El proceso de las elecciones 2023 en marcha y que llevó ya a las urnas a una cantidad de votantes similar a la de CABA y Mendoza juntos, comienza a dejar sus primeras reflexiones o conclusiones.
El proceso de las elecciones 2023 en marcha y que llevó ya a las urnas a una cantidad de votantes similar a la de CABA y Mendoza juntos, comienza a dejar sus primeras reflexiones o conclusiones.
Por un lado el Justicialismo en sus diversas variantes se muestra más competitivo de lo que las previsiones de los analistas políticos, que todo lo ven con el ombliguismo porteño, mostraban. Solo Jujuy quedó en manos de la oposición real y Neuquén permanece bajo el dominio del Movimiento Popular Neuquino que será siempre cercano al oficialismo nacional, no importa cuando lo escribamos. El resto de las provincias las diversas vertientes del Frente de Todos que van desde el radicalismo filo kirchnerista hasta el massismo impusieron a sus candidatos y en algunos casos con notable ventajas.
La ilusión tuitera de los dirigentes radicales y algunos escribas sobre la elección en La Pampa o la capital sanjuanina es solo eso, tratar de mantener viva la llama con el relato. En La Pampa en las últimas elecciones (si bien eran legislativas) Juntos por el Cambio ganó con el 48 por ciento de los votos sacándoles 6 puntos al Peronismo. Este fin de semana el resultado fue exactamente al reves el Peronismo le saco 6 puntos a Juntos por el Cambio, sin embargo los radicales y los panelistas porteños hablan de gran elección. “Cosas veredes, Sancho, que farán fablar las piedras”.
La única verdad es la realidad y la señal que emitió ayer el bloque PRO de Juntos por el Cambio con el encuentro convocado por Mauricio Macri para ordenar la interna porteña entre Patricia Bullrich y Horacio Rodríguez Larreta en CABA y la Provincia de Buenos Aires da señales que una cosa en tuitear y otra hacer política y se sabe el miedo no es zonzo.
¿Los resultados reunidos hasta ahora significan que Juntos por el Cambio está fuera de combate y el Frente de Todos es victorioso? Nada más alejado de la realidad. Sí muestra que las realidades locales son muy distintas a lo que se supone y la realidad que analizan con el caleidoscopio porteño las fuerzas políticas y los consultores se hace trizas ni bien se abandonan los límites del AMBA.
La herramienta llevar a la consideración de la Corte Suprema de la Nación Argentina lo que no se puede obtener en las urnas, a la que se volvió adicto Juntos por el Cambio, parece romper el límite de la convivencia democrática y abrir las puertas a un reino de alcances desconocidos otorgándole un poder casi monárquico a la pluma de tres señores.
Mientras Juntos por el Cambio resuelve sus internas (sobre todo las del sector del PRO) e intenta armar alguna estrategia para las elecciones provinciales que quedan por transcurrir el Frente de Todos tiene problemas más severos, nada más y nada menos que administrar el país en un proceso electoral y económico que se ha transformado en un potro difícil de domar.
Las medidas no anunciadas oficialmente, pero puestas en marcha oficialmente mediante distintos decretos y resoluciones, para controlar la inflación son por lo menos polémicas y discutibles. En todas parece faltar lo mismo; el uso efectivo de la política y de la fuerza del Estado.
La inflación no solo es un problema de precios sino también de ingresos. Se come en horas cualquier mejora que los trabajadores obtengan ya sea en paritarias o en negociaciones individuales de los trabajadores de la economía informal. Además fortalece el proceso de degradación del reparto de la torta de la economía.
Un reciente informe de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO) muestra a las claras que este gobierno no logró revertir el proceso que comenzó en 2016. Apenas logró disminuir la velocidad de caída del salario.
La participación del sector empresarial en la apropiación del excedente va del 40,2% del valor agregado en 2016 al 42,2% en 2019 llegando al 45,8% en 2022. En el mismo periodo el costo salarial cayó casi 19 puntos (18.6) entre 2016 y 2022 mientras que la productividad solo se redujo un 5.5%. Si se toma solo el periodo de este Gobierno el resultado es aún peor para los trabajadores ya que la el costo salarial se redujo 4.5% y la productividad creció 0.8 por ciento
Según el informe de la FLACSO la transferencia de ingresos del sector trabajo al capital desde 2018 a 2022 se puede valuar en casi 88.000 millones de dólares (87.800) al tipo de cambio oficial y unos 47 mil millones al tipo de cambio paralelo. El peor rendimiento para los trabajadores se dió precisamente en los últimos dos años 2021/22 donde el crecimiento de la economía jugó su papel y la transferencia se calcula en 48.400 millones de dólares al cambio oficial.
FLACSO es clara y advierte que "El mecanismo principal de transferencia de ingresos del trabajo al capital fue el elevado proceso inflacionario. Primero bajo los efectos de la crisis de la deuda y la consiguiente devaluación en 2018-2019 y luego en el marco de la post pandemia y la suba de los precios internacionales".
La inflación como método de apropiación de la generación de riqueza de la economía, algo que ya hemos escrito extensamente en estos espacios, sin que la política pueda poner coto a la situación a pesar de sus promesas. Cuánto afectará en las elecciones y el voto ciudadano es una pregunta sin respuesta aún y las elecciones provinciales no sirven como guía para hallar la respuesta.