Felipe Pigna: El historiador por definición no es políticamente correcto
Esta semana disertó en Mendoza sobre el 12 de octubre y presentó el quinto tomo de Los Mitos de la Historia Argentina. Tuvo un momento para recibir a la prensa y reflexionar acerca de los pueblos originarios, los jóvenes y la necesidad de escribir la historia con honestidad; entre otros temas.
Si la historia argentina tuviera que hablar sobre él, diría que es una de las personas que le devolvió la luz a las zonas oscuras de un relato escrito por vencedores. La posibilidad de poner en contexto una construcción discursiva rígida del pasado, lleno de datos precisos y héroes de bronces impolutos e incuestionables. Como escritor e historiador, Felipe Pigna, apunta a desmistificar los hechos, los pone en contexto y abre el debate. Ese es su estilo, el del revisionismo de una historia oficial que necesariamente debe ser mirada desde todos sus puntos de vista y de la cual emergen los olvidados.
La Feria del Libro de Mendoza tuvo la posibilidad de contar con su presencia esta semana, donde el escritor nacido en Mercedes, provincia de Buenos Aires, disertó acerca del 12 de octubre y el mal llamado descubrimiento de América. Un día después presentó la última parte de su saga Mitos Argentinos donde aborda la etapa de la historia argentina comprendida entre el 55 y el 66. La primera década de proscripción del peronismo y la visión de una época enmarcada por grandes transformaciones mundiales como la Guerra Fría, la Revolución Cubana y la irrupción de los jóvenes en la escena pública
Antes de realizar la primera presentación Pigna dialogó con la prensa y estudiantes que lo consultaron sobre diversos temas. Uno de ellos fue acerca de la posibilidad de reivindicación de los Pueblos Originarios. Al respecto señaló:
Me parece posible y necesario. Hay una palabra que corresponde que es necesario, hay que seguir luchando porque esos derechos se concreten. Para que los pueblos tengan finalmente el acceso a la tierra que les corresponden por derecho histórico. Responder a ese criterio que las leyes recienten dan lugar pero que no terminan de cumplirse que es la idea de propiedad comunitaria. Recordemos que ningún pueblo de América tenía el concepto de propiedad privada, tienen el concepto de propiedad comunal que es muy diferente al concepto capitalista que vino a imponerse a partir de 1492. Nuestro código civil y nuestra Constitución es un producto de ese modelo evidentemente no aceptó nunca la idea de propiedad comunal entonces hay mucho para trabajar en ese sentido.
Sobre la necesidad de que la historia fuera contada de otra forma, el autor de Mujeres tenían que ser, expresó con afirmación que hacía falta porque venimos de un relato maniqueo, falso, donde el pueblo no existía y se daban por ciertas hechos que nunca se explicaban. Como la supremacía de Buenos Aires sobre las provincias como condición natural de sometimiento al puerto.
También habló sobre el rol de los historiadores al momento de escribir lo sucedido. Aquí destacó la honestidad y el equilibrio para narrar los hechos abarcando todos sus aspectos, tanto buenos como malos. Un historiador no puede negar parte de la historia porque no le guste. Esto de estar escamoteando documentos o elementos porque no gustan es un acto de deshonestidad. Me parece que la otra cuestión fundamental es el equilibrio. No la objetividad, porque la objetividad no existe prácticamente en ninguna disciplina social, pero sí el equilibrio cuando uno habla de determinado periodo histórico, de las buenas, de las malas, de las grises como tiene que ser. El historiador por definición no es políticamente correcto ni que tenga que quedar bien con nadie. Su preocupación fundamental no tiene que ser quedar bien con nadie, es quedar bien con la historia, con la disciplina. Eso le da seriedad, permite debatir, es mucho más rico que la visión parcial hacia un lado o hacia otro recortando lo que no le gusta al que escribe.
Otro tema de reflexión fueron los jóvenes y el creciente protagonismo que han adquirido en la actualidad sobre los momentos políticos actuales. Sobre esto dijo: La veo evidentemente interesada y preguntándose mucho sobre la clase política. Con interrogantes lógicos que corresponde a toda juventud. La juventud pide y exige como debe ser, frente a una clase política que deja bastante que desear en términos generales. Que podría ser mucho más culta. Tiene condiciones y capacidades para formarse, ha tenido mucho tiempo desde el 83 hasta acá para superarse. Otros que siguen insistiendo con un lenguaje que no va más. Creo que está bien que tenga sus quejas y que el mismo tiempo la juventud se involucre. La participación es fundamental, si uno no participa la posibilidad de queja se va disminuyendo.
Al mismo tiempo destacó que a diferencia de un pasado reciente, es una generación que ha recuperado ideales que se daban por perdidos. Es una generación que ha recuperado ideales y se debe ser muy consecuente y muy cuidadosos con ellos. Ha renacido una ilusión que no puede perderse desde ningún punto de vista y eso es una responsabilidad muy fuerte. No sólo para la clase política sino del mundo adulto que lo debe contener. Esta idea de que política no se habla en las casas es una locura, yo creo que es muy bueno hablar de política en las casas. Tampoco tenemos que estar todos de acuerdo, eso es otra locura. ¿Desde cuando tenemos que estar todos de acuerdo?, comentó.
Mientras que sobre el papel que tienen los Medios de Comunicación en la construcción del relato de la historia, Pigna también brindó su opinión: Decía Lincoln que la primera versión de la historia son los Medios, por lo tanto hay una forma de los Medios de construir el relato que es una forma absolutamente maniquea. Ahí, el pobre es sospechoso, al persona de bien está vinculada a un sector determinado, las provincias no existen salvo que ocurra una tragedia y África sigue siendo un país misterioso conflictivo donde puede salir nada bueno. Es un relato universal que se va cargando de contenidos locales que hay que combatir de todo punto de vista, porque eso no tiene que ver ni con la realidad ni con lo que necesitamos. Realmente a uno lo avergüenza que algunos noticieros se digan nacionales y no muestran nada de los que pasa en las provincias. No nos enteramos de la movida cultural, por ejemplo, esta feria en Buenos Aires nadie sabe que existe y así muchísimas cosas. Es una agenda que hay que cambiar urgentemente.