Se viene Portezuelo, pero ojo, hay que ir con pie de plomo

Por Marcelo Torrez

Una de las obras hidroeléctricas más esperadas por años en la provincia, el dique Portezuelo del Viento proyectado sobre el río Grande en Malargüe, dará un paso trascendente esta semana cuando en Buenos Aires, el gobierno de Mauricio Macri llame a licitación para su construcción.

El anuncio está previsto para este martes, en la Casa Rosada. Del acto participarán no sólo el presidente, los funcionarios de Energía y de Obras de la nación, sino también el gobernador Alfredo Cornejo que viajará acompañado por el titular de la Fiscalía de Estado, Fernando Simón y por el asesor de Gobierno, Ricardo Canet.

El hecho es tan trascendente y relevante que desde que se licitó, adjudicó y se comenzó la construcción del dique Potrerillos la provincia no ha podido ni si quiera empardar una obra de semejante magnitud. No sólo por la malaria que envuelve y ha enfermado a Mendoza desde lo económico en casi diez años a esta parte. Sino también lo es porque la provincia, al margen de vivir en medio de crisis tras crisis, no ha podido darse un plan de obras de infraestructura pensado para mucho tiempo que no sean las propias que se han pensado para iniciarse y terminarse en una sola gestión de gobierno, y ni bien así Mendoza ha podido levantar cabeza en el Oeste argentino.

Está más que claro que Portezuelo no es una obra de la administración Cornejo. Fue proyectada y pensada casi cincuenta años atrás. Está claro además que Cornejo y Macri a lo sumo, podrán adjudicar el emprendimiento y es muy poco probable que la obra se empiece el año próximo; el último con seguridad del actual gobernador y posiblemente también el último de Macri si la ciudadanía no decide reelegirlo en las elecciones que se avecinan para el 2019. Pero lo importante es destacar al punto que se ha llegado luego de tantos traspiés, de idas y vueltas y de decisiones políticas que no permitieron, además, que se le diera el empuje necesario.

Es que, en Mendoza, en los últimos años, al igual que ha ocurrido en el país, los grandes emprendimientos no fueron asumidos, ninguno, como políticas de Estado, sino más bien como cotos partidarios o hasta ideológicos. Por caso, Portezuelo estuvo más bien emparentado a las gestiones radicales y compitió por mucho tiempo con otro proyecto trunco, el del dique Los Blancos, que se estimuló durante el último kirchnerismo y se avanzó tanto en él que hasta fue licitado y adjudicado. La crisis financiera mundial de la mitad de la década lo durmió.

Pero Macri, junto con Cornejo, cuando tomaron el control de la nación y de la provincia, resolvieron avanzar con Portezuelo que había sido puesto en valor en épocas de Julio Cobos en la provincia y de Néstor Kirchner en la nación. Ambos, acordaron que la nación pagaría la obra a cambio del retiro de una demanda ganada por Mendoza contra el gobierno nacional por los efectos de la extinguida Promoción Industrial que había favorecido a las provincias vecinas en detrimento de Mendoza. Pero el peronismo que gobernó Mendoza con Celso Jaque y Francisco Pérez, entre el 2007 y el 2015 decidió plancharlo, obvio, por puras cuestiones políticas.

Ahora Portezuelo está ahí, cerca de transformarse en una realidad. Pero la experiencia advierte que hay que ir con pie de plomo. La idea es que quien obtenga los derechos para construir la obra, traiga consigo su propio financiamiento. Luego la nación irá reembolsando el gasto. Hay empresas chinas, particularmente, interesadas en la construcción del dique que demandaría una inversión de casi mil millones de dólares, será cinco veces más grande que Potrerillos, proveerá casi el 20 por ciento del consumo eléctrico de Mendoza y regulará el único río mendocino sin intervención.

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