Comprender qué lleva a una persona a matar, torturar o agredir a otra es algo que desvela desde hace tiempo a los científicos. Determinar si existen factores biológicos específicos capaces de desencadenar este tipo de conductas ha sido uno de los objetivos sobre los cuales trabajan las neurociencias. Y aunque se han hallado diversas pistas en ese sentido, los expertos aclaran que se trata de una problemática compleja, en la que intervienen múltiples componentes.