguna encuesta que se difundan de aquí a mediados de octubre deja todas las respuestas centradas en la noche electoral.
¿Podrá Javier Milei mantener el caudal de votos o ampliarlo para asegurar una llegada a la segunda vuelta? Por de pronto ayer mismo comenzó la campaña para pescar en la pecera de Juntos por el Cambio y calificó a Patricia Bullrich como menos que una segunda marca de su proyecto libertario.
¿Patricia Bullrich mantendrá dentro del espacio los votos de Horacio Rodríguez Larreta?
¿En este nuevo camino Bullrich moderará su discurso para no perder los votos del alcalde porteño o radicalizará aún más su discurso y sus ideas para quedarse con votos de Milei (reales o posibles) ?
Parte de las preguntas para Bullrich se repiten para Massa. Sostendrá los votos de Juan Grabois. A quién intentará conquistar en estos 60 días para poder sumar los votos que le permitan entrar al ballotage.
Massa acumula para sí una ventaja y una desventaja en la misma situación. Es Gobierno. Puede tomar medidas para mejorar la vida e intentar una cercanía con los votantes, pero también puede que las mismas medidas lo terminen de alejar de a quienes busca convencer. El primer día post PASO está más en la segunda opción que en la primera.
La debilidad en la que quedó el Gobierno al solo alcanzar el tercer puesto en la carrera electoral fue clave para no poder resistir la presión devaluatoria del FMI con una jugada oculta pero ya prevista al cerrar el acuerdo.
Después de las PASO 2015 con una derrota que parecía aplastante Mauricio Macri y Juntos por el Cambio cambiaron la estrategia y sacaron la campaña a la calle y la llenaron de cierta épica. El resultado fue muy bueno, no les alcanzó pero Macri dejó la presidencia con el 40 por ciento de los votos.
Hoy ambas fuerzas, Unión por la Patria y Juntos por el Cambio deberán recurrir a aquella experiencia, cercanía, territorio y épica. Al fin y al cabo a pesar de que la épica y la contienda clara fue desterrada de la política por la patria consultora que inventó la inexistente ancha avenida del medio y el consenso y el acuerdo y el bla bla. Milei es todo lo contrario, épica y confrontación a full.
La socióloga belga Chantal Mouffe escribió mucho sobre la relación del crecimiento de las derechas europeas con el crecimiento del modelo bajas calorías de las centros izquierdas y centro derechas europeas. Cualquier similitud con lo que pasa en la Argentina no es casualidad.
Además hay que agregar las particularidades argentinas. Unión por la Patria y Juntos por el Cambio coinciden en hablar de los derechos de los trabajadores. Unos con discurso peronista otros con un mensaje que algunos definen como antiderechos. La duda es si esa dinámica es correcta hoy en la Argentina.
La población económicamente activa de la Argentina ronda los 22 millones de personas, sin embargo los trabajadores y trabajadoras registradas apenas llegan a 6 millones. La ecuación no parece difícil, el peronismo sigue atado a su discurso de defender derechos que hoy la enorme mayoría de trabajadores ya no tienen. Juntos por Cambio es lo mismo pero del otro lado del mostrador habla de modificar derechos que la mayoría no posee en un discurso que pretende congraciar a los factores de poder.
Mientras, los repartidores andan por las grandes ciudades con banderas y calcos de Milei y preguntándose (con razón) de qué derechos me hablan si yo ni los conozco ni los tengo.
Cuando se observan los resultados del domingo y se analizan mesas tomadas al azar de algunas zonas populosas se comprueba fácilmente que es donde Milei encontró su épica y su base del rompan todo y la forma de romper es votarlo, sin reflexionar si lo poco o mucho que tienen desaparecerá como arena entre los dedos de ganar a quien votaron. O al menos intentará hacerlo desaparecer.
Menudo desafío queda en estos 60 días para la política y la sociedad.