Una situación más que sospechosa vivió una mujer en las últimas semanas de embarazo en el hospital Perrupato de San Martín. El día de la cesárea le dijeron que su hijo estaba muerto hacía una semana y que sufría el síndrome de Down. La madre asegura que el niño era normal y tres días antes le había escuchado los latidos del corazón.
Viviana Caponi tiene 42 años y vive en el barrio Aguaribay de Palmira, distrito de San Martín. Aún dolida por la muerte de su bebé recién nacido relató a SITIO ANDINO lo que vivió en el hospital Perrupato los últimos días de su embarazo.
Realmente no sé que pasó, no entiendo nada, estoy muy angustiada, dijo Viviana, que es madre de seis hijos y actualmente está separada de su marido.
La historia con trágico final comenzó el 15 de junio de este año, cuando Caponi con la orden de su médica personal llegó al hospital a internarse para tener a su hijo.
Ese día, según la mujer, los médicos que la recibieron le dijeron que se volviera a su casa porque el embarazo estaba de 37 semanas y, si nacía en ese momento iba a estar como una semana internada con el niño en incubadora.
Antes de emprender el viaje hasta su casa, a Viviana le realizaron una ecografía donde le manifestaron que el niño estaba perfecto y sano. Yo lo vi por el monitor, medía 49 centímetros y pesaba tres kilos y medio, contó Caponi.
El miércoles 22 del mismo mes, la mujer fue a control. Allí la embarazada le expuso a su médica que el niño pechaba pero que no tenía fuerzas. La profesional le hizo sentir los latidos del corazón del bebé y le indicó que estaba todo bien.
El viernes siguiente, Viviana comenzó a sentir contracciones pero leves. Como no eran contracciones para parto, decidí esperar hasta que llegaran las más fuertes para ir al hospital, pero esas nunca vinieron, explica la mujer.
El 25 de junio (día sábado), la embarazada a primera hora de la mañana fue al establecimiento de salud porque sentía una opresión en toda la espalda y un dolor insoportable.
Me atendieron dos doctoras que estaban de guardia y me hicieron una ecografía. Vi que hablaban entre ellas, me preguntaron si estaba sola, le dije que sí, y allí me informaron que mi bebé hacía una semana que estaba muerto, relató Caponi.
Luego de la triste noticia sucedieron una serie de situaciones que instalaron la sospecha en la mujer. Creo que me durmieron entera porque no sentí nada, me desperté y ya había terminado todo, manifestó Viviana.
Luego por su prima, que era la única persona que la había acompañado al hospital, la mujer se enteró que mientras ella estaba en cirugía, un enfermero salió a pedirle la ropa del bebé.
Su prima le respondió que Viviana había entrado con todo lo necesario, incluida la ropa del niño. Igualmente, la mujer tuvo que salir a buscar más ropa porque el enfermero decía que no tenía nada.
Al despertar, a la parturienta le presentaron su bebé muerto. En ese momento le informaron que su niño tenía síndrome de Down, problemas en el corazón y malformaciones varias. Los profesionales le dieron a entender que se hubiese nacido vivo no iba a durar mucho.
Toda compungida, Viviana le pide a la persona que tenía el bebé que se lo dé para cargarlo. El médico dijo que no, que no podía porque eso le iba hacer mal. No me lo dejaron cargar, sólo lo vi de lejos, expresó la mujer.
Además de todo esto, a Caponi le presentaron a un bebé varón. En el trascurso del embarazo nunca se había podido observar el sexo del niño, pero en la última ecografía donde le informan sobre la muerte del bebé, Viviana había escuchado que las médicas hablaban de una niña.
Yo no sé si era mi niño o no, pero si hubiera sido mi niño
entonces porque no me lo hicieron nacer el 15 como mi doctora lo había indicado, me lo dejaron morir, señaló sollozando la mujer en cuestión.
Según Caponi, desde el hospital le quedaron en entregar los papeles de la autopsia del bebé pero hasta ahora no le han dado nada.
Actualmente, Viviana se encuentra en reposo por la cesárea y no puede moverse porque le han dejado un punto de la herida abierto para que supure la sangre innecesaria.
Es por esto, que antes del entierro de su pequeño hijo, le pidió a su prima que revisara el cuerpo para ver si tenía algo anormal. La prima le indicó que estaba todo correcto y que no tenía rasgos de un niño Down, ni de malformaciones.
La mujer tiene varias sospechas sobre cuales fueron las causas de la muerte de su hijo, si es su hijo, porque en todos los exámenes que se hizo en los meses de embarazo, el resultado siempre fue el mismo: un niño sano.
Ante esta historia, fue consultado el director del Perrupato, Gustavo Patti. El profesional sólo señaló que cuando se tratan de casos así, la mujer debe hacer una denuncia formal ante la Justicia para que se investigue todo el caso.