Desde ayer y hasta el próximo jueves cada día se recordarán distintos acontecimientos de los 50 años del último levantamiento popular de magnitud que vivió esta provincia.
Desde ayer y hasta el próximo jueves cada día se recordarán distintos acontecimientos de los 50 años del último levantamiento popular de magnitud que vivió esta provincia.
Los 50 años del Mendozazo que se cobró la vida de 3 mendocinos, dejo 3 desaparecidos, cientos de heridos y detenidos y marcó una conmoción política permanente poco usual a un Gobierno dictatorial.
La reacción popular compuesta por trabajadores organizados, ciudadanos y estudiantes fue un antes y un después en la vida de los movimientos sociales de Mendoza, y quizás también el último movimiento realmente colectivo de una provincia que, a partir de allí, fue apagando esa capacidad de movilización y lucha.
Aquel abril de 1972 venía caldeado. La CGT había convocado ya a dos paros generales y aquí en Mendoza los docentes agrupados en el SUTE -bien distinto al de hoy- no habían comenzado las clases con un paro por tiempo determinado.
El presidente Roberto Marcelo Levingston había designado interventor de la provincia a Francisco Gabrielli y fue ratificado, en marzo del 71, al inicio de la gestión de Alejandro Agustín Lannuse
Todo transcurría dentro de los poco normales carriles dictatoriales pero con cierta tranquilidad, sin embargo el clima político se caldeaba poco a poco. Se intuía un pronto retorno a los andariveles democráticos y la figura de Perón, que entraría en un enfrentamiento casi personal con Lanusse, volvía a ser el centro de la escena política argentina.
En octubre del 71 se puede fijar el comienzo de lo que terminaría en las calles en aquel abril del 72. La asunción de Cayetano Licciardo como Ministro de Economía (después sería Ministro de Educación de Galtieri y Bignone) puso como objetivo reducir los déficit del Gobierno y sobre principio del 72 propuso, y el Gobierno concretó, un aumento del 300 por ciento en las tarifas eléctricas. Como bien cuenta Benito Marianetti en su libro El Mendozazo hasta ese momento Agua y Energía en Mendoza iba fragmentando los aumentos sin embargo ese decidió aplicarlo en un todo al igual que todo el país.
Aquel aumento que Marianetti ejemplifica en su libro diciendo que "Hubo familias a las que se les pasaron facturas por diez o quince mil pesos en concepto de consumo de energía eléctrica y esos trabajadores no ganaban más que veinte o veinticinco mil pesos. Como era de suponer, comenzó a bullir un descontento general. Protestaban las mujeres de los trabajadores, protestaban los trabajadores, protestaba el almacenero de la esquina, protestaba el dueño del taller de al lado de la casa, protestaba el comerciante chico y también hacía lo mismo el grande. Protestaban los profesionales y los empleados. En una palabra, la repulsa fue general".
En los barrios las Uniones Vecinales convocaban a vecinos, comerciantes y trabajadores y se fue formando casi espontáneamente la Coordinadora No Pague La Luz, y las puertas de los vecinos y comercios proclamaban la consigna con cartelitos pegados. La ebullición fue en aumento y se convocó a una movilización realmente multitudinaria para el
Los gremios forman una coordinadora no pague la luz y convoca a una movilización que fue multitudinaria el domingo 2 de abril en la explanada de la Casa de Gobierno que generó un ambiente de tensión para dentro del Gobierno de aquellos años.
Tapa del diario Los Andes del 5 de abril de 1972
Para el martes 4 de abril la CGT había convocado a un paro general con movilización en reclamo por el aumento incontrolado de las tarifas, mejoras salariales y el ejercicio libre de la actividad sindical y el retorno de la democracia.
La movilización en Mendoza tendría otras características ya que la sociedad se encontraba en las calles desde dos días antes, los docentes y los trabajadores de la salud seguían de paro a lo que se sumaba la fuerza de todos los sindicatos agrupados en la CGT.
La nueva movilización desató la interna en el Gobierno Mendocino, Gabrielli era proclive a permitirla pero el titular de la VIII Brigada de Montaña, Luis Carlos Gómez Centurión era proclive a seguir los lineamientos del Gobierno nacional e impedir y reprimir cualquier intento de movilización popular.
Finalmente ganó la postura dura. Desde la mañana muy temprano de ese martes, la policía de Mendoza con apoyo del Ejército y Gendarmería comenzó la represión a los docentes a las 10 y 10 de la mañana, según rememora Marianetti, cuando estas se estaban concentrado.
Pocos minutos después una segunda fuerza policial carga sobre las columnas que se estaban concentrando en la sede de la CGT.
Los ánimos terminaron de caldearse y las movilizaciones ya resultaron imparables. En un marco de cierta calma mientras se dirigía a la multitud Carlos Fiorentini, el Secretario General de la CGT Mendoza, comenzaron a caer los gases lacrimógenos sobre la multitud y a partir de allí el desbande generalizado y los combates casi en cuerpo a cuerpo en todas la calles del centro mendocino, terminando el día con la muerte del canillita Ramón Quiroga, la renuncia del interventor Gabrielli y el nombramiento del General Gómez Centurión por parte del Presidente Lanusse.
Con un centro de Mendoza sitiado por fuerzas del Ejército y la Policía las movilizaciones y protestas continúan durante tres días más sobre todo en Guaymallén y Las Heras con las fuerzas armadas reprimiendo a diestra y siniestra dejando, en muchos casos, de lado los gases lacrimógenos para pasar a las balas de plomo. Así muere de un disparo en el rostro la comerciante Susana Gil de Aragón el día 5 y el día 7 (último día de revueltas) el estudiante Luis Mallea de solo 18 años.
Fue la última vida que se llevó la represión. A la noche de ese mismo día con Mendoza en llamas y la posibilidad de que la situación se replicará en varias provincias Lanusse deja sin efecto el aumento de las tarifas y se recompone lentamente la tranquilidad, mientras en el país la figura de Perón seguía ganan centralidad y a la dictadura le empezaban a contar los días para el final.
A partir de recuperar la tranquilidad el Partido Demócrata comenzó a exigir fuertemente la devolución de la Gobernación de Mendoza y efectivamente apenas 10 días después de terminadas las revueltas Lanusse cesa a Gómez Centurión y designa como interventor al dirigente demócrata Felix Gibbs.
La historia de aquellos días cruzada por cientos de acontecimientos nacionales y un clima que se enrarecía política y socialmente hoy es poco difundida y estudiada en Mendoza. Las similitudes de acontecimientos que cíclicamente atacan siempre a los mismos colectivos, trabajadores, docentes, estudiantes, comerciantes merecería ser un poco más estudiado no solo por la academia sino también por la sociedad en general, para alguna vez desde la democracia y la participación consolidar un modelo de país realmente inclusivo y vivible.
Te invitamos a escuchar la entrevista con la Doctora en Historia de la Universidad Nacional de Cuyo Gabriela Scodeller coautora con el Colectivo Fantomas del libro El Mendozazo; herramientas de rebeldía